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El alcalde modelo

Aunque mucha gente cree que la drogadicción es un problema de falta de ganas de mejorarse, Sam Sullivan, el alcalde paralítico de Vancouver, Canadá, cree que es otra forma de discapacidad.

Catalina Rodríguez
27 de marzo de 2006

Cuando entró en la sala, Sam Sullivan dirigió su silla de ruedas de control automático hacia una de las mesas, donde varias personas le extienden la mano para saludarlo. Estira su brazo derecho, sus dedos inertes reciben apretones cuidadosos. Sube al podio por una rampa de metal. Empieza por contar que un accidente esquiando en la nieve hace mas de 20 años lo dejo parapléjico. Su condición lo llevó a vivir de la beneficencia, a la depresión y a contemplar seriamente el suicidio.

Pero decidió que iba a plantearse metas pequeñas para llenar sus días. Así, comenzó por ser capaz de ponerse las medias solo. Luego, levantar los brazos. “Aunque los tríceps aun no me funcionan” dice con una sonrisa. Lo siguiente fue el cambio que eventualmente lo llevo a ser el alcalde de Vancouver: Ayudar a los demás. Es un hombre que se burla de si mismo. Dice que la primera vez que sintió que ayudaba a alguien fue pagando el parqueadero. Mientras hacia fila, dice que pensaba: “pobre mujer, que afortunado soy de no ser ella, que trabajo tan difícil debe ser estar todo el día en ese cubículo recibiendo plata y dando vueltas”. Cuando llegó su turno, con gran esfuerzo desde su silla de ruedas, juntó los billetes, los apretó entre sus manos y se los pasó a la mujer. Ella desde arriba lo miro espantada, en silencio. "Creo que ella estaba pensando, que bueno no ser ese tipo, que bueno ser yo". Ríe.

Es un hombre que disfruta de la controversia, y no escucha a sus asesores cuando le dicen que se aleje de los temas polémicos como la prostitución y la drogadicción en Vancouver. Esta ciudad es una de las mejores del mundo en calidad de vida. El año pasado fue declarada la "ciudad mas habitable" en un estudio realizado por una firma internacional de inteligencia en negocios, la Economist Intelligence Unit (EIU) (unidad investigativa de la revista The Economist). Esta organización analizó 127 ciudades alrededor del mundo en aspectos como estabilidad, servicios de salud, cultura, medio ambiente, educación e infraestructura. (Bogotá ocupó el lugar 117). También en el 2005, dos revistas especializadas en viajes (la Condé Nast Traveler y la Travel Weekly) eligieron a Vancouver como el “Mejor destino de América.”

Sin embargo, es también una ciudad en la que habitan cientos de drogadictos buscando un callejón para inyectarse. Hay varias razones para este fenómeno: Es una de las pocas ciudades del Canadá donde el invierno no es mortal si hay que dormir en la calle (llueve mucho, pero no tiene temperaturas extremas de -20C como si sucede en Toronto y Montreal), lo cual hace el fenómeno mas visible. Las drogas van y vienen por el puerto sobre el Océano Pacifico y la frontera con el estado de Washington. Y las penas por una condena de posesión y tráfico son relativamente benévolas.

Sam Sullivan recuerda que luego de su accidente, hubo quienes le decían "no te mejoras porque no te esfuerzas", "ponle voluntad". Y él pensaba "debe ser que no tengo suficiente carácter." Con el tiempo se dio cuenta de que su condición no iba a desaparecer, iba a ser parapléjico siempre, pero su condición podía ser manejada, asumida. Por eso aunque mucha gente cree que la drogadicción es un problema de falta de ganas de mejorarse, Sam Sullivan cree que tal vez es una condición que debe ser manejada, otra forma de discapacidad.
No hay palabras mágicas ni soluciones fáciles de parte de este hombre, pero sí mucha sabiduría. Parece que cada cosa que dice es producto de la reflexión, mas que de la necesidad de agradar o ganar adeptos. Es partidario de afrontar el problema de la drogadicción con base en cuatro aspectos: Prevención (educación y condiciones sociales que promuevan una vida sana), tratamiento, (acceso a servicios de salud) hacer cumplir la ley (perseguir a los grandes traficantes y mantener la paz y el orden en los barrios mas afectados por la drogadicción) y reducir los riesgos asociados con la drogadicción (como la transmisión de enfermedades y muerte por sobredosis).

En Turín recibió la bandera olímpica en la ceremonia de clausura de los juegos Olímpicos, a nombre del Canadá, de la ciudad de Vancouver y del Comité Olímpico del 2010, cuando Vancouver será la sede de los olímpicos y paraolímpicos de invierno. Se burla de nuevo: "No entiendo por que me mandan a mi, el peor esquiador de este país." Ya serio, dice que le interesa el acto por el mensaje que lleva a las ciudades del mundo de aprender a ser inclusivas y tener infraestructura para los discapacitados.

"En Europa dicen: claro, como Vancouver tiene un alcalde en silla de ruedas, entonces es una ciudad con infraestructura para discapacitados. Pero es exactamente al revés. Yo no sería alcalde si no es porque esta ciudad lleva años construyéndose como una ciudad habitable para todos", dice.

Aunque quiera ser humilde, Sullivan tiene mucho que ver en los avances de la ciudad. Antes de ser elegido alcalde fue miembro del consejo municipal durante 12 años. Durante su charla, menciona varias veces a miembros de su equipo y sus respectivos logros. Nada parece haber sido su propio mérito. Sin embargo, fue Sullivan quien promovió convertir a Vancouver en la primera ciudad de Norte América en la que todos los espacios públicos están libres de cigarrillo.

Hay una tenacidad en su voz que revela un carácter recio. Sobre todo cuando habla de los gastos que la ciudad heredó del mandato anterior que a él le parecen insostenibles, como charlas y conferencias de miles de dólares, cuando la ciudad está tratando de construir vivienda de interés social. "Aquí tenemos discusiones de si la vivienda de interés social en un área exclusiva de Vancouver debe ser del 50% o del 22%. En otras ciudades, el debate ni siquiera se da."

Sullivan tiene el reto de llevar a Vancouver a los Juegos Olímpicos y prepararla para recibir miles de atletas, periodistas y turistas. Más allá, dice que está dejando obras que a largo plazo sean útiles para la ciudad cuando los Olímpicos se acaben, pero dice que no le gusta pensar en reelecciones. "Los políticos que quieren ser reelegidos, se la pasan en campaña. A mi no me gusta esa actitud. Yo prefiero pensar que este mandato es todo lo que tengo. Que de ahí en adelante voy a perder. Hago todas las etapas del duelo desde el primer día…¿cuáles son…? depresión, culpa, ¿aceptación...? salgo de eso, y sigo trabajando. Ha sido buena estrategia hasta ahora, siempre termino reelegido"