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ECONOMÍA

El consorcio Opain toma las riendas del aeropuerto El Dorado

Aunque el propósito es hacer una profunda remodelación al terminal aéreo más importante de Colombia, la compañía privada que asume el control desde este sábado promete que no habrá molestias para los pasajeros.

19 de enero de 2007

Este sábado, el consorcio Opain asume la administración de El Dorado, con el objetivo de convertirlo en un moderno terminal aéreo. Durante 20 años, el aeropuerto, que en la actualidad parece más un mercado persa y donde las incomodidades abundan, pasará a manos privadas.

La nueva administración de la terminal aérea que más pasajeros mueve en Colombia (sólo en 2006 movilizó a cerca de nueve millones de personas) la asumirá el consorcio Operadora Aeroportuaria Internacional (Opain), que ganó la licitación cuyo proceso se desarrolló en 2006. Quienes estarán a la cabeza son Michael Nicolaas, como gerente operativo, y Reinald Imbeaub, como gerente comercial.

Los nuevos dirigentes vienen para solucionar los problemas que hoy presenta El Dorado. Básicamente, las principales dificultades se dan por falta de espacio.

Los primeros retos que debe asumir el consorcio son eliminar la congestión en el recibidor principal, en los mostradores de las aerolíneas, en las salas de migración y en la de entrega de equipajes.

Según Luis Fernando Jaramillo, representante legal de Opain, para dar soluciones se empezarán a tomar medidas desde marzo, cuando las nuevas directivas estén bien empalmadas.

Fuera de esas posibles salidas que se ejecutarían dentro de un mes, no se avizoran grandes cambios en el corto plazo, pues aún siguen en el limbo las opciones de hacer un cambio extremo en la terminal.

Todavía no se sabe si reformar el aeropuerto o derrumbarlo para hacer uno nuevo. La decisión sólo se dará después de varias reuniones y negociaciones que deben hacer el consorcio y la Aeronáutica Civil. Según lo contratado, Opain hará obras por 650 millones de dólares para cambiar la cara del aeropuerto.

“Si se deja el actual edificio, solamente se puede hacer una reforma para volverlo antisísmico y construir una sede para vuelos internacionales. La opción de demoler permitirá construir un aeropuerto moderno, pues el actual está construido desde 1959 y se encuentra rezagado frente a los de otras capitales del mundo”, explica Jaramillo.

Sin embargo, la Aerocivil dice que si esa propuesta implica mayores inversiones, no correrán con los sobrecostos. Eso es lo que está por discutirse. Lo cierto es en septiembre deben empezar las obras para darle al aeropuerto una nueva cara, que debe estar terminada para 2011. Por eso, los usuarios de El Dorado no notarán muchas diferencias.

Fuera de la decisión de demoler o reformar, está por resolverse el tema que tiene que ver con 80 arrendatarios de locales comerciales, hangares, talleres privados y parqueaderos, con quienes hay pleitos por supuestas irregularidades en sus contratos.

La discusión ahora se concentra es en si Opain asume los pleitos y recibe los dineros de esos arriendos o si se los deja a la Aeronáutica. Tal y como está sucediendo con la reforma del aeropuerto, el tema será definido en futuras reuniones.

Pero no todo son dudas. Hay certezas en cuanto a que los 150 empleados del aeropuerto conservarán su trabajo.

También se sabe que el consorcio Opain recibirá anualmente 160.000 millones de pesos por conceptos de tasa aeroportuaria y arrendamiento de locales comerciales, parqueaderos y muelles de abordaje. Del total de los ingresos, el 46,16 por ciento será para la Aeronáutica Civil, la entidad pública que antes administraba el aeropuerto.