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El contraste del fútbol colombiano

Después de muchos años, la bolsa de jugadores ha vuelto a nutrirse de extranjeros de nivel a pesar de la profunda crisis económica que viven la mayoría de los clubes (Martes 30).

Óscar Parra
26 de agosto de 2005

Durante los años 80, el fútbol, como la mayoría de actividades en el país, se vio involucrado con el narcotráfico. Varios jugadores de nivel internacional vinieron a Colombia atraídos por las exorbitantes sumas de dinero ofrecidas. Hoy, aunque la mayoría de equipos del torneo nacional atraviesan por una profunda crisis económica y los futbolistas que se traen no alcanzan la categoría de hace 20 años, el mercado colombiano ha vuelto a manejar nombres importantes.

En este semestre, hay 43 extranjeros inscritos en los 18 equipos que disputan el torneo local. De estos, uno de cada tres ha vestido la camiseta de la selección de su país en partidos internacionales o ha tenido una trayectoria destacada en clubes argentinos, brasileños o europeos.

¿Cómo hace un fútbol en quiebra para tener este mercado? Según el informe que dio a conocer la Superintendencia de Sociedades en el 2004, solo 7 de los 18 equipos del fútbol profesional reportaron utilidades durante ese año. La situación es tan grave que la suma del resultado de todos los clubes arroja perdidas por más de 3500 millones de pesos.

El club con la peor situación económica es Millonarios. Reportó pérdidas en el 2004 por más de 4615 millones de pesos. Aún así, para esta temporada "Millos" contrató en calidad de préstamo a dos extranjeros -Juan Francisco Irigoyen y David Charles Pérez- y compró por 660 millones los derechos deportivos del argentino Gabriel Fernández.

Para Juan Carlos López, presidente del club, la inversión se justifica porque se busca mejorar el rendimiento deportivo, que va de la mano con el rendimiento económico. "Fernández es un jugador que no fue costoso y con una calidad excepcional", explicó López.

Las cosas parecen darle la razón al presidente de "Millos". En la actualidad el equipo es segundo en la tabla, lo que ha incentivado a la hinchada y ha aumentado los ingresos en taquillas a más de 1200 millones de pesos en lo que va del torneo y a cerca de 2000 millones en publicidad durante este año, hechos que le ayudan al club a salir de la mayor crisis económica y deportiva de su historia.

Al igual que Millonarios, otros clubes con graves problemas financieros han optado por contratar jugadores de buenas condiciones técnicas pero que no resulten muy costosos y así reunir un equipo competitivo para mejorar deportiva y económicamente.

Para Gabriel Meluk, editor de deportes del diario El Tiempo, el fenómeno actual no es nuevo. Según el periodista, antes y después de la bonanza que se dio en los 80, se trajeron jugadores argentinos y brasileros que no eran muy conocidos en sus países, pero que finalmente se convirtieron en figuras aquí, algo similar al caso de Fernández en Millonarios.

Meluk añade que otra vieja fórmula, que se repite hoy en día para contratar jugadores a bajo costo, es la de traer figuras internacionales en el ocaso de su carrera. Millonarios lo hizo en los 60 con Amadeo Carrizo, el mítico portero de River Plate de Argentina que llegó pasados los 40 años. También el América de Cali, que trajo al Boliviano Marco Echeverri, figura de su selección, cuando las lesiones y la edad habían mermado su talento.

La tendencia se repite en algunas nuevas contrataciones del rentado nacional. Los clubes han buscado figuras con roce internacional, algunas de las cuales han llegado a jugar en Europa, pero que no resultan muy costosas por que pasan de los 30 años. El chileno Fabián Estay pasó por el fútbol suizo y griego y llegó al América cuando se acerca a los 38 años, mientras el brasileño Marcelo Silva Ramos, de 32 años, llegó al Nacional de Medellín con la experiencia de haber jugado en el PSV Eindhoven de Holanda.

Precisamente el Atlético Nacional ha sido uno de los clubes que más ha movido la bolsa de contrataciones en los últimos torneos después de romper una tradición de más de quince años con nóminas de jugadores exclusivamente colombianos. El argentino Hugo Morales, que militó en el Zaragoza de España, llegó al equipo verde hace un año y medio y se ha convertido en figura del torneo. A su llegada ayudó que Morales, de 31 años, era dueño de gran parte de sus derechos deportivos y eso facilita la operación.

Otras fuentes de jugadores de buen nivel y bajo costo, son las selecciones de países, que sí bien no tienen una tradición futbolística fuerte, han mejorado su nivel y son más competitivos internacionalmente. Por Nacional pasó fugazmente el venezolano Jorge Rojas y su compatriota Leonel Vielma está en el Once Caldas, mientras las figuras panameñas encontraron un segundo hogar en Colombia: en Envigado juegan Luís Henríquez y Luís Moreno, Blas Pérez hace parte del Deportivo Cali, y Rubén Rivera del Medellín.

Pero no solo se han traído jugadores de renombre en esta temporada. En otro esfuerzo de los directivos del fútbol colombiano, se trajo a los técnicos argentinos Ricardo Gareca y Carlos Ischia, ex jugadores de los clubes América de Calí y Júnior de Barranquilla, que han regresado a dirigir a sus clubes después de 20 años. Para Gabriel Meluk, aunque ya no haya dinero, estas figuras han regresado más por una razón sentimental y porque no han tenido muy buena suerte dirigiendo equipos en su país.

Así pues, los clubes han encontrado en el rebusque, una manera de mejorar el nivel del fútbol nacional y tratar de salir de la crisis económica, acudiendo a viejas formas de reforzarse con jugadores que pueden aportar espectáculo al torneo local a un bajo costo. Eso sí, queda en manos de los directivos administrar bien los recursos que ofrece una hinchada cansada de ver a sus equipos en una constate lucha por salir de la quiebra.