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El efecto Bush

Las congresistas Rocío Arias y Eleonora Pineda fueron expulsadas de la lista de Colombia Democrática por presiones de Estados Unidos. Ya consiguieron partido.

Élber Gutiérrez Roa
2 de febrero de 2006

El escándalo por la infiltración de paramilitares en la política dejó sin partido a otras dos congresistas.  Rocío Arias y Eleonora Pineda, quizá las dos únicas representantes que no ocultan su cercanía con algunos jefes paramilitares,  fueron expulsadas de la lista de Colombia Democrática, que respalda la reelección presidencial y es orientada por el senador Mario Uribe.

Pineda logró un acuerdo con Convergencia Ciudadana, del senador Luis Alberto Gil, para continuar su campaña a la Cámara a nombre de ese movimiento.  Arias sigue en contactos con el Partido Dejen Jugar al Moreno, del senador Carlos Moreno de Caro, defensor a ultranza del proceso de paz con los paramilitares y quien dijo que está dispuesto a recibirla sin importar que haya eventuales reataliaciones por parte de Estados Unidos.  "En Colombia mandamos los colombianos y que los gringos manden allá, en su país", señaló Moreno de Caro.

Las dos parlamentarias tocaron primero las puertas de Dejen Jugar al Moreno, pero tras las discusiones sobre mecánica decidieron que era mejor que Pineda se postulara por un movimiento más fuerte en la Costa a Atlántica y con presencia en Sucre, pues es allí en donde necesita sacar los votos para mantener su curul en la Cámara de Representantes. Arias no tiene ese problema y puede inscribir su candidatura al Senado (que es escogido en votación nacional) por un movimiento nacional que haga campaña en Bogotá,  Antioquia, Valle, el Eje Cafetero y la Costa Atlántica.

Según el senador Uribe, el retiro de las dos congresistas fue consecuencia de "análisis políticos". Sin embargo, las dos legisladoras expulsadas dijeron que "nos sacaron por presiones de Washington". Visiblemente compungida, la representante Arias le dijo a Semana.com que el senador Uribe las sacrificó a cambio de la visa de sus hijos. "Él se reunió con el embajador de Estados Unidos, William Woods,   quien le advirtió que si no nos sacaba le quitaba la visa a él y a su familia. Lo triste es que el doctor Uribe se lavó las manos y nos sacrificó a nosotras",  indicó.  Eleonora Pineda agregó que "es increíble que las listas de para las elecciones de congresistas en Colombia las dicte el gobierno de Estados Unidos y nadie en el país pueda hacer algo para que nos respeten".

Tal y como ocurrió con los congresistas purgados de las listas uribistas hace dos semanas, las dos representantes dijeron sentirse traicionadas "por aquellos que aparentan una cosa pero en la vida real son otra". Nosotras, dijo Arias, "hablamos de frente al país, no decimos ni hacemos las cosas a medias. Estamos a favor del proceso de paz del gobierno con las autodefensas, y si hay uno con otro grupo también lo respaldaremos".

El jueves dos de febrero las representantes comenzaron a retirar las cuñas publicitarias y vallas que tenían en seis departamentos con publicidad política a nombre de Colombia Democrática. Dicho movimiento, conformado por un grupo de uribistas triple A como William Vélez y Mario Uribe, está en el ojo del huracán por la inclusión de dirigentes vinculados con el paramilitarismo.  De hecho el ingreso de Arias y Pineda a ese grupo político ya había sido traumático, pues venían de ser rechazadas en otras listas uribistas tras meses de diálogos y consultas.

La purga

Las congresistas fueron alertadas de lo que ocurriría desde el sábado anterior, cuando llegaron a sus campañas rumores según los cuales Estados Unidos le quitaría la visa a Mario Uribe si no las expulsaba. Desde ese momento lo buscaron para pedir una explicación al respecto, pero nunca pudieron hablar personalmente. Las sospechas aumentaron cuando descubrieron que Mario Uribe había pedido la información de todos sus cuadros políticos y fórmulas de campaña con el fin de inscribirlos él mismo y no en la manifestación conjunta prevista para el 1 de febrero.  "Él lo que hizo fue quitarnos a los líderes que ponen los votos y luego sí pensaba sacar la bomba de que nos echaba. Así quedaba bien con Estados Unidos y de paso se llevaba nuestros electores", le dijo Arias a uno de sus colaboradores.

La molestia de Arias y Pineda las llevó a buscar nuevamente al senador  Uribe, pero sólo cuando vieron los listados definitivos de inscripción se enteraron de que estaban por fuera de Colombia Democrática.

Arias y Pineda llegaron al Congreso con votaciones concentradas y desde su ingreso a la Cámara de Representantes iniciaron la defensa del que luego sería el proceso de paz con los paramilitares. Fueron ellas las que gestionaron la visita de Salvatore Mancuso,  Ernesto Báez y  Ramón Isaza al legislativo a mediados de 2004.  Pineda es hermana de un desmovilizado del Bloque La Mojana de las autodefensas y Arias presentó dos veces un proyecto para evitar la extradición, uno de ellos después de reunirse con los narcotraficantes presos en la cárcel de Cómbita.

EEUU presiona

La versión sobre las presiones de Estados Unidos circula desde hace quince días en la Casa de Nariño y se refiere a supuestas llamadas de funcionarios de Estados Unidos para demandar mayor mano dura con las listas que permitan el ingreso de congresistas vinculados con el paramilitarismo.  Una alta fuente de la Casa de Nariño reconoció a este medio que las llamadas existieron y que se habló del tema, pero negó que se trate de presiones. "Estados Unidos y Colombia son aliados y como socios pueden tener conversaciones sobre temas de interés binacional, pero nunca mediante presiones".

Lo cierto es que desde el15 de enero, fecha en la que se habría recibido la más reciente comunicación del Departamento de Estado,  el ambiente político se calentó en Colombia por cuenta de las purgas de los partidos.  Primero salieron los senadores Luis Eduardo Vives, Dieb Maloof y Habib Merheg (del Partido de la U), así como Jorge Castro y Jorge Caballero (de Cambio Radical), la mayoría de ellos por asistir a reuniones con alias Jorge 40 para la repartición de los votos en la Costa Atlántica.  Luego, el senador Vicente Blel fue expulsado del Partido Liberal por tener procesos pendientes en Estados Unidos que lo vinculan con actividades ilícitas.

Frustrada su idea de pedir clemencia en la Casa de Nariño, todos ellos fueron a dar a Colombia Viva, movimiento fundado por Maloof, y cuya personería jurídica fue desempolvada de emergencia para conformar una nueva lista que, según dijo Maloof a Semana.com, no necesariamente apoyará la reelección del presidente Álvaro Uribe.  A ese movimiento fue al primero que llamaron también Arias y Pineda, pero luego comenzaron los contactos con Moreno de Caro y el grupo de Gil.

Ahora la expectativa gira en torno a quiénes serán los siguientes purgados, pues hay políticos cuestionados en las listas del Partido Conservador, Convergencia Ciudadana y hasta en Alas Equipo Colombia.