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El concesionario Auto Unión de la Autopista Norte con calle 127, en Bogotá, fue destruido por un ‘pequeño tornado’ que se registró en la tarde de este martes. El hecho causó enorme pánico en un importante sector residencial: las tejas se levantaron hasta 200 metros. 60 carros nuevos sufrieron graves daños. FOTOS: GUILLERMO TORRES / SEMANA

El más crudo invierno de los últimos años deja ya a más de 150 mil damnificados en Colombia; horas de pánico en Bogotá

Este martes en la capital del país hubo un pequeño tornado que provocó un gran susto en una amplia zona residencial y destruyó 60 carros nuevos. El presidente Álvaro Uribe, por su parte, envió a medio gabinete a recorrer zonas afectas y brindar asistencia a las víctimas.

6 de noviembre de 2007

El drama humanitario por las fuertes lluvias de los últimos días no cesa en Colombia. Más de 150 mil personas fueron afectadas de manera directa por los aguaceros, que tienen en alerta a la Costa Atlántica, Valle y varios departamentos de la región Andina. El creciente número de damnificados obligó al gobierno nacional a destinar recursos por más de 32 mil millones de pesos y a poner a trabajar la maquinaria de cuatro ministerios al servicio de dichas personas.

Mientras en Caldas, Valle, Córdoba, Guajira, Magdalena y Bolívar aumentaron las solicitudes de atención por inundaciones, desprendimiento de terrenos y crecientes en los ríos, el presidente Álvaro Uribe ordenó a sus ministros de Interior y Justicia (Carlos Holguín), Medio Ambiente (Juan lozano), Protección Social (Diego Palacio) y Transporte (Andrés Uriel Gallego) hacer una evaluación de los daños y del número de personas afectadas. La conclusión fue alarmante. El país pasó de 120 mil a 150 mil damnificados.

La cifra es alarmante porque aún existen zonas de las cuales no se tienen reportes consolidados. En otras, como en Bogotá, muchas personas superaron su tragedia mediante recursos propios antes de la llegada de la ayuda oficial. Algunos reportes indican que solo durante la histórica granizada del sábado, más de 40 mil bogotanos sufrieron daños en sus viviendas, vehículos o negocios.

Mientras el gobierno rendía su informe sobre el balance de los daños, un vendaval destruyó las instalaciones de Sinascarros, uno de los concesionario de vehículos más grandes del norte de Bogotá. Los fuertes vientos levantaron tejas y vidrios del local y averiaron viviendas contiguas. Efectivos del cuerpo de bomberos que asistieron a los damnificados indicaron que no hubo personas heridas, pese a la magnitud de los destrozos.
 
Entre los recursos dispuestos por el gobierno para que las víctimas del invierno puedan superar la emergencia hay $32.500 millones, especialmente destinados para los albergues. En casos como el de Cartagena el presidente Álvaro Uribe se comprometió a desembolsar de manera rápida los subsidios de vivienda para que los damnificados puedan hacerse a un nuevo hogar. El ministro del Interior agregó que habrá subsidios de arrendamiento y reparación o reconstrucción de los inmuebles para las demás personas.

Sin embargo, la asistencia inicial no alcanza para tantas personas y la Cruz Roja solicita donaciones de alimentos, colchonetas, cobijas y ropa.

Las lluvias también causaron daños en vías nacionales que a esta hora todavía tienen paso restringido o nulo. La comunicación entre Caldas y Risalralda está interrumpida a la altura del municipio de Marmato, Caldas, debido a un derrumbe ocasionado por las lluvias. El Invías esperaba superar la emergencia en la mañana del martes, pero a esa hora la tierra que obstaculizaba el paso no había sido removida.

En Norte de Santander otro derrumbe incomunicó a las poblaciones de Convención, Teorama y El Tarra. Las autoridades locales indicaron que el cierre de la vía ocasionó un incremento de precios en los productos alimenticios y de primera necesidad, que ya empiezan a escasear.

La vía Cali-Buenaventura, escenario de constantes bloqueos en época de lluvias y la vía a Urabá, en Antioquia, también presentan problemas para el desplazamiento de vehículos.