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CRÓNICA

El mensajero que llegó con las conmovedoras noticias de Íngrid y Clara Rojas

La fuga del subintendente John Frank Pinchao se convirtió en un bálsamo refrescante para las madres de Íngrid Betancourt y Clara Rojas. La última confirmó que su hija tuvo un bebé en la selva, que está sano y que se llama Emmanuel.

17 de mayo de 2007

Lo que para muchas abuelas del país sería una inmensa alegría, para Clara de Rojas es toda una inquietud. Ella es la madre de Clara Rojas, la fórmula vicepresidencial de Íngrid Betancourt, ambas secuestradas por las Farc desde hace cinco años.

Según investigaciones periodísticas, su hija tuvo un niño hace tres años. Ahora, cuando el subintendente John Frank Pinchao se les fugó a los mismos captores que tienen cautiva a su hija, se confirmó la versión. “Clara Rojas tiene un bebé ‘grande y sano’ que se llama Emmanuel”.

Ante tal ratificación, doña Clara, la madre, lo poco que dijo fue para reiterar lo que había dicho hace un año, cuando se enteró de la noticia: “Sueño con tenerlo en mis brazos”.

La historia del nacimiento en cautiverio de un hijo de Clara se supo a finales de marzo de 2006. Quien reveló el hecho fue el periodista Jorge Enrique Botero, que se enteró de todo mientras grababa un documental con los soldados y policías en poder de la guerrilla.

Botero le contó a Clara lo que había averiguado en su diálogo con las Farc. Le dijo que, en secreto, venía trabajando en un libro que se publicaría en poco tiempo y que llevaría el título de Últimas noticias de la guerra.

En él, revelaría una noticia y quería que doña Clara la supiera antes de hacerla pública. “Tengo que informarle de algo: Clarita tuvo un hijo”, le manifestó el periodista. Y le explicó que no se trataba de una violación.

Con la serenidad que la ha caracterizado durante el cautiverio de su hija, Clara respondió que “no puedo más que comprender a mi hija. En esa situación en la que se encontraba. Sola. Aislada. Vulnerable. Lo único que puedo decir es que la entiendo más que nunca”.

Sin dudarlo, aceptó la historia que le acababan de contar. “No puedo tapar el sol con las manos. He recibido una información. Las personas que me la han suministrado tienen mucha credibilidad y asumo que me la han suministrado de buena fe. Y la verdad es que no tengo por qué no creer. Lo único que pido es que si es verdad, y mi hija tuvo un bebé, quiero abrazarlo. Tengo los brazos abiertos para los dos y mi mayor deseo es estar con ellos”.

Hoy, cuando el policía Pinchao dice que estuvo cerca de Clara, que vio a su hijo y por eso representa un testimonio fehaciente, doña Clara tiene más motivos para creer.

Por lo menos está con vida. Igual que su compañera, Íngrid Betancourt, cuya madre, Yolanda Pulecio, aplaudió la osadía del subintendente y dijo estar feliz por dos motivos. Uno, la libertad del policía, y dos, saber que su hija estaba con vida, pese a haber padecido una enfermedad, según el relato de Pinchao.

“Estuve dos años al lado de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, quien se estaba recuperando de una hepatitis que sufrió durante su cautiverio”, dijo.

“Me emociona saber que oye los mensajes que le mando todas las mañanas por medio de RCN radio. Y me alegra saber que está viva, tal y como me lo dice el corazón”.

Para ambas, el recuento que Pinchao hizo sobre su cautiverio fue como una prueba de supervivencia de sus hijas. Un motivo más para seguir esperando verlas libres y para luchar más por un intercambio humanitario. Ahora, con un nuevo motivo: Emmanuel.