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El proceso y la sociedad civil

23 de septiembre de 2002

JUAN GABRIEL TOKATLIÁN.-La participación de la sociedad civil en los esfuerzos de paz es fundamental ya que, además de obedecer a un mandato constitucional, está justificada por muchos motivos. Esa participación llenaría el vacío dejado por la ausencia de las elites y el descrédito de los partidos.

EL TIEMPO.-Las deliberaciones pueden ganar mucho con la participación de aquellos sectores de la sociedad civil que tienen canales de expresión más o menos desarrollados: partidos políticos, intelectualidad, organizaciones gremiales, étnicas, religiosas. Estos grupos pueden ejercer presión sobre la guerrilla y convencerla de que las críticas que se le hacen no son simples manipulaciones de la oligarquía. La sociedad civil, que es la parte mayoritaria de la sociedad como distinta del Estado y de lo que podríamos llamar la "sociedad armada", tiene derecho a participar activamente en el proceso de paz, del que ha estado excluida. Salvo las audiencias públicas del Caguán, la sociedad civil ha estado al margen del proceso.

JORGE ORLANDO MELO.-Es urgente limitar el papel de los llamados representantes de La sociedad civil en el proceso de paz, no reconocerles otro papel que el de mediadores y voceros de sus respectivos organismos. Existe el consenso de que el proceso no podrá avanzar si no se les da un mayor papel a los representantes de la sociedad civil, los cuales tendrían mayor legitimidad que los órganos estatales y serían los interlocutores más adecuados de la guerrilla. No se debería pensar así. Para efectos del proceso de paz, esos representantes no fueron escogidos por la sociedad civil sino cooptados por el gobierno y los guerrilleros. E1 Estado puede ser corrupto y violento, pero casi toda la corrupción estatal se hace con miembros de la sociedad civil, y hay sectores de ésta que respaldan a guerrilleros o paramilitares y que están así comprometidos en la violencia. Por supuesto, el proceso de negociación necesita que los sectores más activos de la sociedad civil discutan y participen, como corresponde a una verdadera democracia. Pero no favorece a la democracia pensar que los organismos no gubernamentales son los representantes de la ciudadanía y la voz genuina de la voluntad general.