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El rey de las fieras

Henri Matisse se propuso transformar el arte a punta de color y lo logró. Este mes se cumplen 50 años de su muerte.

María Fernanda Moreno
21 de noviembre de 2004

mbigüedad entre la intensidad y calma que presenta el retrato.

El artista persiguió en sus cuadros la calma. "Sueño con el arte del equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón", explicó alguna vez. Por eso su obra es catalogada como optimista por muchos.

Sin embargo, mbigüedad entre la intensidad y calma que presenta el retrato.

El artista persiguió en sus cuadros la calma. "Sueño con el arte del equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón", explicó alguna vez. Por eso su obra es catalogada como optimista por muchos.

Sin embargo,
Matisse vivió entre las dos guerras mundiales, por lo que no siempre fue inmune a los acontecimientos. Su hermano, un oficial de reserva en la Primera Guerra Mundial, fue capturado como prisionero de guerra. Además, sus hijos fueron reclutados. A esa preocupación le atribuyó su intensa actividad artística en esos años y la consecuente creación de obras importantes como Los marroquíes y La lección de piano, donde abundan los colores oscuros. En ese momento ingresó a los territorios del cubismo. Así como él, los demás fauvistas se dejaron seducir, lo que precipitó la desaparición de la escuela que él fundó.

Su inspiración

En las décadas siguientes, Matisse disfrutó el éxito que había logrado cosechar en Francia y en otros países en los que era muy respetado. Se dedicó a viajar. Todas sus experiencias y conocimientos adquiridos durante estos periplos fueron plasmados en sus obras posteriores.

Pero a principios de la década del 40 cayó gravemente enfermo y tuvo que quedarse en su casa de Niza, en Francia. Allí publicó una anuncio en el que buscaba "una enfermera joven y bonita" para que lo cuidara. Monique Burgeois, de 21 años, atendió el llamado. "Ambos entablaron una amistad, en la que el artista le transmitió sus conocimientos sobre arte y ella modeló para algunos de sus mbigüedad entre la intensidad y calma que presenta el retrato.

El artista persiguió en sus cuadros la calma. "Sueño con el arte del equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón", explicó alguna vez. Por eso su obra es catalogada como optimista por muchos.

Sin embargo,
Matisse vivió entre las dos guerras mundiales, por lo que no siempre fue inmune a los acontecimientos. Su hermano, un oficial de reserva en la Primera Guerra Mundial, fue capturado como prisionero de guerra. Además, sus hijos fueron reclutados. A esa preocupación le atribuyó su intensa actividad artística en esos años y la consecuente creación de obras importantes como Los marroquíes y La lección de piano, donde abundan los colores oscuros. En ese momento ingresó a los territorios del cubismo. Así como él, los demás fauvistas se dejaron seducir, lo que precipitó la desaparición de la escuela que él fundó.

Su inspiración

En las décadas siguientes, Matisse disfrutó el éxito que había logrado cosechar en Francia y en otros países en los que era muy respetado. Se dedicó a viajar. Todas sus experiencias y conocimientos adquiridos durante estos periplos fueron plasmados en sus obras posteriores.

Pero a principios de la década del 40 cayó gravemente enfermo y tuvo que quedarse en su casa de Niza, en Francia. Allí publicó una anuncio en el que buscaba "una enfermera joven y bonita" para que lo cuidara. Monique Burgeois, de 21 años, atendió el llamado. "Ambos entablaron una amistad, en la que el artista le transmitió sus conocimientos sobre arte y ella modeló para algunos de sus cuadros", explicó a SEMANA.COM Barbara Freed, experta en Matisse, que hace unas semanas estrenó un documental sobre Burgeois, la musa de Matisse.

Meses después, ambos se separaron por cuenta de la Segunda Guerra Mundial. Él siguió con su producción artística y ella se convirtió en una monja dominica y adoptó el nombre de Jacques-Marie. Años después, ambos se reencontraron en Vence (cerca de Cannes, Francia), donde le mostró una ilustración de la Asunción hecha por ella. De ese dibujo nació la idea de construir una capilla en el lugar. Matisse fue el encargado de decorarla desde el techo hasta los pisos. Su labor terminó en 1951, cuando ya estaba muy enfermo de cáncer. Por todo lo que significó, "Matisse considera la mbigüedad entre la intensidad y calma que presenta el retrato.

El artista persiguió en sus cuadros la calma. "Sueño con el arte del equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón", explicó alguna vez. Por eso su obra es catalogada como optimista por muchos.

Sin embargo,
Matisse vivió entre las dos guerras mundiales, por lo que no siempre fue inmune a los acontecimientos. Su hermano, un oficial de reserva en la Primera Guerra Mundial, fue capturado como prisionero de guerra. Además, sus hijos fueron reclutados. A esa preocupación le atribuyó su intensa actividad artística en esos años y la consecuente creación de obras importantes como Los marroquíes y La lección de piano, donde abundan los colores oscuros. En ese momento ingresó a los territorios del cubismo. Así como él, los demás fauvistas se dejaron seducir, lo que precipitó la desaparición de la escuela que él fundó.

Su inspiración

En las décadas siguientes, Matisse disfrutó el éxito que había logrado cosechar en Francia y en otros países en los que era muy respetado. Se dedicó a viajar. Todas sus experiencias y conocimientos adquiridos durante estos periplos fueron plasmados en sus obras posteriores.

Pero a principios de la década del 40 cayó gravemente enfermo y tuvo que quedarse en su casa de Niza, en Francia. Allí publicó una anuncio en el que buscaba "una enfermera joven y bonita" para que lo cuidara. Monique Burgeois, de 21 años, atendió el llamado. "Ambos entablaron una amistad, en la que el artista le transmitió sus conocimientos sobre arte y ella modeló para algunos de sus cuadros", explicó a SEMANA.COM Barbara Freed, experta en Matisse, que hace unas semanas estrenó un documental sobre Burgeois, la musa de Matisse.

Meses después, ambos se separaron por cuenta de la Segunda Guerra Mundial. Él siguió con su producción artística y ella se convirtió en una monja dominica y adoptó el nombre de Jacques-Marie. Años después, ambos se reencontraron en Vence (cerca de Cannes, Francia), donde le mostró una ilustración de la Asunción hecha por ella. De ese dibujo nació la idea de construir una capilla en el lugar. Matisse fue el encargado de decorarla desde el techo hasta los pisos. Su labor terminó en 1951, cuando ya estaba muy enfermo de cáncer. Por todo lo que significó, "Matisse considera la Capilla de Santa María de Rosario su obra cumbre", afirma Freed.

En sus últimos años, ante la dificultad para usar el pincel por cuenta de la artritis, se dedicó al mbigüedad entre la intensidad y calma que presenta el retrato.

El artista persiguió en sus cuadros la calma. "Sueño con el arte del equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón", explicó alguna vez. Por eso su obra es catalogada como optimista por muchos.

Sin embargo,
Matisse vivió entre las dos guerras mundiales, por lo que no siempre fue inmune a los acontecimientos. Su hermano, un oficial de reserva en la Primera Guerra Mundial, fue capturado como prisionero de guerra. Además, sus hijos fueron reclutados. A esa preocupación le atribuyó su intensa actividad artística en esos años y la consecuente creación de obras importantes como Los marroquíes y La lección de piano, donde abundan los colores oscuros. En ese momento ingresó a los territorios del cubismo. Así como él, los demás fauvistas se dejaron seducir, lo que precipitó la desaparición de la escuela que él fundó.

Su inspiración

En las décadas siguientes, Matisse disfrutó el éxito que había logrado cosechar en Francia y en otros países en los que era muy respetado. Se dedicó a viajar. Todas sus experiencias y conocimientos adquiridos durante estos periplos fueron plasmados en sus obras posteriores.

Pero a principios de la década del 40 cayó gravemente enfermo y tuvo que quedarse en su casa de Niza, en Francia. Allí publicó una anuncio en el que buscaba "una enfermera joven y bonita" para que lo cuidara. Monique Burgeois, de 21 años, atendió el llamado. "Ambos entablaron una amistad, en la que el artista le transmitió sus conocimientos sobre arte y ella modeló para algunos de sus cuadros", explicó a SEMANA.COM Barbara Freed, experta en Matisse, que hace unas semanas estrenó un documental sobre Burgeois, la musa de Matisse.

Meses después, ambos se separaron por cuenta de la Segunda Guerra Mundial. Él siguió con su producción artística y ella se convirtió en una monja dominica y adoptó el nombre de Jacques-Marie. Años después, ambos se reencontraron en Vence (cerca de Cannes, Francia), donde le mostró una ilustración de la Asunción hecha por ella. De ese dibujo nació la idea de construir una capilla en el lugar. Matisse fue el encargado de decorarla desde el techo hasta los pisos. Su labor terminó en 1951, cuando ya estaba muy enfermo de cáncer. Por todo lo que significó, "Matisse considera la Capilla de Santa María de Rosario su obra cumbre", afirma Freed.

En sus últimos años, ante la dificultad para usar el pincel por cuenta de la artritis, se dedicó al découpage, una técnica en la que se recortan papeles para armar figuras. También creó algunas mbigüedad entre la intensidad y calma que presenta el retrato.

El artista persiguió en sus cuadros la calma. "Sueño con el arte del equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón", explicó alguna vez. Por eso su obra es catalogada como optimista por muchos.

Sin embargo,
Matisse vivió entre las dos guerras mundiales, por lo que no siempre fue inmune a los acontecimientos. Su hermano, un oficial de reserva en la Primera Guerra Mundial, fue capturado como prisionero de guerra. Además, sus hijos fueron reclutados. A esa preocupación le atribuyó su intensa actividad artística en esos años y la consecuente creación de obras importantes como Los marroquíes y La lección de piano, donde abundan los colores oscuros. En ese momento ingresó a los territorios del cubismo. Así como él, los demás fauvistas se dejaron seducir, lo que precipitó la desaparición de la escuela que él fundó.

Su inspiración

En las décadas siguientes, Matisse disfrutó el éxito que había logrado cosechar en Francia y en otros países en los que era muy respetado. Se dedicó a viajar. Todas sus experiencias y conocimientos adquiridos durante estos periplos fueron plasmados en sus obras posteriores.

Pero a principios de la década del 40 cayó gravemente enfermo y tuvo que quedarse en su casa de Niza, en Francia. Allí publicó una anuncio en el que buscaba "una enfermera joven y bonita" para que lo cuidara. Monique Burgeois, de 21 años, atendió el llamado. "Ambos entablaron una amistad, en la que el artista le transmitió sus conocimientos sobre arte y ella modeló para algunos de sus cuadros", explicó a SEMANA.COM Barbara Freed, experta en Matisse, que hace unas semanas estrenó un documental sobre Burgeois, la musa de Matisse.

Meses después, ambos se separaron por cuenta de la Segunda Guerra Mundial. Él siguió con su producción artística y ella se convirtió en una monja dominica y adoptó el nombre de Jacques-Marie. Años después, ambos se reencontraron en Vence (cerca de Cannes, Francia), donde le mostró una ilustración de la Asunción hecha por ella. De ese dibujo nació la idea de construir una capilla en el lugar. Matisse fue el encargado de decorarla desde el techo hasta los pisos. Su labor terminó en 1951, cuando ya estaba muy enfermo de cáncer. Por todo lo que significó, "Matisse considera la Capilla de Santa María de Rosario su obra cumbre", afirma Freed.

En sus últimos años, ante la dificultad para usar el pincel por cuenta de la artritis, se dedicó al découpage, una técnica en la que se recortan papeles para armar figuras. También creó algunas esculturas. Ambas, siguiendo con su principio, obras llenas de color.

Matisse murió el 3 de noviembre de 1954 en Niza. A diferencia de muchos artistas, disfrutó su éxito en vida y pasó a la historia como uno de los vanguardistas del siglo XX. Además comparte el palco de honor con artistas como Picasso, con el que participó en exposiciones colectivas. En 1963 se abrió en Niza el Museo Matisse, en el que se encuentran gran parte de sus obras. Y este mes, varias ciudades del mundo le rinden homenajes. En la Biblioteca Luis Ángel Arango se expone, como parte de la Donación Botero,