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El rey George

Miércoles 07. El liberiano George Weah fue en su momento el mejor futbolista del planeta. Ahora aspira a ser elegido presidente.

Santiago Torrado*
11 de septiembre de 2005

deportivos fueron la cara amable que el mundo conoció de un país golpeado por 25 años de anarquía, dictaduras, colapso económico y guerra civil.   

'King George', como Weah es apodado en el país, espera ahora ser escogido como presidente en las elecciones del 11 de octubre. Pero dirigir Liberia, una nación fundada en 1820 para recibir a los esclavos estadounidenses liberados, no parece una posición deseable para alguien acostumbrado a ganarlo todo. El último mandatario elegido en las urnas, Charles Taylor, fue forzado hace dos años al exilio y acusado de crímenes de guerra mientras la violencia reinaba en las calles. Sus dos antecesores fueron asesinados. El país apenas inicia un complejo proceso de reconstrucción.

"Es casi imposible explicar cuanto ha hecho George por Liberia" dijo el ministro de deportes del país, Wheatonia Dixon-Barnes, a BBC. "Parece una locura, pero el fútbol es un factor  unificador. Incluso en el calor de la guerra, las facciones enfrentadas bajaban las armas para venir a los partidos", explica.

La relación entre deportivos fueron la cara amable que el mundo conoció de un país golpeado por 25 años de anarquía, dictaduras, colapso económico y guerra civil.   

'King George', como Weah es apodado en el país, espera ahora ser escogido como presidente en las elecciones del 11 de octubre. Pero dirigir Liberia, una nación fundada en 1820 para recibir a los esclavos estadounidenses liberados, no parece una posición deseable para alguien acostumbrado a ganarlo todo. El último mandatario elegido en las urnas, Charles Taylor, fue forzado hace dos años al exilio y acusado de crímenes de guerra mientras la violencia reinaba en las calles. Sus dos antecesores fueron asesinados. El país apenas inicia un complejo proceso de reconstrucción.

"Es casi imposible explicar cuanto ha hecho George por Liberia" dijo el ministro de deportes del país, Wheatonia Dixon-Barnes, a BBC. "Parece una locura, pero el fútbol es un factor  unificador. Incluso en el calor de la guerra, las facciones enfrentadas bajaban las armas para venir a los partidos", explica.

La relación entre el fútbol y la política no es nueva en el mundo. Muchos lo han usado como un poderoso instrumento de propaganda. Pero Weah sería el primer ex futbolista en convertirse en presidente gracias a su singular carrera.

La leyenda deportiva

En el césped, 'King George' se encargó de poner a Liberia en el mapa mundial. Anotó más de un centenar de goles en las ligas europeas, fue campeón del campeonato francés (1998 y 1994), de la serie A italiana (1996 y 1999), mejor jugador de África (en tres ocasiones), de Europa (1995) y del mundo (1995). También ganó el trofeo FIFA al juego limpio (1996) y el de futbolista del siglo en África. Fue capitán de su selección por más de diez años, aunque nunca consiguió clasificar a la Copa del Mundo.

Nacido en 1966, Weah creció en medio de la pobreza como la gran mayoría de los liberianos. Criado por su abuela, aprendió a jugar fútbol descalzo. Liberia se mantuvo en relativa calma hasta  sus trece años, en 1980, cuando el presidente William Tolbert fue asesinado (y sucedido) por Samuel Doe, quien robó elecciones, asesinó a sus rivales políticos y quebró al país. Ese golpe de estado marcó el fin del dominio de la minoría afro-americana, descendientes de los fundadores del país, que cumplió un papel opresor tan fuerte sobre los originarios de África como el de cualquier régimen colonial europeo.

Antes de cumplir los veinte años, 'King George' comenzó a jugar para el Invincible Eleven, con el que ganó la liga local. También se convirtió en el capitán de la selección nacional.  Por esos año, el presidente Doe, que amaba el fútbol, construyó un gigantesco estadio en Monrovia y llevaba al equipo nacional al campo en un Cadillac convertible. Mientras la economía colapsaba, el mandatario gastó 100.000 dólares para enviar al equipo a entrenarse en Brasil. La inversión rindió frutos, por menos en el caso de Weah, quien asegura que se lo debe a la gente de Liberia y quiere devolver algo de lo que ha recibido.

Después de jugar en la liga de Camerún, en 1988 firmó para el Mónaco. Allí se encontró con Arsene Wegner, el actual entrenador del Arsenal de Inglaterra, a quien en agradecimiento le regaló su trofeo como mejor jugador del mundo de 1995. "Él hizo de mí el futbolista que soy. Me enseñó las costumbres europeas, pero comprendió mis orígenes africanos y los respetó", afirma.

En 1990  los rebeldes capturaron al presidente Doe y lo asesinaron. El país cayó en la anarquía, pero paradójicamente llegaban los mejores tiempos para la carrera de Weah.

Era joven, famoso y millonario. Pasó al Paris-Saint Germain en 1992. Pero su leyenda terminó de forjarse cuando el A.C. Milán, uno de los clubes más poderosos del mundo, puso en él sus ojos para llenar el vacío del holandés Marco Van Basten en 1995. En ese año Weah redondeó una de las mejores temporadas que haya tenido cualquier futbolista. Fue declarado mejor jugador de África, de Europa y del mundo.  A mediados del 96 ganó el scudetto con el Milán.

la chispa política en 'King George' se encendió a raíz de un encuentro con el ex presidente surafricano Nelson Mandela, quién lo llamó "el orgullo de África". Weah comenzó a hablarles a los periodistas deportivos de la miseria de su país. Durante la ceremonia en que recibió el trofeo como mejor futbolista africano habló de la paz en Liberia y en una entrevista aseguró que era el momento para que intervinieran las Naciones Unidas. Las consecuencias no se hicieron esperar. Su mansión de playa fue quemada y dos de sus primas fueron violadas por soldados del entonces líder rebelde Charles Taylor. El mensaje era que se limitara a hablar de fútbol.

En 1995 se firmó un acuerdo de paz que llevó a la elección como presidente de Taylor, a quien se acusa de haber propagado las guerras en África occidental (