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Elecciones bajo la lupa

En Cáchira, un municipio metido entre las montañas del sur de Norte de Santander, se reúnen en cada elección muchos de los delitos electorales que existen.

Artículo de Votebien.com
6 de septiembre de 2007

El trasteo de votos en Cáchira, Norte de Santander, parece un mal endémico. Los habitantes del pueblo repasan una pelea por cada votación desde 1988, cuando se dio la primera elección popular de alcaldes, y gente venida de otras tierras votaba por uno u otro candidato. La disputa que para algunos cachirenses ya parece un mal chiste, nunca ha estado en el casco urbano sino en el corregimiento de La Vega donde los inscritos resultan ser la mayoría.

No ayudaron las elecciones atípicas que se registraban en sus dos municipios vecinos, El Playón y La Esperanza, pues la gente no tenía problema en recorrer la estrecha y polvorienta carretera para inscribirse en Cáchira y votar el día en que en su pueblo no había elecciones. “Se veían las correrías de los otros pueblos, pero como a ellos no les importaba votar en sus municipios, más parecía un día de fiestas”, dijo un poblador a Votebien.

Y aunque este año no habrá atípícas, las elecciones de octubre próximo no parecen ser la excepción. El Consejo Nacional Electoral tiene en sus manos la denuncia por 258 nuevas inscripciones que se registraron en un par de días en La Vega. Además, la trashumancia fue la principal denuncia que se escuchó de los pobladores del municipio en un debate con los tres candidatos a la Alcaldía, la semana pasada.

No fue la única queja de los asistentes al debate organizado por Parcomun. Cáchira está presente en los mapas de riesgo electoral, no sólo por la transhumancia sino por las votaciones atípicas por un candidato en 2003. Ese año, votaron 4372 personas y de ellas 2333 por el candidato conservador Iván Ordóñez. Esa votación representa el 65 por ciento.

El manejo de los hilos de la Alcaldía por parte de dos familias durante las últimas dos décadas fue criticado una y otra vez. “Es un pueblo sin muchas posibilidades de empleo y los empleados de la alcaldía son los mismo 20 hace dos décadas”, aseguró un profesor del municipio.

En el pueblo del merengue campesino, el azul conservador tiene su puesto ganado de antaño. Los tres candidatos tienen su origen en ese partido, aunque hoy representen otros movimientos. A Hely Cayetano Urquijo todos en el pueblo lo llaman ‘Pepe’ y tiene el aval del conservatismo. Ya fue alcalde entre 1995 y 1999 y tiene el guiño del alcalde actual, aunque para muchos eso puede restarle puntos porque la gestión es criticada duramente. Además, hay señalamientos claros de la utilización de algunos programas de la administración para cautivar votos a favor de Cayetano.

“Aquí se juega a la política de estómago, se compran votos, se dan prebendas”, dijo a Votebien un líder de la población quien admite que ha dicho a los pobladores de las zonas rurales que “reciban el paquete, pero no comprometan el voto”.

Los otros candidatos son Rafael Landazabal, representa hoy a Alas Equipo Colombia y perdió las elecciones pasadas aunque ya había sido alcalde entre 1990 y 1994. Y Dinael Lasso, avalado por Convergencia Ciudadana, es el único que no ha tenido contacto con la administración distrital aunque tampoco se le reconoce experiencia política.

En este municipio, metido entre las montañas y al que sólo llega de Cúcuta un bus cada 24 horas o los carros que contrabandean la gasolina venezolana, hay cerca de seis mil personas aptas para votar, pero el promedio de participación es cercano a los cuatro mil quinientos. La promesa por mejorar la vía y no tener que recorrer 316 kilómetros para llegar a Cúcuta después de atravesar Santander, tendrá muchos de los votos.

Mientras tanto, un grupo se reúne semanalmente para buscar la mejor manera de invertir el presupuesto del municipio que es de $3.500 millones. Los cachirenses ya tienen la tranquilidad que durante años les fue esquiva, ahora piden inversión.

09/05/2007 VOTEBIEN.COM