Home

On Line

Artículo

economía

¿Generador de empleos?

Lunes 26. Ricardo Buitrago analiza los verdaderos efectos que podría tener el Tratado de Libre Comercio sobre el empleo de los colombianos.

Ricardo Buitrago*
25 de septiembre de 2005

re de las mesas, mientras que los posibles ganadores y el Gobierno quieren terminar la negociación en octubre.

Varios estudios, nacionales e internacionales, advierten de los impactos de la negociación en la generación de empleo; sin embargo el equipo negociador continúa en la mesa y lo peor de todo, haciendo concesiones, como en la pasada ronda agrícola y en esta ronda en materia de bienes "remanufacturados". Los responsables de la negociación advierten que tiene que haber perdedores, pero que buscarán un paquete de negociación que proteja los intereses del país. ¿Al final, quién perderá más?

Los objetivos de la negociación

Una de las principales preocupaciones y objetivos de la negociación del gobierno de Colombia en el TLC ha sido asegurar que las preferencias de ATPA/ATPDEA se vuelvan permanentes. Los Estados Unidos, por su parte, saben que este es un elemento negociador importante en la agenda bilateral. El país ha negociado dos veces estos esquemas: la primera vez, Estados Unidos lo concedió como un reconocimiento y una compensación por el costo de la lucha de Colombia contra el narcotráfico; la prórroga y la extensión de las preferencias a confecciones en 2002 requirió hacer concesiones, entre otras, en el área de propiedad intelectual.

Para justificar este objetivo en la negociación se deben revisar las cifras. De los 3.670 millones que Colombia le exportó a Estados Unidos en el 2003, 2.000 millones de dólares entraron con 0% de arancel por la Cláusula de Nación Mas Favorecida (su acceso libre a los Estados Unidos está garantizado). De los 1.670 millones de dólares restantes que utilizaron ATPA o ATPDEA, tres productos concentraron el 91% de las preferencias: 1.150 millones de dólares fueron petróleo y sus derivados, 230 millones de dólares fueron flores y 180 millones de dólares fueron confecciones. Mientras tanto Colombia importó 4.620 millones de dólares de Estados Unidos, de los cuales 38% (1.769 millones de dólares) con aranceles superiores al 10% (promedio de 17.5%) y, el resto, o sea 2.851 millones de dólares, con aranceles de 10% o 5% (promedio de 6.4%).

Aún con esa diferencia arancelaria -Estados Unidos pagando aranceles promedio del 11,95% y Colombia del 0%, nuestra balanza comercial es deficitaria (importamos más de lo que exportamos) en 950 millones de dólares. Ahora bien ¿qué pasará con el desmonte total de aranceles? ¿Es cierto que si no firmamos el TLC y perdemos ATPDEA estamos condenados? ¿Se generarán los empleos necesarios para evitar que el país se suma en una crisis social peor?

Los impactos de la negociación en el empleo

Según un informe presentado por Mincomercio, los impactos positivos en el empleo se darían en Bogotá, Atlántico, Quindío, Valle del Cauca, Antioquia, Huila, Risaralda, Norte de Santander, Sucre, Bolívar, Magdalena, La Guajira, Cundinamarca, Meta, Santander, Caldas, Cesar, Tolima, Córdoba, Cauca, Nariño, Boyacá y Chocó.

Sin embargo, según informes sectoriales los productos sensibles, es decir aquellos que se verían perjudicados por la negociación y que generarían impactos negativos en el empleo son: Arroz (Tolima, Huila, Meta y Casanare); Algodón (Córdoba); Pollo (Santander, Boyacá); Trigo (Nariño).

Es extraño ver coincidencias en departamentos que dependen de los productos sensibles para la generación de empleo, pero que según el gobierno se verán beneficiados.

Si la afirmación de que estos departamentos se verán beneficiados tiene el mismo fundamento que la declaración realizada por el ministro Botero en un diario de la capital cuando manifestaba que nuestra deficiencia en infraestructura vial "paradójicamente" se convertía en una protección contra las importaciones, estamos en aprietos; ¿entonces debemos sumirnos en el subdesarrollo para minimizar los impactos del comercio internacional?

El re de las mesas, mientras que los posibles ganadores y el Gobierno quieren terminar la negociación en octubre.

Varios estudios, nacionales e internacionales, advierten de los impactos de la negociación en la generación de empleo; sin embargo el equipo negociador continúa en la mesa y lo peor de todo, haciendo concesiones, como en la pasada ronda agrícola y en esta ronda en materia de bienes "remanufacturados". Los responsables de la negociación advierten que tiene que haber perdedores, pero que buscarán un paquete de negociación que proteja los intereses del país. ¿Al final, quién perderá más?

Los objetivos de la negociación

Una de las principales preocupaciones y objetivos de la negociación del gobierno de Colombia en el TLC ha sido asegurar que las preferencias de ATPA/ATPDEA se vuelvan permanentes. Los Estados Unidos, por su parte, saben que este es un elemento negociador importante en la agenda bilateral. El país ha negociado dos veces estos esquemas: la primera vez, Estados Unidos lo concedió como un reconocimiento y una compensación por el costo de la lucha de Colombia contra el narcotráfico; la prórroga y la extensión de las preferencias a confecciones en 2002 requirió hacer concesiones, entre otras, en el área de propiedad intelectual.

Para justificar este objetivo en la negociación se deben revisar las cifras. De los 3.670 millones que Colombia le exportó a Estados Unidos en el 2003, 2.000 millones de dólares entraron con 0% de arancel por la Cláusula de Nación Mas Favorecida (su acceso libre a los Estados Unidos está garantizado). De los 1.670 millones de dólares restantes que utilizaron ATPA o ATPDEA, tres productos concentraron el 91% de las preferencias: 1.150 millones de dólares fueron petróleo y sus derivados, 230 millones de dólares fueron flores y 180 millones de dólares fueron confecciones. Mientras tanto Colombia importó 4.620 millones de dólares de Estados Unidos, de los cuales 38% (1.769 millones de dólares) con aranceles superiores al 10% (promedio de 17.5%) y, el resto, o sea 2.851 millones de dólares, con aranceles de 10% o 5% (promedio de 6.4%).

Aún con esa diferencia arancelaria -Estados Unidos pagando aranceles promedio del 11,95% y Colombia del 0%, nuestra balanza comercial es deficitaria (importamos más de lo que exportamos) en 950 millones de dólares. Ahora bien ¿qué pasará con el desmonte total de aranceles? ¿Es cierto que si no firmamos el TLC y perdemos ATPDEA estamos condenados? ¿Se generarán los empleos necesarios para evitar que el país se suma en una crisis social peor?

Los impactos de la negociación en el empleo

Según un informe presentado por Mincomercio, los impactos positivos en el empleo se darían en Bogotá, Atlántico, Quindío, Valle del Cauca, Antioquia, Huila, Risaralda, Norte de Santander, Sucre, Bolívar, Magdalena, La Guajira, Cundinamarca, Meta, Santander, Caldas, Cesar, Tolima, Córdoba, Cauca, Nariño, Boyacá y Chocó.

Sin embargo, según informes sectoriales los productos sensibles, es decir aquellos que se verían perjudicados por la negociación y que generarían impactos negativos en el empleo son: Arroz (Tolima, Huila, Meta y Casanare); Algodón (Córdoba); Pollo (Santander, Boyacá); Trigo (Nariño).

Es extraño ver coincidencias en departamentos que dependen de los productos sensibles para la generación de empleo, pero que según el gobierno se verán beneficiados.

Si la afirmación de que estos departamentos se verán beneficiados tiene el mismo fundamento que la declaración realizada por el ministro Botero en un diario de la capital cuando manifestaba que nuestra deficiencia en infraestructura vial "paradójicamente" se convertía en una protección contra las importaciones, estamos en aprietos; ¿entonces debemos sumirnos en el subdesarrollo para minimizar los impactos del comercio internacional?

El
informe del CIDE, Corporación para el Desarrollo de la Investigación y la Docencia Económica, sobre el efecto del TLC sobre el empleo, también concluye que "Los impactos del TLC son importantes, pero transitorios: se produce un crecimiento adicional en los primeros años del acuerdo, pero sus efectos tienden a diluirse con el tiempo". Utilizando el mismo modelo de medición que el CIDE, Fedesarrollo también realizó un estudio en donde concluye: "Con una tasa de inversión del 20% anual, la economía colombiana se demora entre 28 y 29 años en acumular el stock de capital necesario para alcanzar el equilibrio de largo plazo en el TLC".

Lo anterior quiere decir que no solo es necesario hacer una buena negociación. Es imperioso además que las condiciones macroeconómicas se mejoren, que la política fiscal sea eficiente y que exista una adecuada redistribución de factores (la asignación de recursos productivos entres los sectores económicos). Una parte importante del TLC se deriva del "efecto racionalización": la reasignación de recursos que fluyen de usos no eficientes (empresas ineficientes, sectores no competitivos) a usos eficientes (empresas eficientes, sectores competitivos).

Pero todos los TLC firmados por Estados Unidos tienen esa connotación. La incidencia, del NAFTA en México, según un