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Golpe de Estadio

Algunos de los más reconocidos futbolistas del país dejaron de perseguir balones. Ahora sólo buscan votos para el Congreso.

Élber Gutiérrez Roa
2 de febrero de 2006

Cansados de viajar por el mundo en busca del partido de su vida y luego de un reposo en el que hubo tiempo hasta para participar en realities de la televisión nacional, tres de los más famosos futbolistas colombianos se preparan para ingresar al mundo de la política.

No tienen experiencia en asuntos de administración pública, ni preparación en temas económicos o políticos.  Tampoco saben de elaboración de leyes, ni tienen idea sobre  lo que es un debate de control político, ni conocen el nuevo sistema electoral. Ni siquiera soportan la "tortura" de ver la emisión completa de un noticiero de televisión, pues casi siempre llegan a la sintonía a la hora de los goles, cuando no hay políticos pelando ni haciendo promesas en la pantalla.

Conocen, eso sí, casi todo el país. Solían recorrerlo cada ocho días en bus o en avión no para conocer su geografía, sino en busca de la fama que les permitiera viajar a un equipo en el extranjero, con el cual comenzarían nuevamente a viajar cada ocho días en busca de nuevos reconocimientos, goles y contratos.

Esa vida se acabó.  Faustino Asprilla, Iván René Valenciano y Mauricio "chicho" Serna, fueron tentados por la política y -gracias al reconocimiento obtenido por su condición de deportistas- son promocionados ahora como candidatos al Congreso de la República.

"Yo no sé mucho de esto, pero sé cuáles son las necesidades de la gente y quiero ayudar", dijo Asprilla al ser presentado como fórmula para la Cámara de la Representante Rocío Arias, por el partido Colombia Democrática.  "He visto muchas cosas en la vida, muchos países que progresaron y quiero que el país progrese, que se acabe la pobreza y que haya paz", comentó ante los micrófonos en los que antes hablaba sobre fútbol y uno que otro escándalo personal.

Willington Ortiz, otrora goleador de la selección Colombia y ahora candidato a la reelección como Representante a la Cámara, considera que "ya era hora de que los futbolistas se dieran cuenta de que la vida no se acaba cuando salen de las canchas. Tenían que darse cuenta de que la vida es un partido y que hay que jugarlo completo".

El del "viejo Willie" es uno de los pocos antecedentes que existen en el país acerca del tránsito del fútbol a la política y a decir verdad su ejemplo ha sido más bien traumático.  Durante sus escasos cuatro años en la vida pública Ortiz ha tenido que responder por siete demandas de pérdida de investidura, la mayoría de las cuales lo sindicaba de corrupción.  Salió airoso de ellas, pero se convirtió así en blanco permanente de críticas desde los mismos medios que antes lo endiosaban por sus inigualables cualidades como deportista.

Hoy, mientras pule los detalles del balón que le servirá como logo en su campaña al Congreso,  Ortiz, el hombre de los 33 mil votos y los 240 goles como profesional, cree que lo hará mejor en su segundo tiempo. "En estos primeros cuatro años hice el reconocimiento de la cancha, ahora vienen los goles", dijo a Semana.com.

La estrategia de lanzar a la arena política a personalidades de otras disciplinas no es nueva ni exclusiva de Colombia Democrática. En el pasado lo intentaron los partidos liberal y conservador con ex jugadores de selección Colombia como Harold Lozano y René Higuita y el árbitro Óscar Julián Ruiz, quién se lanzará a la Cámara por Cambio Radical.

Ahora, cuando las normas electorales imponen la obligación de alcanzar un umbral o porcentaje mínimo de votos para tener derecho a las curules, los partidos reforzaron su búsqueda de aspirantes, especialmente entre quienes tienen reconocimiento entre la población. La duda sigue siendo si con su inexperiencia en asuntos públicos podrán repetir en política lo que lograron como deportistas.

Faustino Asprilla:  Excluyendo a Carlos Valderrama, Asprilla es el jugador colombiano de mayor éxito internacional.  Después de ser figura en Italia e Inglaterra, incursionar en el negocio de los caballos finos y participar en un reality, decidió aspirar a la Cámara de Representantes ante la declinación de Leonel Álvarez (ex capitán de la Selección Colombia) al ofrecimiento inicial de la congresista Rocío Arias. Inicialmente se creía que estaba inhabilitado por acciones judiciales derivadas de sus escándalos personales, pero Asprilla dijo no tener cuentas pendientes con la justicia.  Interrogado sobre las versiones que vinculan a la congresista Arias con los paramilitares,  el ex futbolista se limitó a responder que "es una mujer inteligente que busca lo mejor para el país y por eso la respaldo".   

Iván René Valenciano:  Cuando era futbolista le decían el "bombardero".  Los comentaristas deportivos creían que su presencia era la responsable de que el estadio Metropolitano de Barranquilla se llenara. Ahora quiere que esas 70 mil personas que antes iban al estadio se decidan a votar por él para alcanzar una curul en la Cámara por Atlántico.  Tuvo ofrecimientos de Convergencia Ciudadana, pero finalmente logró un acuerdo con el movimiento político Alas-Equipo Colombia, que lideran los senadores Álvaro Araujo y Luis Alfredo Ramos.

Mauricio "chicho" Serna:  Durante muchos años fue el símbolo de la "garra" en la selección Colombia y en prestigiosos clubes como el Boca Juniors, de Argentina, con el cual ganó torneos en todo el mundo. Aunque aún no confiesa su intención de hacerse elegir en las votaciones de Congreso se le ha visto haciendo campaña con algunos candidatos por los barrios de Medellín.  La mayoría de ocasiones está apoyando a su amigo Jorge Enrique Vélez, candidato a la Cámara por Cambio Radical.