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El Gobierno cree que con el Plan es posible reducir el alarmante índice de pobreza que registra el país.

¿Habrá cinco millones menos de pobres en 2010?

El gobierno nacional presentó el Plan Nacional de Desarrollo para los próximos cuatro años. Su objetivo central es reducir la pobreza un 10 por ciento. ¿Será esto posible?

Juliana Bedoya Pérez
17 de noviembre de 2006

Cinco millones de personas saldrían de pobres en los próximos cuatro años. La cifra, que para muchos puede ser objeto de burla, fue dada a conocer por el gobierno nacional en su nuevo Plan de Desarrollo para los años 2006-2010. Los antecedentes no le ayudan mucho a esta promesa del gobierno, pues si se ven las estadísticas de los últimos 15 años, el país sólo pudo reducir la pobreza en cinco puntos... ahora el gobierno pretende reducirla 10 por ciento en sólo cuatro años.

Las mediciones más serias sobre índices de pobreza comenzaron en 1991, y en ese año se habló de que más de la mitad del país padecía este mal (53,8 por ciento). Para 2003, 12 años después, sólo se logró reducir dos puntos. Hoy el 49 por ciento de personas es pobre; para decirlo de otra forma: en Colombia hay más de 21 millones de colombianos pobres.

Por eso, que cinco millones de personas logren en menos de cuatro años dejar de figurar como pobres será no sólo una tarea titánica, sino imposible. Un experto en desarrollo y pobreza de una entidad consultante del gobierno, consultado por Semana.com, señaló que lograrlo es inviable, a menos que se cambiara la metodología de medición de la pobreza.

El tema no es de maquillar las cifras, sino de los criterios con los que se mide quién es pobre y quién no. Actualmente, la medición más común es la canasta básica. Si una persona tiene los ingresos suficientes para cubrir los gastos de un techo modesto, una dieta básica y transporte mínimo para ir a estudiar o trabajar, no es pobre.

Es aquí donde cabe hacer la pregunta ¿En Colombia hay más pobres que los que dicen las cifras? El ex director del Dane César Caballero sabe de lo que se habla. Durante su gestión (2002-2004) se manejaron cifras que señalaban que en Colombia el 61 por ciento de los colombianos era pobre.

En aquel entonces, Caballero se negó a cambiar el método de medición de la pobreza; sin embargo, finalmente se aplicaron ajustes a la metodología. Por eso hoy no duda al afirmar que, aunque ve no sólo viable y deseable, sino posible, la reducción de la pobreza, es preocupante que se vuelva “al estilo del gobierno de mejorar las cifras a punta de cambios en el modo como se miden”.

El Plan de Desarrollo contará con 222,2 billones de pesos, de los cuales se invertirán 120 billones en educación y salud. Que el gobierno invierta más de la mitad del presupuesto para el desarrollo en la erradicación de la pobreza demuestra que van con todo y que de algún modo se quieren acallar las críticas por el poco interés que ha mostrado el presidente Uribe durante sus años de gobierno por el tema social.

Según el Departamento Nacional de Planeación, con los 120 billones se lograría una cobertura total en educación y salud y se atenderían 1,5 millones de familias a través de la red de protección social contra la pobreza extrema.

Según Óscar Sánchez, especialista en Desarrollo Humano de Naciones Unidas, empezar por bajar los niveles de pobreza extrema es una buena salida para alcanzar las cifras que pretende el gobierno. Es más fácil proveer de bienes públicos y dar subsidios directos a los más pobres, que atacar la pobreza en general, pues esta “depende del desempeño económico y, sobre todo, de su relación con empleo, distribución de ingresos, equidad territorial e incorporación de lo rural al progreso regional”, señala Sánchez.

La tarea que le espera al gobierno es muy dura, pues para lograr la reducción de la pobreza, también tendrán subir los niveles de empleo y mantener el crecimiento económico por encima del 5 por ciento, aspectos que también contempla el plan de desarrollo. Lograrlo ahora requiere no sólo de cumplir metas y cifras, sino de garantizar la equidad y la distribución justa de los ingresos en el país.