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La demanda de Navarro

Ahora que el gobierno hizo sacar de las listas al Congreso a cinco uribistas, la oposición pide investigar al Presidente Uribe porque obtuvo igual votación en las zonas de influencia paramilitar.

2 de febrero de 2006

Enero 25 de 2006.
 
La tormenta política desatada tras la expulsión de cinco congresistas de las listas uribistas por sus supuestos vínculos con los paramilitares no termina. Los rumores sobre nuevas expulsiones y las denuncias contra uno y otro aspirante son el pan de cada día en las campañas.  Y para terminar de alborotar el avispero, el candidato presidencial Antonio Navarro (del Polo Democrático) anunció este domingo en El Tiempo que denunciará al presidente Álvaro Uribe ante la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes porque, al igual que los cinco expulsados, obtuvo una "concentración injustificada de votos" en las zonas de influencia paramilitar.

La anunciada denuncia de Navarro, que aún no ha sido presentada, está basada en un ejercicio comparativo de los votos de Uribe y de los senadores cuestionados en la Costa Atlántica. "Si los expulsaron del uribismo por haber sacado altas votaciones en las zonas paras, el presidente también debe explicar cómo logró votaciones similares en esas mismas áreas. Es inconcebible que los que ayer eran sus amigos hoy sean echados y él no asuma una responsabilidad frente a la paramilitarización de la política", dijo Navarro a Semana.com.
 
Al comparar los datos de las elecciones en el Magdalena en el 2002, por ejemplo, es evidente que hubo concentración de sufragantes en zonas bajo influencia paramilitar en las que Maloof arrasó sin ser oriundo de allí ni tener ninguna trayectoria política en la región.  Obtuvo el 81% de los votos en Zapayán , el 87% en Sabana de San Ángel, el 87% en Chivolo, el 91% en Remolino, el 81% en Ariguaní y el 86% en Salamina. 

En los mismos municipios, Uribe tuvo votaciones concentradas: el 95% en Zapayán, el 95% en Sabana de San Ángel,  el 88% en Chivolo,  el 87% en Remolino, el 86% en Ariguaní y el 83% en Salamina.

Viejos conocidos

Uribe y Maloof, quien ingresó a la política recientemente como segundo renglón de Edgar Perea, son amigos e hicieron campaña juntos en las pasadas elecciones.  Incluso Maloof era la persona que viajaba en el vehículo blindado con Uribe el día en que el entonces candidato se salvó de un atentado en Barranquilla, a escasas semanas de la jornada electoral.

Así lo confirmó el propio senador a Semana.com al indicar que la coincidencia en las elevadas votaciones se debe que "el presidente y yo hicimos el mismo trabajo en esas zonas".  Maloof señaló que "no me explico cómo vienen a decir ahora que unos votos sí son buenos y otros malos, si el presidente Uribe y yo trabajamos de la misma forma por los votos".  Según él, existe doble moral frente a la problemática paramilitar, al punto que la Costa Atlántica está siendo estigmatizada mientras nadie habla sobre el resto de los 29 departamentos en los que ese grupo ilegal tiene presencia. "Yo sí conozco a jefes paramilitares y hablé con ellos en varias reuniones (algunas en Magdalena) como parte de mi trabajo al frente de la comisión de derechos humanos del Senado. Ese trabajo por la paz me abrió puertas en zonas en que antes eran controladas por los politiqueros y en las cuales nadie se atrevía a competirles".

Aunque el ex ministro Juan Manuel Santos, jefe del partido de la U, señaló en su momento que se reservaba el derecho de no decir en público las razones por las cuales expulsaba a los senadores Luis Eduardo Vives, Habib Merheg y Maloof,  ellos mismos fueron informados -según Maloof- de que su destierro del uribismo se debió a su inexplicable barrida en las elecciones de 2002 y a recientes reuniones en las que estarían planeando una nueva redistribución de las zonas electorales con los paramilitares.
 
Maloof negó haber asistido a la reunión del 5 de diciembre de 2005 en Curumaní para la supuesta repartición de zonas dirigida por alias Jorge 40 y aseguró que tiene pruebas fílmicas de que ese día estaba en la posesión del alcalde de María la Baja y en correrías  por otros municipios promoviendo su candidatura al Senado y la de Álvaro Uribe a la reelección.

Fuentes oficiales de la Casa de Nariño dijeron que la única relación existente entre los votos de Uribe y los de Maloof se deriva del apoyo del senador a la campaña del Presidente de la República y que así como dos candidatos pueden apoyarse mutuamente sin ser de la misma región o usar la misma estrategia publicitaria,  también es errado pensar que acudan a las mismas prácticas políticas.

A la espera

Es cierto que un candidato al Congreso conoce más la micropolítica que permite su elección que uno a la Presidencia, precisamente porque por lo general le delegan ese trabajo a sus congresistas.

A Navarro, curtido en política, sin embargo, le sigue pareciendo anormal que Uribe no sacó el 80 por ciento en ningún municipio de Antioquia, donde nació y donde ha ejercido una brillante carrera política: fue alcalde de Medellín, gobernador, director de bienes del Peñol y senador dos veces, mientras que en municipios bajo influencia paramilitar tuvo votaciones superiores al 90 por ciento. Esa misma duda fue planteada hace un año por el liberalismo y los sectores de izquierda durante los debates a la ley de garantías, en la que pedían incluir un artículo para anular las mesas en las que un candidato sacara semejantes mayorías. El artículo fue negado por iniciativa del ministro del Interior, Sabas Pretelt, quien consideró que atentaba contra la voluntad de los electores.

Durante esas discusiones, Navarro reveló que había pedido al vicepresidente Francisco Santos, encargado de la política anticorrupción del gobierno, investigar la concentración de votos que un año después contribuyó a dejar por fuera del uribismo a cinco de sus bastiones. 

Con el alboroto político del momento, el precandidato del Polo Democrático le apunta ahora a establecer la relación entre Uribe y los congresistas desterrados, pero -tres días después del anuncio-, en la comisión de investigación y acusaciones siguen esperando que radique su denuncia.