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Las primiparadas de la consulta

La primera experiencia de consultas de partidos y movimientos políticos en forma masiva dejó muchas lecciones para no replicar una próxima vez.

Votebien.com
8 de julio de 2007

Las votaciones sin proselitismo, con policías vigilantes de los seguidores de los candidatos y total silencio e imparcialidad en las mesas de los jurados parecían cosa del pasado durante las consultas de partidos y movimientos políticos realizadas el domingo en el país.

Para las consultas de partidos y movimientos políticos, que por primera vez se realizaron de manera masiva en el país, no existían las mismas restricciones que tradicionalmente imperan en las elecciones. Sí se podía hacer proselitismo, mantener la publicidad política pagada y hasta llegar a votar con la camiseta de su candidato preferido. La reglamentación que existe sobre consultas no tiene restricción alguna, dijo una fuente de la Registraduría Nacional a Votebien.com.

En las elecciones normales, los jurados no pueden hablar con los votantes ni deben recibir publicidad, pero en esta ocasión, todas esas reglas no existían. Los jurados incluso llegaron a recibir publicidad política, como lo constataron periodistas de Votebien.com en varias mesas en Bogotá.

Igualmente, algunos candidatos montaron sus mesas de inscripción junto a las mesas de votación, como ocurrió con Samuel Moreno Rojas en Bogotá. Por esta razón hubo varias quejas ante el sistema electoral.

Una prueba del ‘cambio de imagen’ electoral era Corferias donde los seguidores de los candidatos estaban repartiendo publicidad política junto a las mesas de votación y los electores eran prácticamente acompañados a las urnas. La ‘mancha amarilla’ acompañó todo la jornada en un recinto que generalmente está cubierto sólo por la Policía y los funcionarios de la Registraduría.

Antes de las votaciones, varios candidatos habían hecho la consulta a la Registraduría Nacional sobre las restricciones en el día de la jornada y la respuesta había sido ambivalente, primero que no existía ninguna y después que la gente no podía llegar a votar haciendo proselitismo. Además, hasta ayer no se conocía que los funcionarios públicos podían votar sin que incurrieran en participación en política.

Por eso, lo ocurrido ayer sorprendió a muchos. Incluso a algunos de los candidatos. La campaña de María Emma Mejía había dado la orden a sus seguidores para que usaran una camiseta de un color diferente al amarillo, que identifica al Polo Democrático Alternativo, en el momento de votar; sin embargo, al llegar a las mesas nadie más cumplía con esta pauta.

A otros partidos tampoco les dejó muy buen sabor la transmisión en directo que se hizo de la congregación que el Polo realizó para conocer a su candidato a la Alcaldía de Bogotá. Fueron dos horas en el canal institucional dedicados exclusivamente a ese partido.

Que no existiera normatividad era una cosa, pero otra muy diferente era el que se infringieran las normas de la mesa, como ocurrió en Usme, donde una mesa fue cerrada mientras se hacía un preconteo. Durante una hora y media no se recibieron votantes y no se supo si de alguna manera se alteraron los votos.

A la Registraduría también la sorprendió en su logística. Esta primera consulta masiva, tenía previsto cubrir 26 departamento en 962 municipios; sin embargo, no fue así. Como la Ley nunca estableció un límite para la fecha de retiro de la precandidatura, a la organización electoral la cogió el sábado desmontando elecciones. Así ocurrió, por ejemplo, con el partido conservador que decidió anular la consulta en Cundinamarca. Como se trataba de la única consulta, muchos tarjetones se perdieron. Así ocurrió en muchos lugares del país.

Para la realización de consultas se inscribieron 5.622 personas y finalmente participaron 3.029.

Igual, hubo una queja reiterada en los puestos de votación, pues muchas personas resultaron damnificadas porque el censo electoral no logró ser actualizado. Así, quienes cambiaron de residencia y por ello habían trasladado su inscripción no pudieron votar y algunos les tocó recorrer Bogotá para lograrlo.

Lo claro es que el proceso de consultas requiere una regulación clara, para que cada cual no haga lo que quiere al momento de las votaciones. La primiparada tiene que servir para que se haga una regulación donde, ante todo, sean claros el equilibrio y el cumplimiento de las normas.