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Las razones de una marcha

Fabiam Moreno Ramos* explica el por qué de la movilización de los indígenas desde el sur del país hasta Bogotá.

27 de julio de 2007

Todavía tengo frescas las imágenes del documental ‘Somos alzados en bastones de mando’. Allí vi sentado cómodamente, después de que fue editado, cómo mis hermanos indígenas eran arrasados junto con su tradicional firmeza. La firmeza y la valentía de los indígenas nasa (también las de los indígenas guambianos). Los policías del Escuadrón Móvil Antidisturbios amparándose, como cobardes, bajo una armadura negra y un escudo de fibra de vidrio, sometían el empeño de nuestro pueblo a punta de grandes chorros de agua y gases lacrimógenos, y quién sabe de qué más… En el sitio (Resguardo indígena La María, Piendamó, Cauca, 2005) murió el compañero Pedro Poscué. Esa vez mis hermanos fueron humillados, estaban protestando no sin justa razón, y el gobierno de Álvaro Uribe desatendió el llamado del pueblo y mandó un grupo de irracionales, unos vestidos de negro y otros vestidos de verde, para disolver la protesta.

Una buena noticia: ¡El pueblo indígena protesta nuevamente!, es el camino ideal para nosotros, pues está comprobado que las peticiones totalmente pacíficas no despiertan el interés del gobierno, y menos del actual. Pero también estamos convencidos de que nuestro método de lucha nunca será la violencia, ni el secuestro, ni la muerte. No es otra cosa, el pueblo indígena se avergonzó, al fin, de lucir conformado con la situación actual de Colombia. Se sonrojó del silencio. Y salió a la calle para invitar a los negros, a los campesinos, a los mestizos, a las mujeres, a los hombres, a los viejos, a los niños, a los trabajadores… para que muestren ante el mundo su deseo de cambiar para bien al país. Pero no sólo para que dejen ver los deseos de un país nuevo y alcen la voz, sino para que todos juntos empecemos a construirlo. Claro, para construir algo primero hay que desearlo. Que no venga ahora a decir el gobierno que detrás de todo esto están las Farc, o el ELN o cualquier otro grupo armado. Esta movilización es la manifestación de la voluntad del pueblo. La idea es que se una cada vez más gente a nuestra propuesta, por eso la movilización visitará grandes ciudades de la zona andina de Colombia: Cali, Armenia e Ibagué, y finalmente llegará a Bogotá, que es donde están quienes deben escucharnos. Los dos grandes objetivos de la movilización son hacer conciencia de la situación actual de nuestro país y buscar soluciones, métodos, ideas y propuestas para mejorar esa situación. Las organizaciones indígenas han enumerado los siguientes puntos como razones para la movilización (a modo general):

-La seguridad democrática, que lo único que ha hecho es echarle más leña al fuego del conflicto armado colombiano y las comunidades indígenas están sufriendo en carne propia sus efectos: desplazamiento forzado, asesinato de sus líderes y violación de sus derechos. Pedimos una salida negociada al conflicto armado y abogamos por el intercambio humanitario.

-La privatización de los recursos naturales. El gobierno está entregando a empresas transnacionales los nacimientos de agua (para nosotros, al igual que la tierra, el agua es sagrada) y las minas para que éstas las exploten a beneficio de sus intereses económicos.
-El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que deja en gran desventaja a los productores y los agricultores de nuestro país, ante los productos que llegarán del norte.

-La para-política. El Congreso de la República, las gobernaciones y las alcaldías son algunos de los entes que, al estar comprometidos con el paramilitarismo, no pueden ejercer su principal función, que es legislar y gobernar para el pueblo.

-Los medios masivos de comunicación, que, aunque alardean luchar por la libertad de prensa y por el derecho a la información, son maniquíes de los grandes grupos económicos que distorsionan la realidad de la información a favor de sus intereses.

Ahora recuerdo también las movilizaciones populares de Ecuador y Bolivia, en donde los indígenas llamaron y el pueblo se unió. Cuando el pueblo se une, no hay gobierno que aguante, cayeron presidentes. Es un recuerdo grato. Aunque en Colombia la situación geopolítica es diferente a la de Ecuador o la de Bolivia, estoy seguro de que aquí también se pueden hacer grandes reformas sociales. Y el pueblo es quien debe hacerlas, pues es el pueblo el único perjudicado con las decisiones del gobierno. Uribe está gobernando para los grupos económicos, está echándole candela al conflicto armado… Vamos a tumbar el gobierno de Uribe, queremos un presidente que trabaje realmente para el pueblo. Ese gato no sirvió. El de mano fuerte y corazón grande se pifió. Lo mejor es que se vaya, que acepte que se equivocó de cabo a rabo, aunque eso de entrada es un imposible, pues pocas veces acepta equivocarse. ¿Quién puede con su ego? Ni él mismo.

A todos los colombianos que desean un cambio social los invito a que cuando vean un indígena movilizándose por su dignidad en Cali o Armenia, en Ibagué o Bogotá, le den un vaso de agua, le den la mano y le den la razón. Se sienten con él a conversar, hablen de lo que está pasando en Colombia, y juntos, todos los sectores, empecemos a levantarnos y a protestar por las cosas que pasan, esas que ya nos dio vergüenza ignorar.


*Fabiam Moreno Ramos es un precoz periodista afroindígena (madre nasa y padre afrocolombiano) que trabaja en medios de comunicación alternativos desde hace nueve años. Tiene 20 años de edad.