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Desigualdad

Lecciones sobre equidad y seguridad

Lunes 12. Óscar Sánchez analiza las implicaciones para Colombia de los resultados del Informe Mundial de Desarrollo Humano, recientemente publicado por la ONU. Foro con los lectores.

Óscar Sánchez*
11 de septiembre de 2005

El informe mundial de desarrollo humano para el año 2005 contiene una catarata de cifras que muestran de todo. Pero, sobre todo, resalta las carencias de libertades esenciales que padece la parte más débil de la humanidad.

Contiene dos mensajes claros. Primero, no será posible cumplir con las principales metas que la comunidad internacional se ha fijado para el año 2015 en la ruta hacia la dignidad humana, si no se hace ahora mismo una evaluación crítica de las reglas del sistema internacional.

La humanidad no progresa a un ritmo considerable hacia la erradicación de los principales padecimientos humanos, aunque los recursos con que cuenta el mundo para lograrlo son inmensos. El informe lo explica así: primero, la desigualdad entre los que tienen y los que no es tan grande, que los débiles del planeta (países enteros o regiones y grupos de personas dentro de los países) tienden a quedar marginados. O dicho más claro, que cada vez más el tercio de personas miserables, en guerra y sometidas a culturas o regímenes opresivos le interesan menos al resto, que gozan de un desarrollo humano satisfactorio o que tienen una opción clara de llegar a serlo. 

Esto, porque en el orden internacional actual la ayuda de los ricos a los pobres y la reglas del comercio internacional no corrigen (e incluso tienden a agravar) la inequidad. Además, las prioridades en materia de seguridad están erradas y los países gastan cantidades desmedidas de su presupuesto en armas y medidas de coerción y muy poco en atender a las causas reales de los problemas y en generar un mundo con menos tensiones.

El segundo mensaje: los prósperos hacen de cuenta que los miserables no existen. Pero no entienden que todos estamos en el mismo barco y a la larga, o llegamos a buen puerto, o nos hundimos juntos.

Colombia: 58 y 2x3

Al hablar de Colombia nos referimos a un país muy desigual. Según el informe, 58 personas pobres (del 10% de menores ingresos) reciben el mismo ingreso que 1 persona rica (del 10% con mayores ingresos).

Además, la violencia no los deja salir de callejón.  De acuerdo con el informe, 2 millones de personas son refugiadas o desplazadas. El conflicto armado le ha costado 2 puntos anuales del PIB a la economía y la violencia ha reducido la esperanza de vida hasta en 2 años.

En los problemas de equidad y de seguridad que el informe resalta, Colombia tiene mucho para atender.

¿Qué hacer por la equidad?

Un chiste viejo: una vez le preguntaron a un joven comprometido con una causa socialista que si de tener moto la entregaría para la causa y dijo que sí, que con mucho gusto. Pero cuando le preguntaron que si entregaría su bicicleta, dijo que no. Al preguntarle por qué respondió: porque bicicleta sí tengo.

Un experto en temas de equidad, el profesor Alfredo Sarmiento, se refiere a las desigualdades territoriales del país aludiendo a la distancia que hay entre el Chicó y el Chocó.  Lo que hay que hacer en Colombia es acercar el Chocó al Chicó (desarrollo regionalmente equilibrado) y compartir la moto que pensamos comprar sin entregarle a nadie la bicicleta que ya tenemos (crecimiento futuro sesgado en favor de los pobres).

Equilibrio regional

Mirado en retrospectiva, el país ha hecho ciertas tareas en desarrollo económico y social.  No sería justo decir que el país ha fracasado en los promedios de desarrollo. Pero sí es justo decir que ha fracasado cuando se miran diferencialmente zonas del territorio. En el resultado del Índice de Desarrollo Humano, Bogotá se parece a Costa Rica y Nariño a Viet Nam.

La economía colombiana suele ser más aplicada que la de sus vecinos. Aunque no es un país veloz para crecer, son pocos y cortos los amagos de recesión y, en últimas, Colombia cuenta con un ingreso modesto -paradójicamente, con este ingreso modesto otros países han logrado bienestar material para su gente-. Además hay inversión social. Gracias a ella, muchos pobladores tienen un acceso apropiado a ciertos bienes básicos. 

Pero en el campo las diferencias sociales son inmensas. Más de la mitad de los 10  millones de campesinos de Colombia no tienen derecho ni al agua potable, ni a la educación básica, ni a un trabajo decente. Esto, porque por años los campesinos no recibieron la misma atención que la gente de las ciudades. Además al gobierno se le olvidó que la seguridad y la justicia sólo existen si son para todos. Extensas porciones del territorio quedaron a expensas de la ley del más fuerte y ahora no hay seguridad para nadie.

Tener paz y democracia, sacar a la gente de la miseria y generar competitividad (todos son indicadores del desarrollo humano) implica ofrecerles los mismos bienes públicos  a Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, que a Chocó, Cauca, Sucre, Nariño y Bolívar, por ejemplo.

En esto la descentralización ha sido muy desigual.  Unos la han aprovechado y ahora tienen gobiernos más autónomos y eficientes, mientras otros la han padecido y malgastan lo que les llega del nivel central a los presupuestos públicos territoriales.  Claro, el círculo vicioso es implacable: con pocas excepciones, los territorios que peor han estado tienden a ser los que peor lo hacen.

Crecimiento propobres

La desigualdad ofrece una oportunidad.  Cuando la riqueza (se puede decir lo mismo para otros bienes o para las oportunidades en general) está concentrada y su acumulado inicial no es despreciable, como es el caso de Colombia y de los países más grandes de América Latina, sucede que no hay que quitarle nada a los que ya tienen para darle en el futuro a los que no tienen.  Basta con hacer que lo que se acumule en el futuro se reparta un poco mejor. 

En ese sentido, el informe revela que si el 20% más rico recibiera un 5% menos de sus ingresos futuros, en el 2015 se podría duplicar la participación de los más pobres en el crecimiento y la pobreza extrema se reduciría significativamente en todo el mundo (de 704 a 446 millones de personas) y drásticamente en algunas regiones, incluida América Latina (donde prácticamente desaparecería).

Colombia, la undécima economía más desigual del mundo según el Coeficiente de Gini publicado por el informe, y con una base material de ingresos medios, es el país al cual le aplica la teoría anterior de manera típica.

Algunas preguntas

Ahora que vamos a tener un foro virtual, cabe proponer algunas preguntas para el debate:
- ¿Por qué cree que en Colombia los ricos tienen tanto más que los pobres?
- ¿Por qué algunas regiones del país se quedaron tan atrás en desarrollo humano comparadas con otras?
- ¿Qué papel cree que juegan las tarifas y la distribución de los impuestos en este asunto?
- ¿Qué papel cree que juegan los subsidios y su asignación en este asunto?
- ¿Qué papel cree que juega la mentalidad de los pobres y qué papel la mentalidad de las elites en esta realidad?
- ¿Cree posible que el crecimiento futuro del país se distribuya mejor entre regiones atrasadas y adelantadas y entre ricos y pobres?

* Especialista en Desarrollo Humano Pnud