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Los senadores Óscar Suárez, Rubén Darío Quintero y el representante Mauricio Parodi.

JUSTICIA

Los cuatro barones electorales de Antioquia en la mira de las autoridades

En vísperas del debate sobre la penetración del paramilitarismo en este departamento, la alta corporación fija la atención en los senadores Óscar Suárez, Rubén Darío Quintero y el representante Mauricio Parodi. Sindican al también senador Antonio Valencia de nexos con ‘El Alemán’.

13 de abril de 2007

Los nombres de tres congresistas antioqueños están ad portas de figurar en el proceso que adelanta la Corte Suprema de Justicia sobre los vínculos entre dirigentes políticos y miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) conocido popularmente como la para-política. Se trata de los senadores Óscar Suárez (Alas Equipo Colombia) y Rubén Darío Quintero (Cambio Radical) y del representante Mauricio Parodi (Partido Liberal).

Según varias versiones de medios a los tres la alta corporación ya les abrió investigación preliminar. A los tres congresistas se sumó el del senador Antonio Valencia, el que heredó la curul de Álvaro Araújo en el Senado. Una información del diario El Tiempo da cuenta que éste mantuvo varias reuniones con un hermano de Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, quien comandaba el grupo paramilitar o ‘Elmer Cárdenas’ señalado del asesinato y la desaparición de cientos de campesinos bananeros en Urabá.

En Antioquia, Quintero es uno de los mayores barones electorales. Basta con citar que en las pasadas elecciones para la Gobernación, perdió ante su rival y actual gobernador, Aníbal Gaviria, con quien hasta último momento mantuvo una fuerte confrontación sobre quién regiría los destinos del departamento.

Públicamente, este senador goza de una hoja de vida con un enorme recorrido. Es abogado y especialista en gobierno público. Dentro de su trayectoria política, ha sido alcalde del municipio de Rionegro, en el oriente antioqueño. Por la gestión que hizo en aquel cargo, fue catalogado como el mejor alcalde del país.

Más tarde, fue secretario privado de Álvaro Uribe cuando éste fue gobernador del departamento. Por su experiencia en estudios de gobierno público, participó como secretario de Desarrollo de la Comunidad durante el gobierno de Gilberto Echeverri.

Como legislador, también muestra una extensa actividad. Fue parlamentario antes de lanzarse como candidato a la Gobernación de Antioquia en 2003. Desde eso, lo han considerado como uno de los mejores congresistas del país. Fue autor de reformas constitucionales para hacer del deporte en los municipios un gasto público. Además, participó en los proyectos que alargaron de tres a cuatro años los períodos de alcaldes y gobernadores. Y su nombre figura entre quienes redactaron las leyes de vivienda de interés social.

Para la curul que ocupa actualmente, obtuvo 49.937 votos. Esa es su vida pública conocida hasta ahora. Ahora la justicia quiere establecer si simultáneamente oculta otros comportamientos. Por ahora, lo señalan de haber hecho alianzas con alias ‘El Alemán’, un jefe paramilitar de Antioquia. Según lo reseñó el semanario El Espectador hace dos semanas, recibió su apoyo para obtener cerca de 26.000 votos en ese departamento.

Pero este consagrado político uribista es apenas un escaño de la investigación por para-política en Antioquia. Ahora, está en la mira junto con Óscar Suárez, que hoy ocupa una curul en el Senado después de ser elegido con 71.212 votos. Sin duda, la cifra lo hace un patrón de la política antioqueña.

El caso de Suárez

Suárez es oriundo de Bello, un municipio ubicado muy cerca de Medellín. En su juventud, se desempeñó como conductor y se hizo líder hasta integrar varias juntas de acción comunal y comités recreativos. Años más tarde, fue alcalde de su municipio y el pueblo lo recuerda porque gestionó la construcción de un hospital, un comando de Policía y una biblioteca.

En 2002 llegó a la Cámara de Representantes después de dirigir el Área Metropolitana, una entidad ambiental que opera en Medellín y nueve municipios vecinos.

Es hermano de la actual alcaldesa de Bello, Olga Lucía, cuyas amistades han generado dudas. Según las versiones, el clan de los Suárez Mira es muy cuestionable. Por eso, la misma noche en que Óscar resultó electo senador, 35 desplazados llegaron a la Personería de Medellín. Llevaban la queja de que grupos armados los sacaron de sus tierras porque no habían votado por aquel candidato.

Los resultados en Antioquia no pudieron ser más satisfactorios para su campaña. Allí obtuvo un total de 65.496 votos. Los pobladores de Bello han denunciado que muchos de ellos se obtuvieron porque el día de las elecciones, personas conocidas por trabajar con paramilitares pasaron en una camioneta gritando que todos debían salir a votar por Suárez. Les advertían que era mejor “que se les viera realmente”.

Según investigaciones periodísticas, Suárez fue visitado en la sede de su campaña por varios lugartenientes de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, el patrón de los paras en Antioquia. Los testimonios dicen que era frecuente ver a Fabio Acevedo, comandante del bloque Cacique Nutibara de las AUC, entrar a su despacho.

Un implicado más

Fuera de esos casos, trascendió que la Corte Suprema le abrió investigación preliminar al representante liberal Mauricio Parodi. Dentro de su labor pública, se sabe que ha sido vicepresidente de la Dirección Departamental del Liberalismo en Antioquia.

Este odontólogo paisa es especialista en administración deportiva y salud pública. Durante su campaña, impulsó una propuesta llamada ‘Juega Limpio’, con la que buscaba promover el respeto de las diferentes costumbres de las comunidades locales y regionales. Con esa propuesta obtuvo 22.263 votos. Ahora, investigan si grupos paramilitares tuvieron algo que ver con la obtención de esa suma de sufragios. Él se defiende con vehemencia: “Nunca he tenido nexos ni acercamientos, ni personales ni por otra persona, con grupos paramilitares”. Sin embargo, será la Corte la que establezca cuál es la verdad. Todo esto se produce en momentos en que en los corrillos políticos se afirma que el debate de Gustavo Petro, la próxima semana, será un verdadero escándalo.