Los números de los exámenes

De acuerdo con el Instituto Cervantes, los cuatro milllones de personas en el mundo que estudian español convierten su enseñanza como lengua extranjera en un ascendente negocio que mueve dinero y prestigio.

Brasil y Estados Unidos cada vez necesitan más material y profesores. Sólo los libros suman más de 1.500 milllones de dólares de facturación anual para la industria editorial de España.

Los interesados en presentar un examen que acredite su conocimiento del idioma crecen todos los años. En 2004, más de 27.000 estudiantes se presentaron en 70 países del mundo a los exámenes para lograr el Diploma de Español como Lengua Extranjera (Dele) que da el Instituto Cervantes en nombre del Ministerio de Educación de España.

Aquí surge el problema de la variedad lingüística del español. El Cervantes quiere implementar un certificado de examen panhispánico, valido para todo el mundo de habla española, para lo cual acordó desde este año colaborar con la Universidad Autónoma de México para que el Dele sea otorgado por México y España.

Como bien lo sabe la Universidad de Cambridge, que anualmente mide a 1,6 millones de estudiantes de inglés, los exámenes implican prestigio y dinero para la universidad y el país que los aplica. Precisamente por eso al Dele le nació competencia.

El 10 de noviembre en Buenos Aires se presentaron los primeros exámenes para obtener el Certificado de Español, Lengua y Uso (Celu), diseñados por tres universidades argentinas. En total, 279 personas presentaron las pruebas en distintas sedes, incluyendo el consulado argentino en Río de Janeiro, ya que el Celu es parte de un acuerdo entre los ministerios de Educación de Argentina y Brasil. En el disputado mercado del gigante suramericano los argentinos tienen la ventaja de las políticas del Mercosur.

En Colombia, según explicó a SEMANA.COM Cleóbulo Sabogal, jefe de información y divulgación de la Academia Colombiana de la Lengua, la Universidad Nacional y la Universidad Javeriana dictan cursos de español para extranjeros y tienen sus propios exámenes, pero no son oficiales ni tienen homologación internacional.