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Piedad Bonnett, escritora colombiana que acaba de publicar su libro "Siempre fue invierno".

ENTREVISTA

“Me interesa mostrar la claudicación de los sueños, el engaño, la vanidad irresponsable, la traición”

La escritora colombiana Piedad Bonnett habla de su último libro, ‘Siempre fue invierno’, que salió recientemente al mercado

28 de septiembre de 2007

Pregunta: Empecemos con uno de los epígrafes de su obra, el escrito por Sandor Marai: “¿Qué se puede saber de una persona?” Esta inquietud aparece en sus otras novelas. ¿Por qué?

Respuesta: Sigo asombrándome de lo desconocido que es siempre el otro, de lo difícil que es comprender a cabalidad el alma de los seres humanos, incluso de aquellos aparentemente previsibles. Ni qué decir cuando hay enamoramiento: esa dificultad de conocimiento se convierte en desasosegante misterio. En Siempre fue invierno Franca comprende, desde el principio, que algo de Ángel se le escapa. Pero esa constatación, pasado el tiempo, va a cobrar verdaderos ribetes dramáticos. A su vez, al sentir que desconoce algo definitivo de Franca, Ángel entra en permanente estado de desasosiego.
Pregunta: Usted ha escogido un personaje de origen campesino, que con ciertas dificultades se hace médico, y hasta logra hacer una especialización en Rusia. ¿Qué tan importante es el origen social en Siempre fue invierno?

Respuesta: Mucho. Ángel es uno de los muchos latinoamericanos que encuentran en el estudio una manera de “ser alguien” y de romper las barreras de pobreza que cercan su mundo, mientras otros de su entorno barrial optan por vías violentas o delincuenciales. Ángel hace este camino a costa de muchas dificultades y sacrificios, y a sabiendas de que en una sociedad profundamente discriminatoria prepararse no basta para obtener oportunidades. En muchas ocasiones va a sentir, a lo largo de su vida, que de velada manera es menospreciado o maltratado. Ángel convierte sus inseguridades al respecto en rabia y resentimiento, y se enmascara en el orgullo y a veces en la soberbia. Cuando el azar lo lleva a relacionarse con Franca, una mujer de clase media alta, vive esa relación sin imposturas ni arribismos, pero a la vez con ansiedad y sobresalto, esgrimiendo sus diferencias casi con agresividad.

Pregunta: ¿Es Ángel un personaje, pues, que representa ante todo el resentido social?

Respuesta: No, Ángel es mucho más que eso. Es un ser complejo que, por una parte, no ha resuelto internamente conflictos que aparecieron en su infancia y su adolescencia; y, por otra, que ya en su juventud, al escoger sus opciones de vida, no siente que moralmente esté a la altura de los dos seres que más quiere y respeta: su hermano y su amigo Jairo. Es una persona frágil que necesita demostrarse qué tan duro puede llegar a ser. Y alguien que, al ser exacerbado en cierto momento por las circunstancias y por los abusos de un régimen despiadado, no duda en pasar un límite.

Pregunta: En esa historia, ¿quién es Franca?

Respuesta: Franca es una mujer inteligente y mimada de la fortuna que, sin embargo, viene de un matrimonio desastroso. Rebelde por naturaleza, logra hacer en su vida cambios sustanciales, al vencer el miedo. Una vez dueña de su libertad, y como queriendo recuperar el tiempo perdido, instaura un cierto desorden en su vida, que se llena en esos momentos de caos y desorientación. Ángel representa para ella lo distinto, la posibilidad de la trasgresión, la aventura. También ella, con sus actos provocadores, pisa los límites. Y su naturaleza burguesa la hace caer de vez en cuando en la cobardía y en la ligereza.

Pregunta: Franca llega a la conclusión de que la fidelidad es una elección y una condena. ¿Qué opina Piedad Bonnett sobre esto?

Respuesta: Al escritor no le interesa opinar sino problematizar, mostrar las encrucijadas en que a menudo se ve la gente, y las implicaciones éticas y prácticas de sus actos. Es de ese modo conflictivo como vive Franca el deseo de ser libre y el imperativo de ser fiel.
Pregunta: A Ángel le repugna la idea de destino. ¿Está de acuerdo Piedad Bonnett con el personaje?

Respuesta: Desde los griegos la literatura se ha interesado por el problema de la imposible conciliación de libertad y destino. También a mí me interesa mostrar el cruce de lo azaroso y lo que la voluntad persigue. El episodio inicial de la novela va a determinar enteramente a los personajes. Ángel es, de alguna manera, un sobreviviente al que un hecho mínimo, un encuentro casual, le cambia la vida. Lo que nos pasa a todos, por otra parte, a cada rato.

Pregunta: “Nada que excite tanto como la crueldad con los débiles, sobre todo a un hombre que tiene un sentimiento momentáneo de inferioridad.” ¿Es posible detener dicha inclinación?

Respuesta: Por supuesto. A eso se llama civilización. Vamos reprimiendo a diario nuestros bajos sentimientos y deseos.

Pregunta: Su novela transcurre en un momento político muy particular: el de principios de los años 80, época del estatuto de seguridad, de las acciones del M-19 y de otros grupos clandestinos, y de torturas por parte del Estado. ¿Hasta qué punto es la suya una novela política? ¿Es una novela que pretende denunciar una situación concreta?

Respuesta: Siempre fue invierno no pretende ser una novela “de denuncia”, pero no elude ciertos hechos de los que todos fuimos testigos. Sin embargo, el marco histórico concreto de los años 70 y 80 me sirvió ante todo para dramatizar los dilemas éticos y políticos del personaje. Por supuesto, la novela alude a una generación, la que hoy ronda los 50 años. Pero situaciones políticas semejantes se han dado siempre aquí y en otros países: lo que me interesa mostrar también es la claudicación de los sueños, el engaño, la vanidad irresponsable, la traición a sí mismo y a otros, el triunfo de lo pasional en seres que siempre se jactaron de su racionalismo.

Pregunta: ¿Qué libros existentes en el mercado podrían ser ‘parientes’ de su libro?

Respuesta: No podría contestar esa pregunta, por desconocimiento.

Pregunta: ¿Qué la inspiró a escribirlo?

Respuesta: Esta novela nace de una historia muy semejante, de la que me nutrí a veces hasta en pequeños detalles. Pero lo que me inspiró a escribirla fue la posibilidad de enfrentarme con temas muy seductores para mí: la incapacidad de renunciar a lo que no se puede poseer, la conciencia de mediocridad, los celos como una forma de paranoia, la traición a los propios sueños, la cobardía, la forma como se incuban en un ser humano los deseos de destrucción y autodestrucción.

Pregunta: ¿Cuál es su relación con los personajes de la obra? ¿Están basados en vivencias personales concretas? ¿Qué tanto hay de Ángel y Franca en Piedad Bonnett?

Respuesta: Como siempre que se escribe una novela, los personajes nos son de alguna manera conocidos. Pero ni Ángel ni Franca tienen muchos elementos míos. En esta novela hice el ejercicio, muy difícil y atractivo, de crear personalidades que poco tienen que ver con la mía. Y de aproximarme a mundos relativamente ajenos como el de Ángel o Jairo, su amigo de extrema izquierda. A éste lo llamé así en memoria de un compañero de trabajo de juventud al que admiré mucho y que terminó, creo, por irse a la guerrilla.