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Memoria capital

La más reciente exposición del Museo de Bogotá es el momento perfecto para recordar la ciudad del siglo pasado.

20 de junio de 2004

El centro político, financiero, administrativo y cultural de la ciudad estaba reunido en una plaza, con calles empedradas, árboles a cada dos pasos, uno que otro mendigo y muchos vendedores. Las mujeres vestían elegantemente, con vestidos largos y peinados elaborados. Los hombres no se quedaban atrás, desde el alcalde hasta el embolador usaban saco, corbata y sombrero. Las distancias eran cortas, no había ruido ni contaminación.

Así recuerdan los abuelos a la Bogotá de principios del siglo pasado. Ellos y los románticos que creen que todo tiempo pasado fue mejor la extrañan y desprecian el cambio que ha sufrido la capital colombiana en 100 años pues, dicen, no había carros que invadieran las calles, la gente era muy cortés y elegante y se mantenían las buenas costumbres.

Hoy la ciudad es diferente. Su tamaño se ha cuadriplicado, miles de carros ocupan las calles, grandes edificaciones han reemplazado las casas republicanas, neoclásicas y coloniales que adornaban los barrios y el número de parques se ha reducido sustancialmente. Pero hay muchas ventajas, por ejemplo, la calidad de vida de la gente ha mejorado, Bogotá es una de las ciudades más importantes, competitivas y bellas de Latinoamérica y los ciudadanos tienen grandes beneficios en materia de cultura y entretenimiento.

Ese cambio ha quedado registrado en la memoria de la gente y en fotografías, que se han encargado de inmortalizar cada uno de los momentos que ha vivido la ciudad. Algunas de ellas están a la vista del público en la más reciente exposición del Museo de Bogotá, 'La fotografía urbana: maquina del tiempo', una muestra de imágenes que presenta la evolución que entre 1912 y 2004 ha vivido la ciudad en sus cuatro sectores más antiguos: Plaza de Bolívar, avenida Jiménez, parque Santander y San Diego.

Allí fue donde la ciudad comenzó a tomar forma y a evolucionar. En tan solo un siglo, Bogotá pasó de tener 320 hectáreas y 100.000 habitantes a más de 1.500 Kilómetros cuadrados y 6'635.960 habitantes. En 1905 el tranvía estaba funcionando y años más tarde desapareció para ser reemplazado por trolleys, los autobuses y después por TransMilenio. En un corto período se crearon barrios, bibliotecas, carreteras, red de alcantarillado, teléfono y luz, centros comerciales y teatros. Rápidamente la ciudad se extendió hacia el norte (hasta el límite de Chía) y hacia el sur (hasta el límite de Soacha). Hoy es un gran complejo de edificios, locales comerciales, vías, ciclorrutas, parques, cines y teatros (ver historia en el recuadro).

Esa evolución es mostrada por la exposición, que según el director del Museo, Luis Carlos Colón, surgió del interés de "confrontar el cambio de la ciudad en el último siglo" y tiene como propósito mostrar las ventajas y desventajas que la modernización ha traído consigo. "Es inevitable que con las transformaciones de la vida moderna la ciudad haya sufrido pérdidas grandes en términos de patrimonio, pero es evidente que se ha ganado muchísimo", concluye.

'La fotografía urbana: maquina del tiempo' estará en el Museo de Bogotá (carrera 5 No. 5-75) hasta el 15 de agosto. La entrada es libre.

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