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OPINIÓN

Mostrando los dientes

Las polémicas denuncias sobre presuntas coacciones sobre los beneficiarios del programa Familias en Acción, podrían significar una piedra en el zapato del proceso electoral, y de ser así, podrían verse reflejadas en los resultados.

Claudia Ayola
30 de mayo de 2010

El paisaje dibujado con Mockus y Santos jugando en una segunda vuelta, no resulta sorprendente para muchos de los colombianos. En todo el abanico de posibilidades, no hubo un candidato capaz de ser el nuevo presidente en la primera vuelta. A pesar de la intensidad de los electores verdes y la maquinaria aceitada del partido de la U, los votos no le alcanzaron a nadie para que el humo blanco saliera de las urnas.

Un ganador indiscutible fue la Registraduría Nacional, organismo que presentó los resultados casi tan rápido como los jurados metían los votos en las bolsas selladas. Una tecnología sorprendente, casi telepática, pues muchos no salían de los puestos de votación, cuando ya recibían boletines con más de la mitad de los escrutinios. Una velocidad que seguro tiene satisfecho al candidato Juan Manuel Santos, porque estaba muy interesado en la eficiencia del proceso.

En un comunicado oficial, la campaña del candidato de la U, confirmó una reciente reunión entre Santos y Daniel Bohórquez, presidente del sindicato de la Registraduría Nacional del Estado Civil. El encuentro, según Votebien.com, tuvo lugar en el restaurante de comida argentina “El día que me quieras”.

La reunión resultó molesta para algunos, pero la campaña de Santos comunicó que la reunión tenía como objetivo manifestar la necesidad de que exista un compromiso de los trabajadores de la entidad y la importancia de que las etapas posteriores del proceso electoral se cumplan con la mayor eficiencia y la más absoluta transparencia.
Es posible que la reunión de Santos con el presidente del sindicato resultase tan efectiva, que un par de horas después del cierre de las votaciones, Colombia ya tuviese información de un indiscutible primer lugar en la competencia electoral.

Lo realmente extraño es que los resultados colocaran a Santos como un ganador tan exitoso, distante de todas las predicciones de las diferentes encuestas. Las firmas encuestadoras, al parecer, fueron los grandes perdedores del proceso, o no lograron predecir lo impredecible.

La polémica de las denuncias sobre unas presuntas coacciones sobre los beneficiarios del programa Familias en Acción, podrían significar una piedra en el zapato del proceso electoral, y de ser así, podrían verse reflejadas en los resultados. Posiblemente Santos no esté convencido de que hayan existido presiones sobre algunos beneficiarios, pues en Magangué se conformó con preguntar micrófono en mano, si alguno de los presentes había sido obligado, y sin embargo todos gritaron al unísono “nooooooo”.

La ONG Global Exchange advirtió coincidencia entre el aumento de subsidios otorgados por Familias en Acción y el crecimiento de votos obtenidos entre el 2006 y 2010 por los partidos cercanos al gobierno. Este es un alarmante hallazgo del estudio “Análisis del Programa Familias en Acción en el marco de los Procesos Electorales en Colombia”, que sin embargo aclara que las tendencias que relacionan el crecimiento del programa con algunos resultados, no constituyen una afirmación definitiva de posible manipulación.

Lo cierto es que existen denuncias sobre el presunto uso de los subsidios para favorecer ciertas candidaturas en el pasado, hecho que genera desconfianza en la actual contienda electoral. Santos ha sido cuestionado de utilizar el programa para hacer proselitismo, situación que debe medirse milimétricamente en una segunda vuelta que le provocará a algunos inescrupulosos mostrar los dientes.