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"Nada impide que Castaño reemplace los combatientes desmovilizados"

Una de las primeras organizaciones internacionales en refutar la desmovilización de los 800 paramilitares fue Human Rights Watch, que calificó de "espectáculo" la transmisión televisada y todo lo que rodeó el hecho. Semana.com habló con el director para las Américas, José Miguel Vivanco sobre el porvenir y el deber ser del primer paso hacia la paz con el grupo armado.

30 de noviembre de 2003

SEMANA.COM. ¿En qué medida considera que el inicio de la desmovilización de los paramilitares es un avance en el proceso de paz?

Jose Miguel Vivanco. Primero que todo, ¿quién podría objetar un proceso de desmovilización? Desde luego nosotros no nos oponemos a un proceso de desmovilización permanente de cualquier grupo armado. Sólo si lo que se persigue es sacar de las filas del conflicto a cientos de miles de combatientes. Ojalá que eso ocurra en Colombia. Pero cuando nos referimos a un proceso de desmovilización nos referimos a un proceso serio, que cuente con credibilidad, que tenga un carácter permanente y se afecte la estructura militar de estas fuerzas irregulares. Para eso hay que tener un mecanismo que de seguridad y transparencia para verificar que al desmovilizarse cientos de combatientes de cualquier frente, efectivamente se está afectando esa estructura y los cabecillas de esa organización están inhabilitados para reemplazar a esas personas que se han entregado. De lo contrario, si no hay esas garantías, se convierte en un show.

SEMANA.COM. ¿Entonces para usted lo que pasó el martes fue un show ?

J.M.V. Nosotros creemos que lo que ha ocurrido ahora no califica como una desmovilización seria. Lo que aquí se está haciendo es ir avanzando sobre una política de hechos consumados. Aquí el comisionado de Paz ha decidido caminar por una estrategia B. No le funcionó una estrategia A, que fue la de la ley de Alternatividad Penal y como eso está paralizado y hay un debate que felizmente ha logrado frenar ese proceso, entonces ha optado por una estrategia distinta. Ésta consiste en ir presentando poco a poco a unas personas, de las que no se sabe nada, como combatientes de uno de los grupos afiliados a las AUC. Nadie ha explicado cuáles son los antecedentes de esa gente, si se trata o no de personas sujetas a procesos o que podrían estar involucradas en hechos atroces.

Además se entregaron 800 personas y hay como 200 rifles entregados, lo cual es inexplicable. De hecho, estamos hablando de armamento de hace 20 o 30 años. Entonces, ¿Por qué esa discrepancia? Es que la preocupación central era más bien el show televisivo y no la eficacia respecto a un real desarme de fuerzas que son combatientes, parte de una estructura irregular armada, que deben ser sujetas a un escrutinio, con reglas del juego claras sobre su destino y el destino de sus jefes.

Vale aclarar que lo que nosotros hemos cuestionado no es la cobertura de los medios. Lo que sí es el que el gobierno haya organizado un evento donde se les ofrece tribuna a Castaño, Don Berna y Mancuso, líderes paramilitares sobre los que pesan numerosas órdenes de captura por cuestiones de narcotráfico y terrorismo. Inicialmente, la transmisión se pensaba hacer en directo. Pero luego, me imagino que se dieron cuenta de lo que esto podía provocar y decidieron entonces hacerlo en diferido. Pero en la práctica es lo mismo: es un video grabado con los mensajes de esas personas que deberían ser objeto de procesamiento penal y se presenta en la ceremonia.

SEMANA.COM. Entonces, ¿qué condiciones debió haber tenido este primer paso en el proceso de paz para no abrirle espacio a la impunidad?

J.M.V. Es que yo no lo califico siquiera como un proceso. Este fue un evento, un espectáculo, donde hubo una estrategia. Aquí no hay un proceso en curso: nada impide que Castaño y compañía reemplacen en 24 horas a estos supuestos combatientes.

SEMANA.COM. ¿No podríamos hablar de ganancias en cuanto pensamos que pueden haber 800 hombres menos combatiendo?

J.M.V. Este espectáculo tiene tan poca credibilidad y más bien abre más interrogantes respecto al compromiso real por avanzar en la lucha contra la impunidad y fortalecer el Estado Social de Derecho. Realmente, esto no vale la pena tomarlo en serio. En el mejor de los casos, ha sido un esfuerzo por iniciar un proceso de reciclaje de combatientes. Y es que ni siquiera podemos certificar si son combatientes. Tampoco quiénes son, si están involucrados en delitos atroces, cuáles son las armas con las que cuentan y por qué entregaron sólo 200 armas.

Además la misma propuesta genera dudas. El Gobierno piensa enviar a los combatientes a un suburbio de Medellín, donde estarán por tres semanas custodiados y luego se les va a dar un subsidio gubernamental de 6,300 dólares al año a cada uno de ellos. ¿Ese es el plan de paz del Gobierno del Presidente Uribe?. Definitivamente creo que esto no se está trabajando con seriedad. Ni siquiera están claras las reglas del juego. Restrepo intentó avanzar con una propuesta de cara blanca absoluta. Entonces, si esto se va a conducir de esta manera, ¿por qué no abrir todas las cárceles de Colombia?, ¿por qué no soltar a todos los que están en prisión?, ¿qué sentido tiene entonces mantener en prisión a un par de infelices que están procesados por el robo de una gallina?

SEMANA.COM. ¿Su propuesta es entonces mantener las órdenes de captura y los procesos judiciales aun cuando los líderes del grupo han señalado que no están dispuestos a entregarse hasta que no queden libres de todo proceso?

J.M.V. El Estado no puede ceder a la extorsión de estos grupos y no se puede negociar con base en exenciones. Fíjese que hasta los grandes capos de la droga tuvieron que someterse a la justicia. De lo que se trata es de defender las instituciones democráticas colombianas, el Estado Social de Derecho.

Además, ¿qué precedente se está sentando y qué señales se les están enviando a las Farc? ¿Qué lectura están haciendo de todo este proceso los líderes de ese grupo armado que están secuestrando a diario, desapareciendo extrajudicialmente a aquellos que consideran sus enemigos, extorsionando, recurriendo a los cilindros de gas cada vez que lo necesitan, reclutando a menores y cometido todo tipo de atrocidades?. Ellos están entendiendo que el gobierno les dice: "señores, no se confíen, sigan haciendo y deshaciendo, llegada la hora, ustedes simplemente piden que se les aplique la fórmula que se les aplicó a estos 800 personajes. No se preocupen porque todo es negociable. Aquí no hay estado de derecho, no hay constitución que valga. En la medida que ustedes mantengan un nivel de fuego suficientemente sólido, podemos negociar".

SEMANA.COM. Hace casi dos años se dio por terminada la Zona de Despeje, concedida a las Farc para avanzar en un proceso de paz y que fue duramente criticada por ustedes y por el país. ¿Siente que se puede equiparar con la desmovilización?

J.M.V. Nosotros hicimos una investigación en la zona de despeje y hallamos que las Farc fueron responsables directos de casi 20 desapariciones forzadas y torturas. Ese fue un proceso donde a nuestro juicio, no se llegó a nada. Las Farc no vieron afectada su conducta. Entonces, por más buena voluntad que tengan los gobiernos para entablar estos procesos, si no cuentan con la suficiente credibilidad, están destinados al fracaso. Nosotros creemos que sobre todos los líderes de grupos, sean de izquierda o de derecha, deben ser enjuiciados y su participación en crímenes de lesa humanidad debe ser investigada.

SEMANA.COM. ¿Ustedes se han puesto en contacto con el Gobierno para sentar sus críticas?

J.M.V. Constantemente. En varias ocasiones he tenido la oportunidad de hablar con el presidente Uribe y con varios representantes de su gobierno y les hemos hecho llega nuestros puntos de vista y sugerencias al respecto.

SEMANA.COM. ¿Y qué respuesta han obtenido?

J.M.V. El presidente Uribe incluso nos ha solicitado tanto en privado como públicamente, que le hagamos llegar nuestra posición y estamos trabajando para poder entregarle una posición definitiva frente a estos esfuerzos por avanzar en negociaciones para que no se traduzcan en impunidad.

SEMANA.COM. ¿Qué espera de la desmovilización de 150 hombres anunciada para el 7 de diciembre próximo?

J.M.V. Sin comentarios. Esto no solo no convence a nadie sino que genera más preocupación internacional.

SEMANA.COM. ¿ Cómo cree que puede afectar a Colombia a nivel internacional?

J.M.V. Cada vez estamos en un mundo más interdependiente y Colombia es un país que clama por atención y apoyo de la comunidad internacional. Es muy difícil evaluar lo que realmente está ocurriendo que creo que esto no ayuda a Colombia y va a generar todavía mas problemas.

SEMANA.COM. Finalmente, ¿no habrá nada positivo en este proceso?

J.M.V. No es que uno tenga una actitud negativa frente a lo que está sucediendo. Al contrario, partí diciendo que nadie podría oponerse a la desmovilización real de combatientes. Ojalá eso suceda en un futuro muy cercano y estemos en condiciones de celebrar la reincorporación a la vida civil de aquellos que han pertenecido a grupos armados, pero sobre la base de ciertas reglas muy claras y donde no haya dudas de ninguna especie.