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Palabras del Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo en la ceremonia de desmovilización e inicio del proceso de reincorporación a la civilidad del bloque Cacique Nutibara - AUC

30 de noviembre de 2003

"Hace un año empezamos un largo y difícil camino. Cuando iniciamos las conversaciones con las autodefensas unidas de Colombia, nos animaba simplemente el deseo de ayudar a cicatrizar las profundas heridas que la guerra y la violencia dejaban en la vida y el alma de los colombianos y las colombianas.

Hoy después de ese largo trecho tenemos un primer e importante fruto. La totalidad de los miembros del Bloque Cacique Nutibara, en un importante gesto de paz hacen entrega de sus armas y se reincorporan a la vida democrática y a la civilidad.

Es este un gran paso y es apenas también el inicio de otro largo camino. Quiero decirles a los miembros del Bloque Cacique Nutibara que encuentran en el gobierno nacional, que encuentran en las autoridades nacionales, departamentales y municipales una mano amiga.

Quiero resaltar de manera muy especial el gran apoyo que a este proceso ha venido dando la alcaldía de Medellín, el compromiso del señor alcalde Luis Pérez Gutiérrez y el compromiso del señor alcalde electo Sergio Fajardo ha sido fundamental para llegar a esta hora decisiva.

Es también importante resaltar el papel que empieza a jugar a partir de hoy la Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia. Esta comisión tendrá en sus manos la verificación de los acuerdos y el acompañamiento al proceso para que esta reinserción a la civilidad culmine con pleno éxito.

Debo destacar también la importante labor de las Fuerzas Militares y de Policía. Hemos encontrado en nuestras Fuerzas Armadas un aliado sin par, ellos nos han acompañado, nos acompañarán durante tres semanas que dure la capacitación en el Centro Nacional de Convivencia de La Ceja y nos seguirán acompañando en la importante labor del gobierno nacional por fortalecer la seguridad democrática y la convivencia.

Resalto también el importante papel de la Comisión Exploratoria y de la Iglesia que de manera silenciosa, con dedicación, han permitido forjar los acuerdos que hoy llegan en un primer paso a feliz término.

No puedo dejar de referirme al equipo de mi oficina y al equipo de reincorporación a la civilidad de la Alcaldía de Medellín, que han trabajado día y noche con los miembros del Cacique Nutibara para que este proceso sea exitoso.

A la sociedad en general le cabe una gran responsabilidad. Sin lugar a dudas a partir de hoy vamos a pulsar la profundidad de la solidaridad de la sociedad para con aquellos que en un gesto decidido dejan las armas para transitar el camino de la civilidad y de la convivencia. Este esfuerzo no puede se vano. Este es apenas un primer paso que será seguido por muchos pasos muy importantes que nos permitirán cumplir con ese propósito central de la política de seguridad democrática, que es devolver el monopolio de la fuerza a manos del Estado y devolver la tranquilidad a todos los ciudadanos que creen en el Estado de derecho y que creen en la democracia.

Los empresarios tienen un importante papel qué jugar. Qué bueno que ellos también nos ayuden en esta búsqueda de alternativas laborales, qué bueno que ellos también nos ayuden en este sueño de construir país, qué bueno que con ellos podamos dar pasos adelante, consistentes y seguros para la construcción de la nueva Colombia.

A los miembros del Cacique Nutibara, les quiero decir que el camino no es fácil, muchas veces es más difícil construir las relaciones dentro de la civilidad y de la democracia, que vivir la vida propia de un grupo armado. La democracia es de por sí plural, llena de matices, llena de contradicciones y llena de dificultades, pero con el gesto que ustedes realizan hoy de dejar sus armas dan un paso importante para aprender a vivir esa dinámica de los conflictos tan plena, tan bella, que se expresa a través de la democracia, porque eso es la democracia, la posibilidad de vivir los conflictos sin eliminar al contradictor y sin eliminar al adversario.

Este pacto que hoy hacemos entre el gobierno nacional y entre las autodefensas unidas de Colombia, es un pacto lleno de vitalidad, un pacto lleno de amor y es un pacto lleno de esperanza. Ustedes son el primer contingente que va a explorar estos bellos, pero no por eso dejan de ser difíciles, camino de la civilidad.

Finalmente quiero agradecer de manera muy especial la presencia en este acto del señor Sergio Caramaña, delegado especial del Secretario General de la Organización de Estados Americanos. Su presencia aquí nos enaltece, nos dignifica y le da seriedad y solidez a este proceso. Esperamos señor Caramaña que con usted la comunidad internacional nos siga acompañando en este importante esfuerzo por devolverle la paz a Colombia.

Bienvenidos a la civilidad."

Medellín, noviembre 25 de 2003.