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Pánico al vuelo

Tras la ola de pánico desatada el jueves por la amenaza terrorista en el aeropuerto de Londres, ser pasajero aéreo se ha convertido en sinónimo de pesadilla para cientos de viajeros. Semana.com invita a sus usuarios a compartir sus experiencias.

11 de agosto de 2006

Adiós a los equipajes de mano cargados de cremas, lociones y cuanto elemento de primera necesidad pudiera sacar a un viajero de apuros en un retraso de vuelo o una pérdida de equipaje. Desde el jueves, y por cuenta de la ola de terror desatada en los aeropuertos del mundo por la amenaza terrorista en Londres, hasta los anteriormente inofensivos biberones y las inmaculadas botellitas de agua son ahora objeto de sospecha.

Así las cosas, abordar un avión se ha transformado en una pesadilla interminable para cientos de pasajeros. Quienes a partir del jueves transportan en bolsas transparentes sólo aquello que se considera completamente indispensable para no desfallecer en vuelos de hasta doce horas. Encima, la apreciada labor maternal incluye ahora la cata de tetero, acción que se ha demostrado científicamente impide camuflar entre la enrarecida mezcla de leche en polvo y agua algún detonante explosivo.

Aunque, algunos voceros indican que son medidas de reacción inmediata, lo cual implicaría que el futuro seguramente se ablandarán un poco los sistemas de vigilancia, mientras la paranoia dure, los viajeros tendrán que aguantar las requisas extremas antes de subir a cualquier aeronave y los dientes sucios hasta que no se bajen de ellas.

Semana.com quiere invitar a sus usuarios a compartir los momentos vividos desde el jueves 10 de agosto en los aeropuertos del mundo. Si usted ha sido afectado por las nuevas medidas de seguridad aeroportuaria puede enviar su relato a olozano@semana.com. Tiene plazo para hacerlo hasta el viernes 18. Pondremos al aire todas las colaboraciones recibidas que se sujeten al tema de convocatoria.