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Natalia París, modelo.

MUNDO EDITORIAL

Por orden judicial, sale del mercado el libro ‘Las Prepago’

Tras una denuncia interpuesta por la modelo paisa Natalia París, que es mencionada en el texto, el juez Trece Civil del Circuito de Bogotá ordenó su retiro de las estanterías. El pasado enero, ‘El hijo del ajedrecista’, donde también se menciona a la modelo, fue retirado tras un proceso judicial de la ex presidenta del Congreso Claudia Blum.

29 de febrero de 2008

El asombro y la molestia embargaron a la modelo Natalia París en los últimos meses del año pasado, cuando se conoció con gran despliegue noticioso la publicación de dos libros cuyos contenidos hacían sorprendentes revelaciones sobre personajes públicos del país.

Se trataba de El hijo del ajedrecista y ¿Las prepago? En efecto, cuando empezaron a venderse en las tiendas causaron curiosidad en algunos, sorpresa en otros, y sinsabores en muchos que se mencionan con su nombre y apellido en estos libros.

¿Las prepago? es un texto editado por Oveja Negra y Quintero Editores en el que una proxeneta que se hace llamar ‘Madame Rochi’ le cuenta al periodista Alfredo Serrano historias de modelos, reinas, actrices y presentadoras que, supuestamente, son lo que hoy se denomina como ‘prepagos’.

En él, Madame Rochi dice que tuvo contacto con París para impulsarla a hacer un calendario. Simultáneamente, su nombre aparecía en El hijo del ajedrecista, que fue escrito por Fernando Rodríguez Mondragón (hijo de Miguel Rodríguez Orejuela) y Antonio Sánchez, y fue publicado por las mismas editoriales.

En él, se habla de personas famosas que supuestamente tuvieron alguna relación con narcotraficantes. Sobre París se habla de una supuesta cita que tuvo ella con un capo en San Andrés.

El abogado de París, Abelardo de la Espriella, le explicó en su momento a Semana.com que después de conocer semejantes afirmaciones, la modelo decidió interponer sobre ambas publicaciones sendas denuncias por injuria y calumnia y acciones de tutela.

Mientras ‘Madame Rochi’ y París decidieron esta semana que se irían hasta las últimas consecuencias, el Juez Trece Civil del Circuito de Bogotá tomó la decisión de retirar la circulación de Las prepago.

El juez basó su decisión en que “cuando un tercero pone en conocimiento público lo que compete sólo al resorte íntimo de una persona o de su familia, se configura una lesión que no pude ser subsanada a través de la rectificación, ya que el daño en este caso no es posible de retrotraerse, pues ya se divulgó aquello que debía mantenerse en privado”.
El fallo agrega que “de la forma como se expusieron los pasajes donde se hace referencia a la tutelante (Natalia París), se desprende una invasión a su privacidad, intimidad y buen nombre”.
La decisión judicial se produce un mes después de que saliera de circulación el libro El hijo del ajedrecista porque en él se mencionaba también a la ex presidenta del Congreso Claudia Blum y su esposo Francisco Barberi. Según quedó escrito, ambos fueron socios de Rodríguez Orejuela. Después de conocer tales afirmaciones, Blum interpuso una acción judicial.

Como ni las editoriales ni los autores tuvieron pruebas suficientes para confirmar tales vínculos, Sánchez y Rodríguez tuvieron que retractarse y el libro debe ser retirado del mercado. Deberá sustituirse por una edición en la que se omitan los apartes referentes a Blum y su esposo y deberá tener una nota aclaratoria en la primera página.

Seriedad al publicar 

Últimamente, este tipo de publicaciones se han disparado. Gozan de publicidad, de difusión en los medios y en ellos se sindica a cualquier persona de cualquier tipo de actos, sin que existan suficientes pruebas de lo que se dice.

Y si una editorial se interesa en poner a la venta esos contenidos, puede hacerlo porque las normas colombianas no permiten que haya una revisión previa, fuera de la que hacen los editores. O sea que quienes aparecen mencionados en tales textos, sólo pueden leer qué se dice de ellos cuando ven las carátulas en las estanterías de los almacenes.

Es grave. Que se presenten publicaciones que atenten contra la honra de las personas es más preocupante aún cuando se habla de libros, que se supone que son impresos para que sus contenidos perduren en el tiempo.

Aunque se ordene la recolección de los ejemplares puestos en venta, siempre habrá algunos que ya se hayan comprado. Y ahora, con el auge de la piratería, la primera edición de El hijo del ajedrecista y la de Las prepago seguirán ofreciéndose clandestinamente por las calles con difícil control. De ahí lo inquietante de que cualquier autor publique un libro sin mayores observaciones previas.

Para Carlos Cortés, de la Fundación para la Libertad de Prensa, “cuando se toma la decisión de promover la libertad de expresión, se toma un riesgo como este”. Así que urge que “las editoriales promuevan investigaciones serias y los medios tengan cuidado con los libros que difunden, porque así están avalando en cierta forma sus contenidos”, según opina Cortés.

Sin embargo, dice, “es algo inevitable. Puede empezarse a censurar, pero la información fluye por todas partes, como la Internet, por ejemplo. Pero es un proceso sano porque la gente puede ir dándose cuenta de qué es serio para leer y qué no”.

Tales publicaciones vienen a presentarse en momentos en que son bien vistas las grandes investigaciones periodísticas publicadas en libros, ante la falta de espacios en periódicos y revistas.

Pero el hecho de que se hagan recolecciones de textos del mercado no debe generar miedos. “No hay por qué temer siempre y cuando el periodista diga la verdad. La libertad de expresión tiene que brindar lo que da un sistema democrático, no hay que temer ni por censura, ni amenazas, siempre y cuando la gente publique correctamente”, comenta Asael Carvajal, abogado y periodista conocedor de estos temas.

Y si alguien cree que se le violó su derecho a la libertad de expresión, debe tener en cuenta que decisiones como la que se tomó sobre El hijo del ajedrecista “no van en contra de este derecho porque el afectado también tiene el de reclamar. La libertad de prensa da garantías de informar la verdad y no la mentira”.