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La Polka. Fotografía de archivo particular

SIGUE EL MISTERIO

¿Por qué se murió la yegua Polka, la reina de Agroexpo?

Uno de los más bellos y costosos ejemplares equinos murió en circunstancias aún no aclaradas. Después de una valoración científica, persisten las dudas sobre la muerte de tan magnífico animal.

César Paredes
3 de agosto de 2007

Antes de irse de este mundo, todavía estaba en brazos de José Pablo Barahona. Un sudor helado había cubierto todo su cuerpo. Los ojos, al igual que sus membranas mucosas, habían perdido el color natural, para tornarse grisosos. No había remedio, la Polka estaba muriendo.

Pronto los gritos del palafrenero atrajeron a los médicos veterinarios, a otros ayudantes, incluso hasta allá llegó Dora Luz Hernández, la criadora que la vio nacer y que la tuvo a su cuidado en los primeros años. La Polka murió a punto de cumplir 13 años, joven todavía, pues una yegua pude llegar a vivir más de 30 años.

La Polka tenía una ascendencia insigne, propia de un ejemplar de exposición. Hija de la Maltica y del renombrado Amadeus. Nació el 20 de septiembre de 1995 en la Escuela de Chalanería El Juncal, en las montañas de Medellín. Tenía una alzada superior al metro con 36 centímetros, que es la medida reglamentaria para un caballo de exposición. Su porte era de una belleza única. Tenía el color zaino, o sea castaño oscuro, uniforme. Quienes la conocieron la recuerdan como un animal dócil pero con los bríos suficientes para el trabajo. “Era la yegua insigne del criadero”, dijo Wohrney Sandoval, el médico veterinario del criadero Normandía, de donde era la Polka.

La yegua creció y fue ganándose la admiración de sus evaluadores. Empezó a participar en ferias y pronto se hizo merecedora de una larga lista de premios, debido a sus condiciones físicas y genéticas. Estuvo en varias ferias nacionales como la de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (Udca), Charalá, entre otras y ferias internacionales como la de Medellín.

La Polka, según los expertos, tenía un fenotipo, que es porte y temperamento, excelente. Lo mismo dicen de su genotipo, que se refiere a su potencial para tener buenas crías y ascendencia, algo así como el pedigree. Tanto es así, que fue declarada fuera de concurso en la categoría de hembra en paso fino y era considerada uno de los mejores ejemplares para la cría. “Tenía un muy buen futuro para la caballada colombiana”, dijo Hernández. Su último dueño era Diego Gallo, quien se ha dedicado a la conservación de buenos ejemplares. Cuando la compró costaba 140 millones de pesos, sin embargo, estos animales se valorizan con las competencias que ganan, la edad y las habilidades que desarrollen.

Pero su valor no se puede determinar en pesos, debido a que detrás de la crianza siempre hay una historia. Cada caballo desarrolla una personalidad propia que los hace más queridos por sus dueños, quienes los montan o sus médicos. Este era el caso de la Polka, que era querida por todos, por lo obediente y la memoria que tenía.

Fue llevada a la feria de Agroexpo en Corferias, Bogotá, con el fin de ratificar el “fuera de concurso”. “Llegó en buen estado corporal, excelente desempeño atlético y apta para la reproducción”, aseguró Sandoval.

Las circunstancias que rodearon su muerte no están del todo claras. En un comienzo se habló de una posible electrocución. Luego el parte médico del veterinario que hizo la necropsia determinó que había sido una posible enterotoxemia, es decir, a causa de sustancias venenosas liberadas por un microorganismo que habita en los intestinos.

El 21 de julio, día que se derrumbó, en las manos de su palafrenero había comido a las 4:30 como era su costumbre. Luego de concursar fue llevada a su pesebrera, y mientras José Pablo retiraba el cabezal, cayó al piso, sobre la paja. Los primeros testigos que llegaron al establo aseguraron que sintieron un flujo de corriente eléctrica. Además, según los palafreneros, otra yegua que había pasado por esa pesebrera estuvo golpeándose contra las paredes como si algo la molestara.

El médico veterinario que desde hacía tres años y medio se había responsabilizado de su cuidado vio que en el establo había unos cables sin aislante, que después fueron cubiertos, como contó a La W en una entrevista, esta semana. Indicios para sospechar que la causa de su muerte fue electrocución.

No obstante, el 30 de julio se conoció el dictamen de la necropsia, hecho por el patólogo Carlos Iregui, coordinador del Laboratorio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional. La razón de su muerte sería luego de “evidencias de un parasitismo intestinal severo reciente”, como dice el diagnóstico final.

Sin embargo, el resultado de la necropsia no satisface al médico veterinario que atendía a la Polka, quien considera que una segunda valoración no está de más, y ha decidido investigar. Los casos de electrocución no son muy comunes y esto dificulta probar esa posibilidad. Pero lo que quiere Sandoval es resolver las dudas que atañen a las circunstancias en que murió, pues era su responsabilidad. Él asegura que la yegua no padecía una parasitosis y, si se dio, tuvo que ser de manera muy rápida. No obstante, no es para sobredimensionar el problema, es cuestión de una pregunta científica, ya que un diagnóstico médico requiere de varios exámenes y diferentes puntos de vista.