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“Vamos a ver de qué me acuerdo”, fue lo único que respondió Ramón Isaza cuando un comunicador le preguntó si iba a contar toda la verdad.

EL AÑO DE LA VERDAD

Ramón Isaza olvidó relatar sus crímenes porque dice que le dio ‘alzheimer’

El más antiguo jefe paramilitar, el socio de ‘El Mexicano’, el creador e impulsor de los escuadrones de la muerte en el Magdalena Medio, no pudo revelar ante un juez de Justicia y Paz su historial porque, dijo, ahora sufre de ‘pérdida de memoria’

30 de abril de 2007

A Ramón Isaza le ocurrió un hecho curioso en la primera jornada de versión libre en el marco de la Ley de Justicia y Paz. Su memoria estuvo extraordinariamente lúcida cuando tuvo que relatar los motivos que lo llevaron a empuñar las armas y hacerse paramilitar. Sin embargo, tuvo unas profundas lagunas cuando le pidieron que hiciera un relato de los crímenes cometidos: “Me dio alzheimer”. ¿Cómo explicar tan sorprendente situación? “Me siento bien, pero se me olvidan las cosas”, dijo él con un tono de voz similar al de cualquier abuelito.

Isaza se hizo presente en el bunker de la Fiscalía en la mañana de este lunes para rendir su primera versión libre en el marco de la Ley de Justicia y Paz. El veterano jefe paramilitar, temido en toda la zona del Magdalena Medio, arribó a las 9 de la mañana acompañado de su abogado Camilo Guisa. El jurista pidió comprensión para con su cliente: “Es un hombre de escasos recursos. Él forma parte de las autodefensas pero siempre conservó su origen humilde por lo que de él no se puede esperar grandes sumas en reparación ya que no tiene dinero”.

El ingreso de Isaza se dio en medio de fuertes medidas de seguridad por lo que los periodistas no pudieron tener un acceso directo a él. “Vamos a ver de qué me acuerdo”, fue lo único que respondió cuando un comunicador le preguntó si iba a contar toda la verdad. Su escueta afirmación fue un presagio de lo que iba a ratificar después oficialmente: su memoria le juega malas pasadas. Al menos en lo que a los crímenes y matanzas se refiere.

Antes de comenzar su narración Ramón Isaza fue sometido a un chequeo de salud practicado por un médico de la Fiscalía. El jefe paramilitar fue trasladado hace unos días de la cárcel de Itagüí a La Picota de Bogotá por quebrantos de salud.

Entretanto, afuera del búnker, una romería de víctimas con carteles, pancartas y documentos hacía su registro para ingresar. El ente investigador dispuso de un auditorio para que estas personas presenciaran la diligencia judicial. Más de 400 víctimas estaban inscritas. Sin embargo, el número total de víctimas presentes era mucho mayor.

Una vez comenzó la diligencia, lo primero que hizo el Fiscal Carlos Gordillo Lombana, fue preguntarle al procesado por su estado de salud. Isaza entonces afirmó que sufría de Alzheimer, compleja enfermedad que ataca la memoria de quienes la sufren y que se acentúa en los mayores de 60 años. Isaza está cercano a los 70, de los cuales ha dedicado 30 a la guerra.

“Me siento bien, pero se me olvidan las cosas”, explicó Isaza. Ante esta circunstancia el Fiscal mostró el registro médico practicado minutos antes y dejó constancia que Ramón María Isaza Arango, nombre completo del jefe paramilitar, estaba en plenas condiciones físicas y mentales por lo cual se podía proceder con la diligencia. Una vez hecha esa claridad se dio inicio formal a la misma.

Entonces su memoria se mostró diáfana. Hizo un resumen escueto de su origen en el paramilitarismo. Dijo que él prestó servicio militar y que luego regresó a trabajar a su zona. Como una historia ya muy oída, contó que en 1977, luego de sufrir el robo de gallinas y ganado por parte de la guerrilla, él y otros campesinos se juntaron para formar un grupo de autodefensas. Según Isaza, se vieron abocados a ello porque el Estado no cumplía con su deber de proteger sus bienes.

El jefe paramiltar –considerado el ‘Tirofijo’ de las AUC-, habló de un grupo de ocho ganaderos que se habría reunido para conseguir y suministrar las armas que requería el naciente grupo de autodefensas, sin embargo, Isaza sólo recordó el nombre cuatro de estas personas: Evelio Monsalve, Alberto Villegas, Jhon Yepes y Carlos Salazar. Cuando el fiscal le preguntó por su influencia en la política, Isaza respondió con otra frase categórica “A mí no me gusta la política. Yo sé es de guerra”.

En la noche concluía la diligencia en su primera jornada. Se cree que esta primera versión libre puede extenderse hasta el jueves. Los familiares de las víctimas se marcharon con la esperanza de que recupere totalmente la memoria para que el país pueda reconstruir esos años de horror.