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Fernando Botero Zea: "Hoy día miro para atrás y no puedo creer las cosas que yo hice, literalmente no lo puedo creer porque yo fui educado dentro de unos valores y unos principios en una familia muy respetable en Colombia". FOTO: ARCHIVO DE SEMANA

PROCESO 8.000

“Samper me dijo: 'Oye Fer, va a tocar aceptar el dinero de esta gente'”

Fernando Botero Zea rompe su silencio y sindica a Ernesto Samper Pizano de haberle pedido que recibiera los aportes de los miembros del cartel de Cali para financiar la campaña que lo llevó a la Presidencia. En una entrevista con el Canal ‘RCN’, el ex ministro de Defensa también reveló que si había problemas era necesario echar a Santiago Medina “a los lobos”.

13 de febrero de 2007

El ex gerente de la campaña Samper Presidente y luego ex ministro de Defensa de su administración volvió a abrir el caso del proceso 8.000. Según su testimonio fue el propio Ernesto Samper Pizano quien entre la primera y la segunda vueltas de las elecciones presidenciales del año 1994 le dio luz verde para que recibiera los millonarios aportes de los hoy extraditados Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, los jefes del cartel de Cali.
 
“La primera vez que sucede o que tiene lugar en una conversación absolutamente concreta es entre la primera y la segunda vuelta de la elección presidencial cuando el candidato Samper en ese momento me pide que lo acompañe en su automóvil, una camioneta que tenía, saliendo de la sede de la campaña en la calle 72 y dirigiéndonos a un almuerzo para recaudar fondos. En ese momento estamos los dos en el carro y me dice: ‘Oye Fer, va a tocar aceptar el dinero de esta gente’. Cuando dijo ‘esta gente’ yo sabía exactamente de qué gente estaba hablando, porque la forma como él y yo nos referíamos a esa gente del cartel de Cali era con la expresión ‘esa gente’, y yo le hice una cara como diciendo ‘miércoles”, relató en la noche de este martes Botero Zea.
 
La explosiva declaración del ex ministro de Defensa fue hecha en un especial conjunto de Noticias RCN y del programa Primera Línea con Álvaro García también del Canal RCN. En la charla el ex ministro aclaró: “...estoy convencido que cometí un error muy grave en esa entrevista del 22 de enero de 1996. Porque en eso que dije que yo no sabía y el presidente Samper sí sabía, me enredé en eso y la verdad es que lo que me sucedió, y le voy a confesar muy abiertamente, es que me faltó valor para enfrentar la plena responsabilidad de mis actos, tuve miedo de asumirlo con toda la entereza del caso”.
 
Esta nueva afirmación es en referencia a la entrevista que en ese momento le dio Botero Zea al periodista Yamid Amat en la que aceptó que el presidente “sí sabía” sobre la penetración de los dineros calientes en la campaña presidencial y que se convirtió en el proceso 8.000. Un hecho judicial que fracturó toda la vida política del país.
 
En la conversación con RCN, Botero reconoció el giro que sufrió su vida y la de Samper por haber recibido el dinero en una situación que él ex ministro llamó “ese error que cometimos ambos”. Sin embargo, aclaró que no siente odio por el ex presidente porque pesa más la larga y profunda amistad que los unió a ambos. Además, destacó de Samper su enorme inteligencia y su gran capacidad de análisis para la política.
 
Dijo también que cuando se filtró la información de los ingresos de dinero de la mafia a la campaña, él espero que la reacción nacional hubiera sido mayor aunque el impacto no fue tan alto. Pese, dijo, a las grabaciones de los llamados narcocasetes (conversaciones del equipo de la campaña con miembros del cartel de Cali en los que hablan del ingreso del dinero que equivale a seis millones de dólares) y a la insistencia del entonces oponente político, Andrés Pastrana Arango, para que se supiera la verdad.

Contó que cuando esto ocurrió, vivió momentos muy difíciles y que un principio tuvo la solidaridad absoluta del jefe del Estado del momento, Samper, quien lo visitó en muchas ocasiones a la Escuela de Caballería en donde ya estaba recluido.
 
En la medida que la Fiscalía avanzaba en sus pesquisas y el cerco se le cerraba a la cúpula del gobierno, Botero empezó a sentir miedo. Pero las constantes visitas del ministro del Interior, Horacio Serpa, lo tranquilizaban. Incluso narró que éste un día llegó con una carpeta en la que figuraban todos los parlamentarios y las decisiones que tomarían en caso del histórico juicio. Serpa, según Botero, tenía todo cuadrado para que las cosas salieran bien. Sin embargo, relató, se dio cuenta que era un engaño y sintió que lo iban a dejar solo por lo que tomó un cenicero y él, que se definió como un hombre muy tranquilo, lo arrojó de la ira contra la pared. 

A continuación algunos apartes de la entrevista de Botero Zea al Canal RCN.

Álvaro García: Usted en ese momento de la historia del país evidentemente era un hombre privilegiado, tenía el respaldo de una familia maravillosa, unos padres increíbles, una formación que muchos envidiarían. ¿Por qué traicionó los principios con los que creció?

Fernando Botero Zea: Yo creo que es un momento en el cual esa ambición que podría calificar de desmedida, de ambición ciega, ese apego al poder, esa obsesión por el poder. Hoy día miro para atrás y no puedo creer las cosas que yo hice, literalmente no lo puedo creer porque yo fui educado dentro de unos valores y unos principios en una familia muy respetable en Colombia por el lado de mi padre, por el lado de mi madre y por el lado de mis abuelos, por todos lados de mi familia que se ha distinguido en muchos aspectos en Colombia. ¿Cómo llegué yo a hacer lo que hice? ¿Cómo cometí esas faltas? Es algo que me atormenta todos los días, pero el hecho fundamental es que los cometí, lo pagué y también asumo las consecuencias y la responsabilidad de esas cosas por las cuales sólo siento pesar, lo lamento y voy a utilizar una palabra muy fuerte: vergüenza.

Álvaro García: ¿Cuál es específicamente la circunstancia de tiempo y lugar en la que usted escucha hablar por primera vez de manera clara de la posibilidad de que dineros ilícitos entren a la campaña?

Fernando Botero Zea: La primera vez que sucede o que tiene lugar en una conversación absolutamente concreta es entre la primera y la segunda vuelta de la elección presidencial cuando el candidato Samper en ese momento me pide que lo acompañe en su automóvil, una camioneta que tenía, saliendo de la sede de la campaña en la calle 72 y dirigiéndonos a un almuerzo para recaudar fondos. En ese momento estamos los dos en el carro y me dice: “Oye Fer, va a tocar aceptar el dinero de esta gente”. Cuando dijo “esta gente” yo sabía exactamente de qué gente estaba hablando, porque la forma como él y yo nos referíamos a esa gente del cartel de Cali era con la expresión “esa gente”, y yo le hice una cara como diciendo “miércoles”. Pero entendía en ese contexto que había una crisis tremenda de liquidez en la campaña que en la primera vuelta había culminado con una victoria electoral y una derrota política, que estaba muy difícil lograr recuperar las finanzas de la campaña y en esos momentos todas las cosas pasaron por mi cabeza y el doctor Samper me dijo: “Tranquilo que yo me ocupo de ese tema con Mestre”.

Álvaro García: ¿Quiénes sabían lo que estaba ocurriendo dentro de la campaña?

Fernando Botero Zea: Pues a estas alturas sabíamos el doctor Samper y yo, el doctor Serpa y Santiago Medina que ocupaba el cargo de tesorero. Esas eran las personas que en ese momento tenían conocimiento y certeza de qué era lo que estaba pasando.

Álvaro García: ¿Qué estrategia surgió? Supongo que participó usted en el manejo de esa estrategia para tratar de sortear una situación tan complicada en un momento y en una coyuntura tan difícil?

Fernando Botero Zea: Me acuerdo que en esos días volví a tener unas conversaciones con el presidente Samper en la oficina de su apartamento, entonces estábamos los dos y de pronto le dije: “Yo estoy muy preocupado con este tema, cómo se te ocurre que lo manejemos”, y me contesto: “Yo no lo tengo del todo claro todavía, pero lo que sí tengo claro es que hay que echar a Medina a los lobos, es decir, hay que crear una zanja entre Medina, usted y yo”.

Álvaro García: Doctor Botero nadie hace un aporte de estos sin nada a cambio o sin esperar nada a cambio. En síntesis y de manera clara cuando los miembros del cartel de Cali hacen este aporte a la campaña ¿qué esperaban a cambio?

Fernando Botero Zea: El acuerdo era crear un ambiente para que hubiera un sometimiento a la justicia lo cual en esa época por una legislación de ese momento creaba unas condiciones favorables y era el resultado que el presidente Samper estaba esperando que el año 1994 culminara con el sometimiento a la justicia de los principales capos del cartel de Cali.

Álvaro García: Hablaba usted ahora de la presión de los medios de comunicación y de su contacto con líderes de opinión que le decían más o menos la cosa va a venir por este lado. Evidentemente la prensa tuvo mucho que ver en el desarrollo de todo el tema del proceso 8.000. ¿Cuál fue su experiencia con esos líderes de opinión, con los periodistas importantes del país, con la gran prensa nacional en la forma de abordar este tema de cara a ustedes los funcionarios del gobierno?

Fernando Botero Zea: Mire fue una época en que se desarrolló un periodismo de investigación de muy alta calidad liderado por la revista SEMANA, por Mauricio Vargas que en ese momento era el director, tenía un equipo con Jorge Lesmes, con Edgar Téllez y era un equipo de investigación realmente bueno. Pero no se limitó a SEMANA, también El Tiempo, y varios medios participaron, pero sí creo que el proceso 8.000 fue un proceso donde los medios tuvieron una participación definitiva, no solamente el episodio de la financiación de la campaña, por ejemplo otro episodio que fue central y que fue importante en los medios que fue el tema de la ‘monita retrechera’, la grabación famosa donde el presidente Samper habla con la monita. Entonces sí fue un episodio donde los medios tuvieron una importancia fundamental.

Álvaro García: ¿Usted cree que el proceso 8.000 terminó?

Fernando Botero Zea: Esa fue la interpretación que le dio el presidente Samper a la condena que recibí y yo creo que la condena está separada del proceso 8.000 en muchos sentidos y creo que decir que el proceso 8.000 acabó realmente no corresponde con la realidad de los hechos. Hay centenares de pruebas documentales, de pruebas testimoniales de que cuatro o cinco millones de dólares del cartel de Cali ingresaron en efectivo a las arcas de la campaña, a las tesorerías regionales, y por eso plantear que el proceso 8.000 se acabó, no corresponde ni con la historia ni con la realidad de los hechos.

Álvaro García: Doctor Botero, pero ¿usted va a concurrir a la justicia colombiana que lo requiere?

Fernando Botero: Yo tengo intención de ir y a la vez tengo dos consideraciones. La primera que para mí es muy importante es la consideración de la seguridad personal y la segunda es la consideración de que los enemigos políticos que tengo en Colombia me fabriquen un nuevo proceso y ya me sucedió una vez y me podría volver a suceder.