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Seis intentos de paz, una sola historia

En tiempos en los en que no se habla de un tema distinto a la guerra, una exposición del Museo Nacional muestra que en la historia colombiana ha prevalecido el intento por entregar las armas y 'fumarse la pipa de la paz' con el enemigo.

18 de agosto de 2003

'Tiempos de paz' es el título de la exposición. Es un recorrido por el siglo XX que pone de manifiesto que el camino hacia la paz en la historia colombiana ha sido largo y lleno de vicisitudes. Abre sus puertas al público un siglo después de que finalizara la Guerra de los Mil días, que en este caso es el punto de partida y no en vano abrió el siglo.

Es una iniciativa del Museo Nacional en conjunto con la Alcaldía de Bogotá y el Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT). Nace del coloquio que presentó éste último en noviembre del 2002 y busca darle otra perspectiva al tema de los tratados de paz, con piezas originales de la época de cada uno de los seis acuerdos más representativos de la historia reciente de Colombia. "Sobre todo queremos demostrarles a los jóvenes que Colombia no es sólo guerra y que ha prevalecido un interés constante por encontrar la paz", explica Rocío Londoño, directora del IDCT.

Por eso desde el 3 de diciembre el Instituto, en conjunto con los funcionarios del Museo se dieron a la tarea de reunir los elementos para mostrar las iniciativas a partir de imágenes. Entonces se abrió una convocatoria en la que llegaron personas comunes y corrientes y familiares de los protagonistas de la política del país, para ofrecer sus pertenencias con algún significado histórico al museo. Además se reunieron artículos de la Casa de la Moneda, de la Cancillería y de la Biblioteca Luis Ángel Arango.

En total lograron reunirse más de 310 piezas entre las que se cuentan pinturas, fotografías, banderas, documentos, videos, mapas, libros, esculturas, cartas, medallas, armas, caricaturas y objetos testimoniales. Cada una de ellas construye los seis tratados de paz del siglo XX.

El primer paso para los visitantes es el Tratado de Wisconsin, el de Neerlandia y el de Chinácota. Fueron firmados en 1902 para dar por terminada la Guerra de los Mil Días. Entre las piezas que se encuentran, está una foto de la firma del tratado de Wisconsin, en la que aparecen los firmantes Benjamín Herrera, Lucas Caballero, Eusebio A. Morales, Alfredo Vásquez Cobo y Víctor M. Salazar. También hay varias de la Embarcación Wisconsin, emblema del tratado y de la paz, así como documentos firmados.

La segunda parte es el 'Protocolo de Amistad y Cooperación' firmado en 1932. Con él se dio fin al conflicto fronterizo entre Colombia y Perú. Está representada por el cuadro alegórico de la nación en la que se muestra a todo el país rodeando al presidente Enrique Olaya Herrera en la guerra contra Perú. " Después de la firma de este protocolo no se han vuelto a presentar problemas limítrofes con ese país. Allí radica su importancia. Desafortunadamente nadie lo tiene en cuenta", explica Beatriz González, curadora de la exposición.

Los objetos más importantes que se exhiben en esta parte de la muestra, son la bandera colombiana que se izó en la frontera con Perú una vez firmado el protocolo y 'El libro Rojo del Putumayo', en el que Norman Thompson hace una denuncia en inglés y español sobre la explotación de los indígenas por parte de la Casa Arana para la producción de caucho.

En tercer lugar se encuentra el espacio dedicado a los acuerdos de paz que durante el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla permitieron la desmovilización de las guerrillas liberales que durante el período de la violencia se crearon en los Llanos Orientales, Antioquia, Huila, Santander y Cundinamarca. Están incluidas piezas como el sombrero de Guadalupe Salcedo, el mítico líder de las guerrillas y una carta del también líder Eduardo Vicente Fonseca al Presidente de la República.

El cuarto tratado se dio entre los partidos liberal y conservador y originó el Frente Nacional. Su imagen representativa es la fotografía de Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez en la firma del pacto de Sitges. También están los cuadros del 'Plebiscito' y 'La Junta Militar' de Débora Arango y la máquina de escribir y el sombrero de Juan de la Cruz Varela.

La quinta parada es tal vez la más significativa y emotiva para los visitantes. Está dedicada a la creación de la UP y a los intentos de paz con el M-19 del presidente de turno, Belisario Betancur. En ella se incluyen sillas, sofás y extintores, todos quemados en el incendio del Palacio de Justicia en 1985, uno de los episodios más sangrientos de la historia reciente que demostró que la paz con el movimiento guerrillero no se logró en ese entonces.

Por último, y en sexto lugar se encuentra la entrega de milicias en el gobierno de César Gaviria en 1994. Su elementos más importantes son la espada de Simón Bolívar robada por el M-19, las agendas de negociación del presidente Barco y el sombrero del fallecido líder del grupo guerrillero, Carlos Pizarro.

Los intentos de negociación con las Farc y demás procesos llevados a acabo durante los gobiernos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe Vélez no se incluyen en la exposición. No porque no tengan valor histórico, sino porque no han tenido resultados y siguen vigentes. "No se puede tocar una coyuntura reciente. Hay que tomar distancia en lo que está sucediendo. Si tratamos los otros temas es por que ya habían finalizado y se había reflexionado al respecto", explica Londoño.

De esta manera, el Museo Nacional hace un esfuerzo por actualizar sus colecciones y profundizar en ciertos aspectos de la historia que no habían sido tratados antes. "Uno de los objetivos de la muestra es ampliar las miradas del museo y actualizar sus colecciones", afirma González.

Otro de los objetivos de la muestra es llegarle a los jóvenes y mostrar que no todo ha sido guerra en Colombia. "Ya nadie reflexiona. Ahora se maneja mucha retórica de la guerra y no se va más allá", dice Londoño. "Los jóvenes de ahora no saben nada de los tratados, siempre creen que esto ha sido una pelea eterna. Por eso la exposición busca generar un sentimiento de reflexión".

El esfuerzo por que los jóvenes y colombianos en general analicen y vivan las experiencias de paz del país estará en el Museo Nacional hasta el 2 de noviembre de este año. "Por eso los invitamos a que visiten el museo y vean que hay otras maneras de ver que en Colombia no somos violentos por naturaleza y que hay que cambiar de idea", señala Londoño.