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El general Mario Correa Zambrano es acusado por el senador Luis Élmer Arenas de tener vínculos con el narcotráfico.

ESCÁNDALO

Senador de La U afirma que director de la Escuela Superior de Guerra tiene vínculos con ‘El Socio’.

El senador Luis Élmer Arenas aseguró que le mostrará al país las pruebas sobre los nexos entre el narcotraficante y el general Mario Correa Zambrano, director de la escuela donde la semana pasada explotó un carro bomba.

25 de octubre de 2006

Las Fuerzas Militares volvieron a ser blanco de denuncias por corrupción desde el Congreso de la República. Esta vez el señalamiento lo hizo el senador Luis Élmer Arenas, quien dijo tener pruebas que vinculan al general Mario Correa Zambrano, director de la Escuela Superior de Guerra, con Eduardo Restrepo Victoria, narcotraficante conocido con el alias de ‘El Socio’.

El alto oficial es el máximo responsable de la Escuela Superior de Guerra, donde en la mañana del jueves de la semana pasada explotó un carro bomba que hirió a 23 personas, provocó la indignación del presidente Uribe y dejo mortalmente herido un posible intercambio humanitario entre el gobierno y las Farc.

El senador Arenas, ex miembro de la Policía, señaló al general Correa de estar involucrado con ‘El Socio’, un reconocido narcotraficante que fue capturado a mediados de julio sindicado de ser la mano derecho de ‘Jabón’, uno de los jefes del cartel del Norte del Valle. Jabón es Wilber Alirio Varela.

SEMANA.COM llamó en varias oportunidades al despacho del general Correa Zambrano para conocer la versión de la grave denuncia pero sus asistentes respondieron que se encontraba en una reunión imposible de interrumpir.

Dice el congresista que esas evidencias ya se encuentran en la Fiscalía y que pronto hará un debate en el Congreso para entregar detalles de las supuestas irregularidades que ha cometido este oficial. “Cuando era segundo comandante de la brigada en el Urabá al parecer facilitó una avioneta para la masacre de Mapiripán (...) También intentó tapar la masacre de Guaitarilla cuando estaba en la Tercera Brigada y parece que estuvo involucrado en la muerte de dos policías en La Cumbre”, aseguró el congresista en una explosiva entrevista radial con Caracol.

Otros escándalos

No es la primera vez que el general está en el ojo del huracán por graves escándalos. Hace dos años, cuando el general Antonio Ladrón de Guevara era comandante de la Tercera División del Ejército y se desempeñaba como jefe de Correa cuando este era comandante de la Tercera Brigada, le envió un oficio al comandante del Ejército solicitando su relevo, argumentando “una serie de hechos de suma gravedad (...) tales como malos resultados operacionales, corrupción de las unidades bajo su cargo, mal trato a los subalternos, entre otros”.

Por esa época, un sargento mayor también denunció anomalías que conoció el Congreso. Al parecer, durante una visita del general Correa al batallón Cisneros que quedaba en Armenia, cuando vio que este mandaba sobre dicha unidad por órdenes directas del comando del Ejército, el general cuestionó el estatus que le estaba dando por ser un suboficial. “Sí, conozco la directiva, pero no la comparto. Es producto de un plumazo firmado en algún momento”, les dijo Correa a sus subalternos y refutó la orden.

Al parecer, el general Correa también sacó a la esposa del mayor Henry Perdomo de la vivienda que tenía asignada por ser la autora de un rumor en su contra. De nada valió la condición de enferma terminal, pues la señora lleva tres años luchando para superar un cáncer. Otro caso es el del capitán Guzmán, acusado por el general Correa el 13 de mayo de 2005 de tener vínculos con el narcotráfico. El capitán demandó al Ejército y hoy no tiene ningún cargo en su contra.

El suicidio por ahorcamiento del teniente Ómar Darío Urrego ocurrido en las oficinas de la Tercera División en febrero pasado también es confuso. Se dice que el militar solicitó permiso para visitar a su padre quien se encontraba en grave estado de salud. El general Correa dijo que no lo pudo atender porque salía de vacaciones y estaba retrasado para llegar al aeropuerto. Agregó que el reporte sicológico del muchacho presentaba anomalías. Sin embargo, entre los medios locales hubo molestia pues la noticia no se dio a conocer de inmediato. Al final sólo trascendió la frase que dejó el teniente como documento póstumo en un tablero de su oficina: “Esta farsa tiene que acabar”.

Vale recordar el caso del coronel Henry Salcedo, quien después de 26 años en el Ejército se vio forzado a pedir el retiro porque su esposa saludó al presidente Uribe. El caso se presentó el 21 de enero de 2005 al salir el mandatario de una reunión en el casino del Batallón de Popayán. Cuentan testigos que varias señoras, entre ellas la esposa del coronel, se acercaron con la autorización del cuerpo de seguridad de Palacio para saludar y tomarse fotos con Uribe. El general Correa dice que se presentó un bochornoso desorden que aprovecharon estas señoras para pedirle algunas prebendas al Presidente y que al recriminar al coronel, este le faltó al respeto manoteando y alzándole la voz delante de otros subalternos. Pero varias personas presentes en el lugar aseguran que el general increpó a la mujer y, cuando el coronel intercedió por su esposa, Correa lo amenazó con que “lo iba a pulverizar”. Esa misma noche llegó la orden escrita mediante el radiograma No.00381 DIV3-G3-375 que relevaba al coronel del cargo

Por todos estos hechos, Correa ha sido demandado ante la Fiscalía, la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo. Además, esta larga lista de irregularidades se conocieron en noviembre del año pasado en la comisión segunda del Senado, donde se notificaron los ascensos de los oficiales de mayor rango pertenecientes al Ejército y la Policía. Sin embargo, el general Mario Correa fue ascendido y hoy se desempeña como comandante de la Escuela Superior de Guerra.

La defensa del general Correa ha sido la misma. Siempre ha destacado que mientras fue comandante de la Tercera División del Ejército, con sede Cali, los resultados fueron evidentes: entre 2003 y 2004, las muertes de guerrilleros y paramilitares pasaron de 87 a 137; la incautación de fusiles pasó de 879 en 2003 a 1.391 en 2004 y durante ese período se logró la liberación de 36 secuestrados.

La acusación de Arenas se produce días después del atentado con el carro bomba. El pasado jueves cuando explotó el vehículo en uno de los parqueaderos de la Universidad Militar, adyacente a la Escuela de Guerra, no fue posible grabar en su totalidad al hombre que ingresó el vehículo porque algunas cámaras de vigilancia se encontraban averiadas.

Ahora sólo queda esperar que la próxima semana el senador Arenas revele los presuntos nexos que Correa tiene con ‘El Socio’. Entre tanto se aguarda que el general rompa su silencio y asuma en público su defensa a este hecho que es un eslabón más en la cadena de hechos cuestionables del Ejército en este año.