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Entrevista

"Somos un recurso para personas e instituciones innovadoras"

Augusto Varas, responsable de la Fundación Ford para el área Andina y el cono Sur, estuvo de visita en Colombia para conmemorar los 40 años de trabajo de la Fundación en el país.

13 de octubre de 2003

SEMANA: ¿Cuál es la relación de la Fundación Ford con la empresa del mismo nombre?

AUGUSTO VARAS: La Fundación Ford no tiene nada que ver con la compañía. Ni la familia está presente, ni sus acciones están presentes.

SEMANA: ¿De dónde vienen entonces los recursos para las cinco áreas de gestión (derechos sociales, económicos y humanos, educación, finanzas para el desarrollo, filantropía nacional y gobernabilidad democrática) en los que trabajan?

A.V.: Los recursos se reciben de las utilidades que da el fondo de capital. Como cualquier persona o cualquier familia que deposita sus ahorros en un banco, se tienen utilidades y esas utilidades, no más del 20 por ciento pueden ir a gastos administrativos, y 80 por ciento de las utilidades se distribuyen en donación. Esa es la mecánica. En el caso de la Ford, dependemos de la rentabilidad del paquete accionario. Y como la rentabilidad de los paquetes accionarios en los últimos tres años ha sido muy mala, hemos visto reducidos nuestros recursos. Entonces, en momentos de expansión, como fue la segunda mitad de los 90, pudimos hacer grandes cosas, pudimos escalar, por ejemplo, en programas de becas para los más desposeídos a nivel de estudios superiores, de posgrado. Eso no hubiera sido posible si no hubiera habido esa expansión. En momentos de vacas flacas tenemos que priorizar y hacer más rígidas y más estrictas las prioridades nuestras. Pero también eso se hace en conexión con nuestros donantes que entienden cuál es la lógica y los ciclos por los cuales pasa la institución.

SEMANA: Hecha esta precisión, ¿cuál fue el propósito de su visita a Colombia?

A.V.: Celebrar 40 de trabajo ininterrumpido. La Fundación Ford inauguró sus oficinas de la región andina en 1962 en Bogotá. Estamos celebrando y felicitando a nuestros contratantes que durante 40 años nos han honrado con esta asociación que tenemos.

SEMANA: Ustedes siempre han apoyado organizaciones de índole y origen muy diverso como el Cinep, la Comisión Colombiana de Juristas o Ideas para la Paz, ¿es algo que han hecho a propósito o una simple casualidad?

A.V.: Nuestro lema es que somos un recurso para personas e instituciones innovadoras. El tema de innovación es lo central y la innovación se encuentra en todas partes. Se encuentra entre los ricos y los pobres, entre los de izquierda, centro y derecha, entre los apolíticos, en las partes más insospechadas. Y desde ese punto de vista, nosotros estamos muy orgullosos de haber mantenido durante 40 años ese compromiso con la diversidad.

SEMANA: Otra parte de su abanico de experiencias comprende trabajo en educación y filantropía, ¿qué destacaría en estos campos?

A.V.: Hemos tenido una relación de colaboración con la Fundación Corona, con la Fundación Restrepo Barco, con la Fundación Empresarios para la Educación. En todos esos campos filantrópicos estamos apoyando, no solamente el trabajo específico que ellos hacen, sino también el desarrollo de la capacidad profesional y filantrópica de las propias instituciones. Esa visión de tener un grupo dedicado a la filantropía que es alimentado por una corporación o un grupo empresarial determinado, pero que su razón de ser fundamental no es generar una mejor imagen corporativa, es algo muy valioso. Eso no se entiende en el resto de América Latina. Aquí la Fundación Corona no es un aparato de imagen corporativa del grupo Corona. La Fundación Ideas para la Paz no es imagen corporativa de un grupo de empresarios determinado.

SEMANA: ¿Esto no es igual en el resto del continente?

A.V.: Colombia tiene unos de los sectores filantrópicos más desarrollados de la región, junto con Brasil. Argentina también lo tiene, pero de otra naturaleza. En el caso de Chile y Perú están subdesarrollados. En estos casos, básicamente lo que se tiene es un sector que es extensión de los departamentos de relaciones públicas. Si uno va a un banco o a una empresa o corporación y pregunta: "¿Quién está a cargo de la filantropía?" La persona que está a cargo es el gerente de relaciones públicas. Es por eso que en América Latina ha surgido con tanta fuerza la responsabilidad social empresarial. Por ejemplo, trabaja el tema del marketing responsable, de las relaciones laborales, del medio ambiente. Pero, se limita a dos o tres grandes propósitos. La filantropía moderna, profesional, es más estratégica, apunta más bien a resolver las causas de los problemas que a paliar las consecuencias de los mismos. O sea, hay una diferencia entre lo que es caridad y filantropía, y esa diferencia es bien fundamental porque separa dos tipos de instituciones que son muy distintas. Y con respecto a la segunda, la filantropía profesional y moderna, Colombia tiene grandes desarrollos.

SEMANA: ¿Qué otras cosas destacaría usted del caso colombiano?

A.V.: Bueno, la solución al problema del tránsito de Santiago de Chile, que es muy caótico, está siendo resuelto sobre la base de replicar el plan Transmilenio de Bogotá. El encuentro de poesía internacional que se realiza en Medellín ha tenido una visibilidad internacional que a lo mejor no se conoce en Colombia, pero que es un referente. A pesar de la situación muy crítica que se vive en Colombia, los colombianos y las colombianas han sido capaces de resolver problemas importantes y de aportar soluciones al resto de América Latina. Yo me acuerdo por ejemplo, hace unos años, me demoraba de un hotel al aeropuerto, tres veces más de lo que me demoro ahora. Entonces, hay una capacidad creativa, y una reserva moral, intelectual, cultural, que me llena de mucha esperanza de que se va a resolver el problema de una buena forma.

SEMANA: Usted ingresó a la Fundación en 1994, ¿desde entonces ha aumentado o disminuido la ayuda que llega a las organizaciones colombianas?

A.V.: Indudablemente ha crecido. Hemos recibido recursos adicionales precisamente para poder colaborar al proceso de paz.

SEMANA: Teniendo en cuenta que los recursos escasean a veces, usted decía que están haciendo una focalización en los países más precisa de los campos a los que apoyan. ¿En Colombia cuál es el foco principal de ayuda?

A.V.: En Colombia el foco principal es, precisamente, cómo podemos contribuir a la paz. En el caso por ejemplo de derechos humanos, es obvio. Tal parece que hay bases mínimas de funcionamiento que hay que apoyar, como es el derecho internacional humanitario También estamos tratando de apoyar organizaciones que trabajan con mujeres desplazadas, que son las más afectadas por los procesos de desplazamiento. Estamos en el campo de las microempresas, tratando de ayudar a grupos que están en las áreas de desplazamiento de manera que puedan tener un recurso económico para poder sobrevivir. Es decir, a través de los distintos programas tratamos de contribuir al proceso de paz, no solamente tratando de relocalizar o ayudar a la relocalización de personas cuyas vidas peligran, tanto dentro como fuera de Colombia, sino que también a través de los otros programas más tradicionales, poder contribuir y vincularse a la solución de los problemas que pone la violencia. Hicimos un aporte a la Fundación Kellogs de la Universidad de Notre Dame para recibir a académicos e intelectuales que están amenazados de muerte y que puedan por lo tanto continuar con sus labores, tal como la Fundación lo hizo en Chile durante 17 años, en Argentina, en Perú, en Suráfrica, Indonesia, entre otros países.

SEMANA: Ustedes apoyan varias organizaciones no gubernamentales (ONG) de derechos humanos, ¿qué piensa respecto de las graves sindicaciones que les hizo en una celebración ante militares el presidente Alvaro Uribe?

A.V.: Yo prefiero quedarme con las declaraciones del presidente en Naciones Unidas. Respecto a nuestras relaciones con las ONG estamos muy satisfechos con ellas. Nuestras contrapartes son ONG muy serias, muy responsables. Encontramos que no les caen esos calificativos y más bien pensamos que son recursos muy valiosos para Colombia. Y por eso precisamente quisimos ayudar a la conexión y a la relación, a ampliar las relaciones de esas ONG en Europa a través de un apoyo al Centro de Investigaciones para la Paz en Madrid, que está realizando un trabajo muy interesante de vinculación y de información en Europa sobre la situación colombiana, de manera que la opinión pública internacional no piense que el problema de Colombia es un problema exclusivamente de narcotráfico, de guerrilla, y de una relación bilateral con Estados Unidos. Es mucho más complejo, más rico, es una relación que se tiene que ampliar con Europa. Con América Latina realizamos una reunión en Flacso en Santiago de Chile, los que convocaron a asesores de política, miembros de ONG, precisamente para tratar el tema de la crisis regional y la paz en la región. Entonces estamos tratando de mostrar que el tema en Colombia es mucho más diverso, para que así la mayor diversidad de contrapartes en Estados Unidos, en Europa y en América Latina puedan contribuir desde sus posiciones individuales, con sus recursos individuales al proceso de paz. O sea, mientras más diversidad, mayor y más riqueza van a tener los recursos económicos, sociales y políticos que se puedan movilizar.

SEMANA: ¿Esto quiere decir que ustedes están plenamente seguros de las ONG que apoyan?

A.V.: Absolutamente. Nosotros antes de dar cualquier donación miramos la institución: tiene que ser muy solvente, sin fines de lucro, que cuente con una auditoría externa. Los recursos no pueden estar destinados a ninguna otra tarea que para las acciones para las que han sido propuestas y mantenemos un monitoreo y una evaluación permanente del proceso y de los resultados. Por tanto, estamos plenamente satisfechos en 99,99 de los casos.