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CULTURA
Un actor justo en la mira
Édgar Ramírez, actor venezolano que lleva tres películas en Hollywood junto a grandes figuras, pronto protagonizará 'Escobar', la cinta sobre el capo colombiano. Semana.com lo entrevistó.
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Édgar Ramírez se sienta cómodo en una silla a la que le cae la luz difusa de la tarde, desde el occidente de Bogotá. Está en un hotel en las vecindades del Parque de la 93 y ha salido a caminar la ciudad con su pinta de actor de Hollywood, pero consciente de que nadie sabe que lo es. Es más, asiste al ensayo de prensa de la cinta ‘Tropa de Élite’, ganadora en Berlín del Oso de Oro, como si fuera un espectador más. Pero detrás de su tranquilidad y de su actitud reposada, hay una inteligencia sagaz que deja ver en las entrevistas y que es incisiva, crítica, demuestra conocimiento de su oficio y que le augura un futuro arrollador.
Así es: Édgar Ramírez es mucho más que un rostro interesante que registra bien ante cámaras y que puede hacer de villano y galán al tiempo. La suya es una carrera disparada hacia el éxito, y es claro que se toma tan en serio su oficio como actor que no es casualidad que en tres años haya estado en tres cintas de renombre, que ya le ofrezcan protagónicos y que uno de ellos sea el de la cinta ‘Escobar’, sobre la vida de Pablo Escobar.
Cada papel es para él un reto. Como para ‘El ultimátum Bourne’, donde tuvo que aumentar siete kilos para verse “como un toro”. Y luego hacer lo mismo en ‘En el punto de mira’ para cumplir una doble misión: parecer el actor cargado de resentimiento y pleno de fuerza de la película y convencer a los millones de cineastas que verían esta película que él es más que un actor: que es un buen actor, digno de más y mejores papeles.
Eso dice, con calma este actor venezolano que con tan solo tres cintas en Hollywood ya ha trabajado junto a Keira Knightley en ‘Dominó’, en ‘El ultimátum Bourne’ al lado de Matt Damon (el filme ganó tres premios Óscar) y quien ahora comparte trabajo en ‘El punto de mira’ con Forrest Withaker, William Hurt y Dannis Quaid.
Con seguridad, usted no ha oído hablar todavía de él. Pero lo escuchará. No solo porque será el protagonista de ‘Escobar’ la película que dirigirá Antoine Fuqua sobre el capo de la droga colombiano, producida por Oliver Stone, y también el actor principal de la versión venezolana de Cyrano de Bergerac, ‘Cyrano Fernández’, que le dio el premio como mejor actor en el Festival de Cine de Málaga. Además, participará en dos producciones de Hollywood de gran cartel este año: ‘Guerrilla’ y ‘El argentino’, que narrarán la vida del Ché Guevara, ambas protagonizadas por Benicio del Toro y dirigidas por Steven Soderberg.
“Comencé con una cinta venezolana que se llamó Punto y raya en la que hacía de soldado colombiano (y con la que ganó el Festival de Cine de Bogotá). Cuando fuimos invitados a Los Ángeles al Festival Latino, donde ganamos, mucha gente estuvo atenta. La cinta incluso llegó a estar entre las 10 preseleccionadas al Globo de Oro y ahí me vio Tony Scott, y me eligió para la película Dominó”.
Ramírez evitó el contacto con la televisión para concentrarse en la actuación, salvo por su participación en la telenovela Cosita rica, y esa libertad creativa le ayudó a tener facilidad para moverse en el cine. “Pero llegar al mercado grande me obligó a trabajar más duro. Decidí apostarle a los poyectos en vez de a la cantidad o al volumen de trabajo en Hollywood y he tratado de seguir esos criterios”.
De hecho, está tan convencido de eso, que en la cinta ‘En el punto de mira’ su personaje de Javier, un terrorista forzado a actuar para salvar a su hermano, es ambiguo y lleno de complejidades. “Trato de hacer personajes que me conmuevan y que sean difíciles de definir. Mis personajes no son de malo, porque eso es una etiqueta que tienen en Hollywood para vender, sino que son personas que tienen moralidad, son ambiguos y confrontan la realidad humana. Todos los personajes que he hecho caminan en esa línea difusa. Y yo estoy al servicio de mi papel”.
Con ojos intensos claros, cinco idiomas y una altura de 1,78 m, Édgar Ramírez tiene un prototipo físico que lo hace indefinible y eso le permite moverse en papeles distintos en Hollywood. Por ahora no habla mucho de lo que será su trabajo en el filme sobre Pablo Escobar, en un papel para el que había sonado Javier Bardem. “Por ahora solo estoy leyendo del tema. Escobar es otro personaje interesante. Es ángel y demonio, amado y odiado, perseguido y admirado, vive también en la ambigüedad. Y le cambió la cara a un mundo entero”, dice.
Algo tiene en claro este latinoamericano que ha incursionado en el cine estadounidense con éxito y velocidad a sus 31 años: que no se irá a vivir a Estados Unidos. “A nuestros países los define la ambigüedad: el hecho de que vivimos en medio de contrastes, en naciones que tienen distritos financieros poderosos en el centro y barrios abandonados y con miseria a sus alrededores. Vivimos en la modernidad y en el neolítico al tiempo. Nos alimentamos creativamente de ese contraste. Prefiero quedarme en Latinoamérica para alimentarme de esa realidad que me estimula sensorialmente. No quiero mudarme a Los Ángeles porque esa realidad es tan tranquila y plana que me adormece”.
Y Édgar Ramírez es un hombre de acción. No solo por las cintas que ha hecho, sino porque está impulsado y ansioso por demostrar que apenas está empezando y que lo mejor está por verse.
En el punto de mira
Cinta de acción contada desde ocho distintos puntos de vista, que narra el supuesto atentado contra el presidente de Estados Unidos en la ciudad de Salamanca, España. Con Dannis Quaid, Édgar Ramírez, Forrest Withaker, William Hurt y Sigourney Weaver.