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Alberto Quintero, Carlos Barragán, Carlos Charry, Édison Pérez, Francsico Javier Giraldo, Héctor Fabio Arizmendi, Jairo Hoyos, Juan Carlos Narváez, Nacianceno Orozco, Ramiro Echeverry y Rufino varela, son los once diputados que fueron asesinados el 18 de junio. Sigifredo López (último de la foto), fue el único sobreviviente.

Conflicto

Un mes después de asesinarlos, las Farc no entregan todavía sus cadáveres

La masacre de los diputados ocurrió el pasado 18 de junio. Raúl Reyes insiste en su voluntad de entregar los cadáveres. Sin embargo, las familias siguen vestidas de luto y en la incertidumbre.

Andrea Peña
17 de julio de 2007

Si las Farc dicen la verdad, este miércoles se cumple un mes del asesinato de los once diputados del Valle. Si las Farc dicen la verdad, casi todas las condiciones que pidieron están dadas para que los cadáveres sean entregados a sus familiares, quienes esperaron cinco años y medio para ver a sus seres queridos en libertad. Pero vivos. El Comité de la Cruz Roja Internacional, Cicr, ya dio el sí para servir de intermediario y el gobierno del presidente Álvaro Uribe se comprometió a cesar los operativos militares en las zonas donde posiblemente se entregarían los restos. Pero ha transcurrido un mes y los diputados aún no reciben un funeral digno.

La desesperanza está enquistada en los corazones de cada una de las familias de los diputados muertos. Cada vez que recuerdan las palabras del escueto comunicado del grupo guerrillero, su piel se eriza. Al pensar que sus esposos e hijos murieron en el cruce de disparos “con un grupo militar sin identificar”, se mueren de la tristeza porque saben que no fue así. Las familias creen que los insurgentes dispararon a mansalva, cerca de sus cuerpos, seguramente con fusiles. Las Farc dijeron que no pudieron protegerlos de las balas, y como si fuera poco, responsabilizó de las muertes al gobierno por no acordar el intercambio humanitario en los últimos cinco años. Increíble.

Esa desesperanza es evidente en personas como Érika Serna, la joven esposa del diputado Carlos Alberto Barragán (también asesinado), quien habló con Semana.com. “Yo le agradezco a los medios de comunicación lo que han hecho por nosotros, pero no quiero que me pregunten por mi marido, no quiero hablar del tema, no quiero nada. Ya los mataron y ya qué”, dijo con una voz que palidecía con cada palabra.

Con las últimas fuerzas que le quedan, Érika y su pequeño hijo irán este miércoles a una misa a las 10 de la mañana que se ofrecerá en la catedral de San Pedro, en la ciudad de Cali, por la memoria de su esposo. Allí se encontrará con las familias de Juan Carlos Narváez, Nacianceno Orozco, Ramiro Echeverri, Rufino Varela, Édison Pérez, Francisco Javier Giraldo, Carlos Alberto Charry, Héctor Fabio Arizmendi y Alberto Quintero, los otros diputados secuestrados en abril de 2002 que fueron acribillados en la selva hace unas semanas.

Ángela Giraldo, hermana de Francisco Javier y una de las voceras de los familiares de los secuestrados, confirmó que a las 12 del mediodía se paralizarán las actividades en toda la ciudad y en la Plazoleta de San Francisco se prenderá un cirio gigantesco que sólo se apagará cuando los cuerpos de sus familias sean devueltos.

“En el caso de mi familia decidimos no rogarles más a las Farc para que nos entreguen a mi hermano. No queremos que nos manipulen otra vez, ya estamos cansados y si se quieren quedar con el cuerpo, pues que se lo queden. Si está muerto, es libre y eso nos tranquiliza. Si la guerrilla quiere devolvernos los cuerpos, que lo hagan sin condiciones”, sostuvo Giraldo.

El martes de la semana pasada, las Farc le pidieron a los emisarios de los países de Francia, España y Suiza que hicieran el acompañamiento para el procedimiento de entrega. En una carta firmada por Raúl Reyes, vocero de la organización, los subversivos le pidieron a los delegados Noel Sáez y Jean Pierre Gontard; a Álvaro Leyva y Bárbara Hintermann (delegada de del Cicr), su intermediación para “entregar a la mayor brevedad los despojos mortales de los once diputados de la Asamblea del Valle a sus familiares”.

Aunque es obvio que estos procedimientos toman su tiempo y deben hacerse en absoluta reserva, no sería justo que la devolución de los diputados se demore más tiempo del necesario. Sin embargo, casos como las del mayor Julián Ernesto Guevara, secuestrado por las Farc en la toma de Mitú en 1998, no dan muchas esperanzas. Su madre, Emperatriz, lleva año y medio esperando a que le devuelvan el cadáver de su hijo, quien falleció por una extraña enfermedad, según un comunicado de la guerrilla.

La demora en la entrega de los cadáveres también complicaría su identificación y establecer las verdaderas razones por las que murieron los funcionarios. Hace unos días, cuando se conoció la nefasta noticia, se habló de un intento de rescate fallido por parte de las Fuerzas Militares, pero el presidente Uribe negó esa versión e incluso invitó a observadores internacionales para que estuvieran presentes en las prácticas forenses que se le harían a los cuerpos.

“Seguramente si hubo proyectiles que comprometieron los huesos se podrá comprobar, aunque pasen muchos años. Pero si hubo enfermedades o golpes que sólo afectaron tejidos blandos (la piel, los músculos o el corazón), será imposible identificar si pasan meses”, asegura César Sanabria, coordinador de la unidad de Antropología Forense de Medicina Legal.

Este miércoles Cali se vestirá nuevamente de blanco. Una vez más le exigirá a las Farc que devuelvan a los diputados y a todos los secuestrados con vida. Desde que se supo la noticia, han llovido críticas de todos los sectores al presidente Álvaro Uribe por su decisión de no despejar Florida y Pradera (en el Valle) para hablar de un acuerdo humanitario. “Es inaceptable que el Presidente nos haya dicho que esta es una cuota de sacrificio para una paz futura”, sostuvo Patricia Nieto, esposa del único sobreviviente de los diputados, Sigifredo López. En últimas, la exigencia debe ser hacia las Farc, que secuestraron, torturaron y mataron.

Respuesta de Reyes

En una entrevista publicada este miércoles por la agencia de noticias Anncol (cercana a las Farc), el vocero de esa guerrilla, ‘Raúl Reyes’, rechazó a la OEA para que recibiera los cadáveres y determinara las causas por las que murieron los diputados. Según Reyes, la OEA carece de credibilidad al acompañar un proceso como el de las AUC.

También insistió en que la voluntad de las Farc es entregar los restos mortales cuanto antes y “explicar las trágicas consecuencias de la obstinada política de Uribe de rescatar por la fuerza a los prisioneros.