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Un paso hacia el sueño americano

En un nuevo intento por conseguirle a los colombianos indocumentados la residencia en Estados Unidos un congresista de Florida presentó un proyecto de ley que reabrirá el debate. Detrás de ello han estado también los presidentes Pastrana y Uribe, y hasta el momento el país norteamericano se ha hecho el de la vista gorda.

27 de julio de 2003

Una buena noticia recibieron esta semana los colombianos que se encuentran indocumentados en Estados Unidos. Se trata del proyecto presentado por el congresista Lincoln Díaz-Balart que propone darles el estatus de residentes legales a todos los colombianos y peruanos que hayan llegado al país antes del 31 de diciembre de 1999. Pero no será tarea fácil, pues eso mismo han intentado infructuosamente dos gobiernos colombianos y dos congresistas estadounidenses. Díaz-Balart en su proyecto, conocido como el Acto de Ajuste Andino (Triple A), propone que los colombianos y peruanos que salieron de sus países huyendo de la situación económica y del conflicto armado y llegaron a Estados Unidos antes del 31 de diciembre de 1999, puedan obtener la residencia, y así acceder a empleos para los que estén calificados y todos los demás beneficios que les han sido negados por su situación de ilegales, entre ellos sistemas de salud y seguros de vida. "Los colombianos y peruanos en Estados Unidos comparten la misma suerte, el haber tenido que dejar sus países debido a la violencia. Han tenido que pagar impuestos y han vivido como miembros responsables de muestra comunidad por varios años. Por ello merecen nuestra ayuda", explicó Díaz-Balart. Aunque no es la primera vez que se presenta una iniciativa de este tipo. De hecho, el congresista de origen cubano ya había presentado el proyecto en 2001. En ese entonces fue rechazado por el Congreso estadounidense, por ello lo sometió a algunos cambios y espera que en esta oportunidad sí sea aceptado. Así mismo, el también congresista estadounidense Luis Gutiérrez presentó otro proyecto, que busca otorgarle la residencia permanente a todos los inmigrantes ilegales, entre ellos los colombianos, que llevan más de cinco años viviendo en Estados Unidos. Paralelamente, tanto la Cancillería, como la Presidencia en Colombia han gestionado la aprobación del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), una figura contemplada por la legislación de Estados Unidos para ofrecerles asilo a los inmigrantes que huyen de sus países por desastres naturales o conflictos armados. De éste se han beneficiado países como Nicaragua y El Salvador. Pero hasta el momento ha sido inalcanzable para Colombia. Incluso, en mayo de este año, el presidente Alvaro Uribe Vélez le solicitó nuevamente a George W. Bush que les concediera el beneficio a los nacionales. "Por favor, tome los pasos necesarios para permitir a estos colombianos permanecer en Estados Unidos hasta el momento en que puedan regresar a una Colombia en paz", pedía Uribe en una carta enviada. Así mismo, fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores sostienen que durante este año, la canciller Carolina Barco ha gestionado la aprobación de la figura en varios niveles del gobierno estadounidense y nunca ha obtenido respuesta al respecto. El ex presidente Andrés Pastrana también le solicitó a Estados Unidos el TPS, en ese entonces se entrevistó varias veces con el ex primer mandatario Bill Clinton con el fin de obtenerlo y tampoco lo logró. El ex canciller Guillermo Fernández de Soto corrió con la misma suerte. La negativa recurrente causa sorpresa, pues según lo establece el decreto creador el estatuto, "(el TPS) está facultado para concederles a ciudadanos de países que han sufrido catástrofes naturales o guerras internas, el derecho de permanecer y trabajar de manera temporal en los Estados Unidos". Colombia entra en esa clasificación y la no aceptación podría ir en contravía de la política de ayuda de Estados Unidos, según lo han manifestado funcionarios de la embajada de Colombia en Estados Unidos, que a pesar de ello, siguen trabajando en la aprobación de la medida. Frente a la incertidumbre del TPS, Díaz-Balart presentó el Triple A como una solución mejor que el estatuto y por la que, según él, vale la pena esperar a que sea aprobada. Con éste se beneficiarían todos los colombianos que viven hace más de cuatro años en Estados Unidos (alrededor de 150.000), quienes podrían quedarse de manera permanente en ese país. Mientras que con el TPS, tendrían que pasar por una clasificación, y si alguno de los que aplique no es aceptado, corre el riesgo de ser deportado. En últimas, ambas medidas van dirigidas al mismo fin y con cualquiera se podrían beneficiar todos aquellos que salieron de Colombia en busca de un mejor futuro y que ahora están en condiciones que no siempre han cumplido sus expectativas. Entre tanto, el gobierno recomienda que no se creen falsas expectativas frente a una pronta solución, pues los hechos demuestran que el camino que debe recorrer la aprobación de alguno de estos proyectos es bastante largo y no tiene final feliz garantizado.