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“Una mafia de jueces y abogados ha gobernado a Barranquilla”: directora Apoyo Fiscal

El alcalde Alejandro Char encontró que la ciudad estaba mucho más endeudada de lo que se creía y pidió permiso al Concejo para ampliar el Acuerdo de Pasivos que tenía con Minhacienda. La directora de Apoyo Fiscal de Minhacienda, Ana Lucía Villa, dijo que en seis meses el gobierno distrital ha hecho lo que no hizo en seis años

Tadeo Martínez, corresponsal de Semana en Barranquilla
16 de julio de 2008

Ayer el Concejo de Barranquilla reconoció que en los últimos siete años la ciudad incumplió el acuerdo de reestructuración de pasivos que había hecho con el Ministerio de Hacienda y le hizo, de manera tácita, un juicio a las administraciones de Humberto Caiaffa y Guillermo Hoenigsberg, quienes ejercieron como alcaldes en los dos últimos periodos.

En la sesión del Concejo de este martes 15 de julio se discutió un proyecto para darle al alcalde Alejandro Char facultades para modificar el Acuerdo de Restructuración de Pasivos firmado entre el Distrito de Barranquilla y el Ministerio de Hacienda en noviembre de 2002. El burgomaestre necesita la autorización para incorporar al acuerdo de pasivos de la ciudad otros 200 mil millones de pesos, pues luego de sincerar los balances encontró que la deuda del gobierno local con los acreedores era mucho mayor de la que venían presentando los alcaldes anteriores.

Expertos en finanzas ya habían venido advirtiendo que los funcionarios distritales pretendían estar cumpliendo con el Acuerdo con base en presupuestos maquillados. En efecto, al hacer la depuración de las cuentas, la Secretaría de Hacienda encontró que el pasivo real de la ciudad se había incrementado casi al doble lo que contemplaba el Acuerdo, y ahora sobrepasa los 400 mil millones de pesos.

Al debate fue invitada la directora de Apoyo Fiscal del Ministerio de Hacienda, Ana Lucía Villa, quien fue recibida con elogios, pues gracias a su firmeza, muchas entidades territoriales han rectificado el manejo de sus ingresos y gastos.

La sesión del Concejo fue álgida. Sorprendió escuchar al contralor Jorge Iglesias, y a la personera distrital, Lourdes Insignares, decir que esos dos organismos de control eran insostenibles financieramente, pues año tras año arrojaban déficits. Iglesias dijo que estaba de acuerdo con la funcionaria de Hacienda, cuando decía que en la Contraloría sólo deberían quedar los cargos del contralor y la secretaria.

Villa les dijo a los concejales que se requieren las facultades para modificar el acuerdo, pues durante estos años el Distrito lo ha incumplido y a pesar de eso el Gobierno Nacional ha insistido en preservarlo. Según la funcionaria, y en esto coincidieron varios concejales, la administración anterior generó nuevas acreencias. Villa explicó que lo que hicieron fue bajar al Distrito de categoría y por esa vía lograron aumentar el porcentaje de gastos sobre los ingresos de libre destinación.

Concejales como Alfredo Varela, uno de los ponentes, se preguntaba cómo, si el Distrito había aumentado los recursos propios de sesenta y 79 millones en 2000 a 234 mil en 2007, había incumplido el acuerdo con todos los acreedores. Dijo que por eso consideraba que lo mejor era elaborar un nuevo acuerdo.

Villa respondió que eso no era posible, y que la alternativa viable es modificar el acuerdo existente y eso por lo menos brindaba inmunidad judicial. Precisamente la funcionaria del ministerio de Hacienda dijo que en Barranquilla “una mafia de jueces y abogados se habían convertido en ordenadores del gasto”. Los concejales estuvieron de acuerdo con su apreciación, pero la personera Insignares puso el dedo en la llaga cuando dijo que los responsables no eran sólo los abogados y los jueces, eran los funcionarios públicos que despedían a empleados de manera injustificada o ilegal. Incluso, dijo que en no pocas ocasiones han actuado con dolo.

Pero así como llamó la atención por el desorden que hubo en el gobierno anterior, pues nunca se supo con exactitud el monto de la deuda, ni a quién se le pagaba y a quién se le debía, la funcionaria elogió la labor de la actual Secretaria de Hacienda Distrital, Elsa Noguera, de quien, dijo que “en seis meses hizo lo que no se había hecho en seis años”.

Villa propuso modificar la composición del Comité de Vigilancia del acuerdo, invitando a los organismos de control, pues en los años anteriores funcionaba como un “comité de aplausos entre banqueros, que certificaban que se estaba cumpliendo y ahora vemos que todo era falso. En estos meses ha habido una depuración impresionante. Es la oportunidad para que Barranquilla recupere el buen nombre”. Dijo además que el Concejo Distrital anterior había sido complaciente y laxo con la administración que terminó el pasado 31 de diciembre.

Dos de los concejales actuales que hicieron parte de la administración Hoenigsberg, Roberto Rossanía y Elvis Beleño, intervinieron para solicitar a la administración información que les demuestre que las facultades que estén solicitando están justificadas y si los hechos resultan ser ciertos votarían para conceder las facultades.

Un concejal pidió a la Secretaria de Hacienda poner candado y botar la llave para que no aparezcan nuevas acreencias.

Se viene una época de “vacas flacas” para un Concejo acostumbrado a cogobernar y gastar a manos llenas. Llegaron los años de austeridad. La pregunta ahora es si esta nueva etapa de estrechez fiscal resquebrajará la coalición mayoritaria con la que cuenta hoy el Alcalde en el Concejo o si los concejales estarán dispuestos a aprender a vivir con nuevas reglas de juego.