BRASIL 2014

El Comprimido

El 12 de junio, primer día de Copa Mundo, dejó varios matices por comentar, Eduardo Arias los pone de presente en la entrada inicial de este blog.

Semana
13 de junio de 2014

Ya es habitual
No es la primera vez ni será la última vez que a Brasil un árbitro lo ayude, y más tratándose de su debut en una copa del Mundo. En España 82 Brasil debutó ante la URSS. Cuando promediaba el segundo tiempo, los soviéticos ganaban 1 a 0 y el zaguero Luisinho cortó un contragolpe con una clarísima mano dentro de su área en las narices de árbitro español Augusto Lamo Castillo, quien no sancionó el clarísimo penal. Al final, dos goles de Sócrates y Eder le dieron la victoria a Brasil. 


Cuatro años después, en México, Brasil debutó ante España. El juez australiano Chris Bambridge no validó un remate de Michel que traspasó claramente la línea de gol de Brasil y, para colmo, validó un gol en clarísimo fuera de juego de Sócrates, con el cual España ganó 1 a 0.

En 2002, ante Turquía, el juego estaba empatado a un gol. Rivaldo simuló una falta y el juez coreano Young Joo Kim no sólo pitó el penal inexistente sino que expulsó a Alpay Ozalan, el supuesto infractor. Rivaldo se encargó de anotar el gol del triunfo.
Así que lo visto hoy en Sao Paulo, el circo que denuncia con razón el técnico croata Niko Kovac, no es una novedad en la historia de los mundiales.

La estrella oculta
El mundo estaba pendiente de Neymar, quien no decepcionó. Para nada. Por el contrario, anotó un gol de antología y jugó un gran partido. Pero la estrella oculta de Brasil fue Oscar dos Santos Emboaba, jugador de apenas 22 años que milita en el Chelsea, de Londres. Oscar fue determinante para darle fluidez y peligro al ataque de Brasil y cerró su actuación con broche de oro al anotar un gol antológico que selló, ya en tiempo de descuento, el 3 a 1 definitivo. Óscar, un nombre que debe anotarse en la lista de posibles figuras emergentes de Brasil 2014.

Dignidad.
Debutar ante el equipo de casa, y más si este es Brasil, no es tarea fácil para ningún equipo del mundo. Sin embargo, la selección de Croacia decidió jugarle de igual a igual al superfavorito y estuvo a punto de dañarles la fiesta a los anfitriones. Cuando se puso en ventaja merced al desafortunado autogol de Marcelo mantuvo la presión y siguió atacando. Supo asimilar el impacto del golazo del empate brasileño. Ya en el segundo tiempo, los croatas no se desanimaron cuando el árbitro japonés Nishimura comenzó a inclinar el partido a favor de los brasileños a punta de pito, y luego con el insólito penal que le regaló a Brasil. Por el contrario, los croatas mantuvieron en alto su espíritu de lucha y crearon varias opciones para empatar. Croacia no mereció perder. El 3 a 1 es un resultado mentiroso, que no alcanza para ocultar las limitaciones que mostró Brasil, sobre todo en defensa.