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10 razones contra el Paro Nacional

Entorno internacional, acuerdo con las Farc y populismo, indican que el próximo 21 de noviembre habrá vandalismo y violencia. Debe haber diálogo constructivo previo.

Juan Manuel Charry Urueña, Juan Manuel Charry Urueña
13 de noviembre de 2019

El próximo 21 de noviembre está convocando un “paro nacional”, por parte de la Cut, Fecode, Acrees (representantes estudiantiles), al cual, al parecer, se suman servidores judiciales y las comunidades indígenas, para protestar por las reformas laboral, pensional, políticas gubernamentales y la regulación de la protesta social. 

1.- Carece de objeto. El Gobierno ha sido claro que no se ha presentado ninguna reforma laboral ni pensional. Que no habrá supresión de Colpensiones. Que se respeta la protesta. Que se ha cumplido acuerdo con los estudiantes, $44,1 billones se destinarán para el 2020. Que no hay plan de privatizaciones.

2.- Situación de Colombia es diferente. Las protestas en Bolivia, Chile y Ecuador son sustancialmente diferentes a la situación colombiana. Según la OEA, hubo irregularidades en la elección de Evo Morales. Chile se ha desacelerado en su crecimiento económico, afectando las expectativas de la población. Y Ecuador tiene una elevada deuda externa que obligaba suprimir los subsidios a los combustibles. En cambio, Colombia mantiene un crecimiento económico muy superior al promedio de la región, las elecciones han sido legítimas y transparentes, y sus datos macroeconómicos son relativamente buenos. 

3.- Costoso. Según ANIF, las manifestaciones y los paros, desde el año 2012, le han costado a los colombianos más de $9 billones de pesos. Tan sólo el año pasado Transmilenio gastó $1.500 millones en reparaciones a sus estaciones.

4.- Riesgo para la vida e integridad. El vandalismo en algunas de las marchas, no sólo ha ocasionado pérdidas millonarias, sino que ha puesto en riesgo la vida, integridad y seguridad de muchas personas, y ha afectado innumerables derechos fundamentales de quienes no participamos de las manifestaciones.

5.- Inconstitucional. La Corte Constitucional en sentencia T-413 de 2005 estableció con total claridad que los denominados paros nacionales no están protegidos ni por la Constitución ni por la ley, pues se trata de actos de fuerzas, de medidas de hecho que no cumplen con la finalidad de una huelga y que están proscritos por el ordenamiento jurídico.

6.- Manifestación diferente a protesta. Los derechos de reunión, manifestación y locomoción, cuyo ejercicio debe ser pacífico, no se debe confundir con el traslado del conflicto social del campo a las ciudades, como se pretendió en el Acuerdo con las Farc al refrirse a la protesta social y a la subsistencia del conflicto.

7.- No al socialismo por el caos. No se debe permitir que el desorden, la destrucción, el caos y el atropello sean la estrategía de la fallida ideología socialista, que algunos pretenden establecer en Colombia, con el apoyo de aliados extranjeros.

8.- No a minorias de hecho. No se debe permitir que minorías inconformes, mediante actos de fuerza y medidas de hecho, desconozcan decisiones adoptadas democrática y legítimamente.

9.- Diálogo previo. No se debe convocar a manifestaciones sin que se haya intentando el diálogo y la concertación, de manera transparente y pública.

10.- Derechos ilegítimos. En un Estado Social de Derecho, no es válido reclamar derechos a costa de la vulneración de los derechos de otros.

En fin, el entorno internacional, el acuerdo con las Farc y el populismo que acude a falacias y medias verdades, indican que el próximo 21 de noviembre será una fecha de actos de vandalismo y violencia, que podrían evitarse si los sindicatos y la oposición acudieran a la sensatez y al diálogo constructivo previo.