¡Acuerdo de paz debería revisarse!

La comunidad nacional e internacional, no sale de su asombro e indignación, al escuchar los testimonios de los exsecuestrados, que fueron sometidos durante su cautiverio a los más indignantes tratos.  

Con razón, el País se horrorizó, al ver cómo el gobierno Santos, - con el ánimo de conseguir el premio nobel de paz-, se excedió durante la negociación, otorgándoles una serie de gabelas con clara violación a las más elementales normas del Derecho Internacional Humanitario y de la constitución del 91.   

Los magistrados de la JEP deben llegar a la conclusión, que se trata de un grupo de vulgares matones y criminales, que de revolucionarios no tienen ni siquiera la sombra de su propia conciencia, a partir de esta apreciación deben tomar decisiones en derecho.

Queda demostrado que estás bestias humanas, sometieron al pueblo colombiano, con sañas de terror y miedo, para adueñarse del negocio del narcotráfico, donde aún hay mucha tela de donde cortar y sorpresas por descubrir, puesto que actuaron con complicidad de altos funcionarios que regularon en su época nuestro Estado de Derecho.  

Causa verdadera vergüenza, qué en el máximo recinto legislativo, se encuentre la sombra negra de las farc representándolos y legislando para los colombianos, quienes sufrieron todas sus fechorías; están dictando leyes en nombre de nuestra democracia y por autoridad de la Ley. ¡Qué horror!

Son varias las razones para que muchos colombianos estemos descontentos con el acuerdo de paz, firmado entre el gobierno Santos y la guerrilla de las farc:

1º- No han hecho entrega de todos los secuestrados, especialmente de niños qué según testimonios, fueron asesinados y sus cadáveres se encuentran en la selva; no ha habido poder humano para hacerles entender que señalen el sitio donde se encuentran, para que sus familiares los rescaten y les den cristiana sepultura.

2º- Los bienes de las farc: producto de secuestros, extorsiones, chantajes, pescas milagrosas, asaltos, desplazamientos, entre otros, suman impresionantes fortunas, que indudablemente deben ser destinadas para resarcir a las víctimas; sin embargo, las tienen encaletadas en el exterior o a nombre de testaferros.

3º- Los asesinatos y violaciones de humildes mujeres campesinas, es otro capítulo desgarrador, que apenas empieza a divulgarse, pero qué con las confesiones de los exsecuestrados, muchos de estos crímenes lograrán esclarecerse.

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