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El espejismo del 'Sí' en las encuestas

Si no cambia el clima de opinión sobre los principales elementos del acuerdo con las FARC, será difícil su aprobación en el plebiscito.

Alfonso Cuéllar, Alfonso Cuéllar
19 de agosto de 2016

Las quejas de Donald Trump son diarias. No entiende cómo no va ganando las encuestas, si cada vez son más multitudinarias sus manifestaciones. Está convencido que debe haber algún un error en la metodología. Ha insinuado incluso que sus seguidores no profesan sus verdaderas opiniones; que son una mayoría silenciosa que lo catapultará a la victoria.

Trump no es el primer político en confundir el tamaño de una concentración partidista con su viabilidad electoral. Es ver el árbol y no el bosque. Es el síndrome de estar rodeado de acólitos; de la conversación del yo con yo. Tiende a presentarse en los días finales de una contienda, cuando las cifras no mejoran, y es necesario mantener la fe. Es el momento en la cual pululan frases de cajón como “la verdadera encuesta es en las urnas”. Al demócrata Michael Dukakis en 1988 le pasó lo mismo; sus mayores manifestaciones fueron en vísperas del voto. Igual le ocurrió al republicano Mitt Romney en 2012, con el agravante de que sí estaba convencido que las encuestas mentían.

Esa fue la reacción de muchos simpatizantes del ‘Sí‘ al plebiscito, al conocerse el sondeo de Ipsos-Napoleón Franco, y que fue portada de SEMANA el pasado 7 de agosto. Allí se anunciaba que 50 por ciento de los colombianos estaría pensando en optar por el ‘No‘. Los defensores de lo negociado en La Habana sólo se recuperaron del choque anímico cuando el columnista Daniel Coronell cuestionó la metodología de Ipsos. Y esa calma se ha convertido en euforia con los resultados del Centro Nacional de Consultoría e Invamer-Gallup que pronostican una victoria abultada cuando se realice el plebiscito.

Lo curioso es que hay muchas coincidencias entre los estudios de Ipsos y Gallup. En varias preguntas sobre temas específicos los resultados son similares. El apoyo a la gestión del presidente Juan Manuel Santos oscila entre 25-30 por ciento en ambas (por el margen de error es prácticamente lo mismo). Igual ocurre con la poca confianza en el diálogo para llegar pronto a un acuerdo firmado con las FARC. Apenas el 35 por ciento es optimista, tanto en la encuesta de Ipsos como la de Gallup.

También llama la atención que en ambas, más de 75 por ciento de los colombianos se oponen a que la guerrilla participe en política. La de Gallup es incluso más pesimista: sólo 20 por ciento de los encuestados cree que la guerrilla reparará a sus víctimas y apenas el 16 por ciento que las FARC ayudará a combatir el narcotráfico. Y tampoco parece haber mucha esperanza en que nos estemos acercando al fin del conflicto. Únicamente, 22 por ciento vislumbra un país sin violencia de tipo ideológico.

Y estos son los resultados de la encuesta que anticipa la aprobación del acuerdo por un amplio margen (67 a 32).

No hay antecedentes recientes en Colombia de un plebiscito como el que se realizará. Es un mundo totalmente nuevo. El único certamen parecido fue el referendo de Uribe de 2003, donde la disyuntiva era el voto afirmativo o la abstención. Ganó la segunda.

Esta ausencia de precedentes incrementa los márgenes de error porque no hay cifras históricas para comparar y evaluar el comportamiento del electorado.

Nate Silver, el gurú de las estadísticas de fivethirtyeight.com, siempre saca a relucir la importancia de lo que denomina “fundamentals”. Estos son elementos que ayudan predecir tendencias y que fijan linderos. Son especialmente relevantes cuando no hay un patrón establecido.

Y los “fundamentals” (desaprobación del gobierno de Santos, pesimismo por el futuro, desconfianza en las FARC, rechazo a la participación política de la guerrilla, exigencia que los comandantes paguen cárcel) no son positivos -por ahora- para los promotores del Sí. Es la cruda realidad.

* En Twitter Fonzi65

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