¿Divorcio a la vista?

En menos de dos años, la alianza entre Sergio Fajardo y el Partido Verde se volvió una opción de poder en Colombia. En las pasadas elecciones presidenciales, la llave con Claudia López se impuso en plazas importantes como Bogotá, Cali, Tunja, Manizales y Pereira; en los corrillos políticos se escuchaba con frecuencia que si la campaña hubiera durado unas semanas más, el Profesor serÍa hoy Presidente. Esa coalición, que incluyó al Polo Democrático bajo la sombrilla de la Coalición Colombia, está pasando aceite por cuenta de una serie de movidas políticas, con miras a las elecciones locales de octubre.

Todo empezó en Cali, una de las capitales donde ganó la dupla Fajardo-López. Compromiso Ciudadano, el movimiento del exalcalde y exgobernador, decidió apoyar a Alejandro Éder, dejando ‘colgado de la brocha‘ al exsenador Jorge Iván Ospina, quien era el ungido por los verdes y uno de los candidatos con más opciones de suceder a Maurice Armitage. Ese hecho político dejó secuelas. Días después del anuncio, Ospina dijo estar arrepentido de haber votado por Fajardo en la elección presidencial y un sector de ese partido cuestionó que no hubiera reciprocidad en la relación. El efecto de ese apoyo se sintió incluso en la casa de Fajardo: el departamento de Antioquia.

El 31 de julio, el senador Iván Marulanda -alfil de Fajardo en el Congreso- renunció al Comité Ejecutivo Nacional de la Alianza Verde por cuenta de la decisión de ese partido de avalar a Aníbal Gaviria, quien cuenta con buena parte del apoyo de la clase política en Antioquia, dejando sin ese apoyo a Mauricio Pérez, la ficha del fajardismo para esa gobernación. Además de calificar la candidatura de Gaviria como "nefasta" y de advertir que ese aval contraría los principios del Verde y de Compromiso Ciudadano, Marulanda dejó leer entre líneas que a su movimiento le estaban cobrando el hecho de haberse apartado de la candidatura de Ospina en Cali, dejándolo sin representación en su escenario natural.

El desplante de la Alianza Verde a Fajardo en Antioquia no es un tema menor; quitarle la posibilidad de avalar a un candidato a la gobernación de ese departamento implica sacarlo de la contienda en una plaza fundamental para las elecciones presidenciales de 2022 y donde su movimiento lleva adelantando un trabajo político intenso de casi dos décadas.

Las elecciones locales son el prólogo de la campaña presidencial y la tensión entre Fajardo y los verdes puede terminar rompiendo una alianza política que ha dado buenos resultados y que desde ya se perfila como opción de poder en 2022. Quedan dos elecciones antes de la primera vuelta presidencial y la reciprocidad entre el Profesor y los verdes es fundamental para que no se disuelva esa unión que tanto costó construir.
Pildorita: Ojalá los representantes a la Cámara no acojan la propuesta del representante Alejandro Carlos Chacón de eliminar el artículo que obliga a los congresistas a declarar las actividades de sus familiares, en uno de los proyectos anticorrupción. Cualquier medida, por pequeña que sea, en la lucha contra la corrupción es bienvenida.