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Política dinámica: sin rencores y sin coherencia

Tremenda contradicción: por un lado, el presidente Iván Duque anunció que su llegada al poder significaba que una nueva generación de colombianos asumía las riendas del país. Pero, por el otro, pocos días después los expresidentes Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y César Gaviria se reunieron para definir quién será el nuevo contralor general de la república y pactar las bases de una nueva coalición de gobierno.

Carlos Fernando Galán, Carlos Fernando Galán
16 de agosto de 2018

Es antidemocrático que los mismos que han gobernado los últimos 30 años sigan definiendo los destinos de nuestro país. No podemos seguir condenados a que quien llega al poder se aferre a él de manera vitalicia como si se tratara de una especie de monarquía presidencial. Ellos ganaron, sí, y ya gobernaron. Ya tuvieron su oportunidad. Dejen que las nuevas generaciones asuman de verdad el mando. En eso consiste una auténtica democracia. 

Pero la imagen de los expresidentes no solo genera sorpresa por el hecho de que quienes ya gobernaron sigan mandando. Va más allá. Es la demostración de una falta total de coherencia en la política. Es normal y sano que haya discrepancias. La política, al fin y al cabo, tiene que ver con lograr acuerdos en medio de las diferencias, para avanzar en objetivos comunes de la sociedad. Pero cuando las diferencias no son únicamente con respecto a una política pública o una decisión de gobierno, sino que consisten en acusar al otro de vínculos con grupos ilegales que le han causado inmenso dolor al país, nadie entiende ese nivel de pragmatismo y de dinamismo político. 

El caso de Pastrana ya lo habían señalado muchos en la campaña, pero vale la pena recordarlo. Pastrana, al criticar a su partido, dijo en marzo de 2011 que Uribe podía quedarse con el Partido Conservador, que no era sino un partido de corruptos, e insinuó que la unión Uribe–Conservatismo era la de aquello que él combatía: “El paramilitarismo, el narcotráfico, la zona de distensión de Ralito que se habló con los narcotraficantes” (aquí encontrará el video completo). 

Inclusive después de iniciar los acercamientos con Uribe, Pastrana se ratificaba en que creía que Uribe era corrupto y había tenido vínculos con los paramilitares. Así se lo dijo al periodista Jorge Ramos de Univision en 2014 (Aquí encontrará el video completo: el tema empieza en el minuto 9). Si eso piensa Pastrana de Uribe, ¿cómo puede aliarse con él? 

El cambio de Gaviria es más reciente. Las diferencias de Gaviria con Uribe venían desde que este último estaba en la Casa de Nariño y el primero era jefe de la oposición. Los gritos de “mentiroso, mentiroso, mentiroso” en la campaña de 2014 no son nada frente a lo que ya había dicho Gaviria sobre Uribe. Nuevamente, las diferencias no eran simples discrepancias políticas, eran acusaciones delictivas. Cuando Uribe denunció la alianza de organismos del Estado con los ´Pepes´ para perseguir a Pablo Escobar durante el gobierno de Gaviria, este le contestó: “En la Casa de Nariño lloran la muerte de Escobar”. (Aquí la entrevista completa). 

Pero luego, en 2009, Gaviria fue más allá y dijo que bajo Uribe, el DAS se había convertido “en una máquina de delincuencia al servicio de la Casa de Nariño”. Y para que no quedaran dudas, Gaviria insistió: “Uribe montó un aparato político de delincuencia”. (Aquí el video completo).

 Ahora estos tres expresidentes, desprovistos de rencores, pero también de coherencia, lideran la coalición que quiere representar, según el presidente Duque, la llegada de una nueva generación al poder. Sobran más comentarios.

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