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El diablo, La W y el Gobierno de Santos

Sobre el camionero Pedro Aguilar, la indagatoria que le hicieron en la W y las acciones que toma Santos frente a sus solicitudes.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
19 de julio de 2016

Es recurrente. De cuando en cuando necesitamos un diablo para enfrentar un problema. Se nos convence de que fulminado al diablo el problema se resuelve. Así fue con Pablo Escobar y muchos otros. Incluso se ha insinuado que la desaparición de las FARC garantiza la solución de los males que han asolado a Colombia.

El diablo de hoy es, Pedro Aguilar, vocero principal en el paro camionero. Su nombre, fácilmente asociable al del cantante de rancheras de los 50s, Antonio Aguilar, y su figura en los medios, su voz en las entrevistas, traen la imagen de país viejo, país que al igual que el mundo del transporte que conocemos tiende a desaparecer sino se reforma, si no logra insertarse en el siglo XXI.

Sin embargo, ha sido difícil entender por qué el gobierno, amplificado por los medios, ha optado por criminalizar el tema.

El diálogo de la emisora La W con Pedro Aguilar parecía más una indagatoria judicial, que unos periodistas buscando establecer la posición de los camioneros.

Fastidia el tono de quienes “entrevistan” porque juzgan, califican, descalifican dejando al oyente la sensación de que el tipo es malo, remalo, corrupto, poco fiable porque tiene 14 o 50 o 60 camiones.

Además, su familia también tiene camiones. Imaginen el horror, toda la familia dedicada a tener camiones. Peligrosísimo.

¿Cuántos tendrá Coltanques? ¿Cuántos tendrá Servientrega? etc., etc.

La Fiscalía le inició investigación, se llevó las carpetas de sus vehículos y seguramente le están oyendo sus conversaciones, las de sus conocidos y de sus familiares. Pronto los medios nos traerán nuevas, nos enteraremos que tiene hijos fuera de matrimonio, que tuvo veleidades comunistas siendo joven, que le gusta el chicharrón con arepa, o que transportó armas a algún actor armado no estatal.

Cuanta posibilidad aparezca es buena, el propósito es descalificarlo, demonizarlo, quitarle toda legitimidad hasta que valga cero. Para ello, nada mejor que los medios y el abuso de poder.

Hay que eliminarlo por W.

Desde luego que el paro esta afectándonos a todos, y que los de transporte han sido usados hasta para tumbar gobiernos como a Salvador Allende en Chile para citar un ejemplo del siglo XX.

Pero hay que asumir el paro como dijo el Gobernador de Boyacá Carlos Amaya desde su lecho de herido la semana anterior: “las movilizaciones deben ser ordenadas sin que haya espacio para estas trampas asesinas donde estoy seguro que los líderes del paro no tienen nada que ver” y finaliza clamando: “que se atienda urgente esta mesa hasta encontrar los acuerdos necesarios que permitan que el paro cese y garantice soluciones”. Su actitud no es criminalizar la protesta. No. Es invocar el diálogo, es buscar la solución, no criminalizar los líderes. Pero el Gobierno no entiende de esto. De repente, producto del paro descubrió una mafia del transporte.

Seguidamente, la Fiscalía pasó de hablar del zar de la chatarra y los hijos de Uribe, a hacerlo sobre el terrible crimen de la chatarrización de camiones.

Justicia pronta y eficaz.

El sector transporte ha sido informal, bordeando la ilegalidad. Los gobiernos han sido obsequiosos con los paros en ausencia de políticas públicas y es claro que propietarios y conductores tienen razones para preocuparse.

La modernización del sector exige que haya competencia con mejores vehículos, formalización del empleo en todos los niveles. Se eleven los estándares de calidad en el servicio de transporte y en la calidad de los empleados.

Ello es inevitable y muchos conductores y propietarios quedarán al margen en este negocio.

Enfrentar a los transportadores, su liderazgo y los retos que plantea el sector con la criminalización pública es un error tan tonto por parte del gobierno, como el de Pedro Aguilar, quién por haber sido candidato de la U al Congreso, haber conversado con el presidente del partido y haber votado por Santos para Presidente reclama porque no lo apoya en sus demandas.

¡Hombre Pedro, no sea iluso! Tener, 14, 50, 60 o los 300 camiones que dicen en los medios que son de su propiedad no le da ingreso a la élite que puede hacerle reclamos al presidente.

En eso usted es tan igualito a las mayorías que votamos por Santos y sufrimos las consecuencias del paro.

*@alvarojimenezmi - ajimillan@gmail.com