Más preocupante, que a la fecha ningún organismo internacional haya tomado medidas serias y eficaces para conjurarla: OEA, ONU, MERCOSUR.
En cualquier país del mundo, las Fuerzas Armadas deben ser imparciales y no prestarse a juegos sucios, para sostener un régimen asesino y dictatorial como el de Venezuela, que como consecuencia lógica, todos los días está generando más hambre, enfermedades y miseria; razón por la cual la migración a diferentes países, especialmente a Colombia y demás fronterizos, es de tal magnitud, que geográficamente se está quedando deshabitado.
Pero también tenemos que decir que las fuerzas opositoras tienen mucho que ver con semejante debacle, puesto que se han convertido en grupúsculos, muchos de ellos, arrastrados por intereses mezquinos para pescar en río revuelto, esto se percibió en octubre con la elección de alcaldes y gobernadores, donde Maduro aprovechó tal desorganización opositora, para sacar mayores dividendos a su favor.
No se justifica que Venezuela siendo el segundo país más rico del mundo en recursos petroleros, empiece a padecer los rigores de un racionamiento en varios de sus estados, causado por la mala administración del Gobierno chavista, continuada por el dictador Nicolás Maduro.
Nuestros hermanos venezolanos están padeciendo todo tipo de necesidades, y los organismos internacionales: OEA, ONU y Mercosur vergonzosamente están obsoletos, sin ningún medio jurídico - administrativo, para actuar y rescatarlos de la crisis en que se encuentran.
Siempre hemos sostenido, a través de esta columna, que mientras los organismos internacionales no dispongan de medios coercitivos para hacer cumplir sus decisiones, estas no pasarán de ser un saludo a la bandera, y los gobiernos sancionados las seguirán incumpliendo y cometiendo abusos de poder.
Es inconcebible que para el caso de los perniles de cerdo, que prometió Maduro a sus gobernados para celebrar el fin de año, que finalmente no llegaron, le esté echando la culpa al Gobierno de Colombia, puesto que en honor a la verdad, despachar mercancía para Venezuela, en la era chavista o de Nicolás Maduro, es preferible regalarla, Gobierno más tramposo y mala paga que estos imberbes no se registra en ninguna parte del mundo.
Esperamos que 2018 traiga para los hermanos de Venezuela un hálito de esperanza, pero, con la decisión inquebrantable de convocar a unas elecciones verdaderamente democráticas.