Ante el fracaso del acuerdo nacional, deben construirse acuerdos locales

No se logró el acuerdo nacional. Podemos señalar responsables pero lo cierto es que a 200 años seguimos siendo fragmentados, no tenemos relato común y buena parte de la dirigencia, traslada a sus seguidores el odio que siente hacia otros colombianos como si de tomar agua se tratara. 

Los retos que estamos afrontando son enormes es cierto, pero no tienen la dimensión de los retos vividos años atrás. 

Los asesinatos del liderazgo social y comunitario ahora son noticia, su difusión y rechazo obtienen el respaldo de muchos dentro y fuera del país. Juanes se suma al repudio de los asesinatos y a 100 o 150.000 jóvenes reunidos en los 25 años de Rock al Parque, les dice que la matadera debe terminar y que hay que parar esto. 

El papa a través del nuncio nos dice que debemos cuidar los acuerdos de paz, retomar los diálogos con el ELN, y proteger a los líderes sociales. Hay que escucharlo. 

Parece poco y una repetición de la película vivida anteriormente, pero cada vez es más claro que los ciudadanos aborrecemos el viejo estado de cosas que quiere regresar. 

Queremos superar esa persistencia de la violencia en la política y nos tiene agotados la política “cargada de tigre” o de violencia que es lo mismo.

Por ello se hace imperativo, atender el llamado hecho por monseñor Héctor Fabio Henao desde el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia (CNPRC) para fortalecer un acuerdo nacional de convivencia política.

Durante el debate electoral presidencial anterior, los candidatos presidenciales fueron convocados para que suscribieran un “Pacto por la no violencia” cuyos fines explicó monseñor Héctor Fabio Henao de esta manera: Hemos visto que existe en sectores de la población colombiana un clima de tratar de descalificarse unos a otros sin ninguna argumentación, simplemente con recursos o informaciones que no son ciertas o también bajo estigmatizaciones de hechos que no tienen que ver con el presente de los distintos candidatos. Eso ha creado un clima de enfrentamiento, de polarización y de descalificación sin ningún fundamento de algunos sectores políticos. Estamos trabajando fuertemente para que haya un debate serio, consciente, y formado y responsable acerca del impacto de la política en el país.

 Luego de un año, el CNPRC reporta un gran avance al haber construido 400 consejos municipales de paz en igual número de municipios. Esto es una instancia en cada municipio para promover la convivencia política y una construcción democrática de Paz. De ser cierto, es un avance que no debe desaprovecharse. 

Para cualquier observador es previsible que, con ocasión del debate electoral de octubre, los asesinatos del liderazgo social comunitario y político van a crecer. Por ello, es prioridad promover desde ya Acuerdos de Convivencia Política Local en esos 400 municipios y, ojalá en el resto del país para que se afirme una voluntad de contención de los asesinatos y un compromiso por desarrollar el debate político sin estigmatización. 

Los líderes políticos locales, acompañados de los voceros de las fuerzas productivas y sociales en cada una de esas 400 localidades deben suscribirlo de manera pública, difundirlo en la ciudadanía, y podría encargarse a la Defensoría del Pueblo para ser su depositario y verificar su aplicación y cumplimiento.

El Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia es un instrumento para ello. La sociedad está obligada a parar esto, como dijo Juanes a los jóvenes, y pararlo pasa por una expresión pública y abierta de compromiso a promover el respeto por las ideas de aquellos a quienes nos oponemos, y a descartar la violencia como camino de expresión política. 

Deben construirse acuerdos locales de convivencia política y es hora de iniciar esta tarea.

Adenda: La política internacional pasó de ser manejada por una persona eficiente con resultados tangibles como María Ángela Holguín, excanciller, a ser manejada por un demagogo formado, pero demagogo y politiquero al fin de cuentas. Sus resultados son a la vista un elogio al fracaso. 

@alvarojimenezmi

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