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Miguel Felipe Anzola, director general Agencia Nacional del Espectro (ANE)

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Antenas de telefonía móvil: no hay por qué temer

Por Miguel Felipe Anzola, director general Agencia Nacional del Espectro.

22 de junio de 2021

Las antenas son elementos fundamentales para las telecomunicaciones en el mundo, sin embargo, son muchos los mitos que se crean alrededor de estas y acerca de riesgos y supuestos efectos negativos que traen a la salud de la población.

Las estaciones base, conformadas principalmente por equipos de radio y antenas, transmiten y reciben la información de los dispositivos móviles de forma inalámbrica haciendo uso de las ondas de radio.

La radiación electromagnética es un fenómeno natural que ha estado presente desde el nacimiento del universo. La parte del espectro electromagnético que se extiende desde la frecuencia de 3 kHz hasta la frecuencia de 3000 GHz se denomina espectro radioeléctrico. En esta parte del espectro funcionan los servicios de telecomunicaciones: las emisoras de radio, la televisión radiodifundida, los teléfonos móviles, el wifi y las comunicaciones por satélite, entre otras.

Las emisiones que se producen en el espectro radioeléctrico se denominan No Ionizantes porque no tienen la energía suficiente para liberar electrones (ionizar) o modificar la estructura atómica y por ende no alteran la materia. Por el contrario, las emisiones electromagnéticas que se encuentran a frecuencias superiores, es decir, fuera del espectro radioeléctrico, sí contienen la energía suficiente para modificar los átomos mediante la liberación de electrones (ionización), tal es el caso de los rayos X utilizados para diagnósticos médicos, entre otros usos. Este último tipo de emisiones se denominan Radiaciones Ionizantes y es necesario que las personas tomen precauciones cuando estén cerca de fuentes que las produzcan.

-Cada estación base cubre una zona determinada, por lo que, a mayor cantidad de antenas, mayor y mejor cobertura se tendrá-

Para entender por qué son importantes las antenas, es primordial conocer cómo es posible que tengamos el servicio de internet o podamos hacer llamadas a través de teléfonos móviles o celulares. Para esto, las empresas de telefonía móvil han optado por una alternativa: dividir las áreas geográficas en donde prestan sus servicios en ‘células’. Una célula es un área física donde se ubica una estación base para ofrecer cobertura a toda la geografía de esa área. Sin embargo, solamente puede manejar un número determinado de señales de teléfonos móviles, razón por la cual en aquellas zonas en donde se concentre un gran número de usuarios o estos hagan uso intensivo de sus dispositivos móviles se requerirá contar con más estaciones base conformando células con cobertura de áreas geográficas más pequeñas.

Hace ya algún tiempo ha surgido una preocupación progresiva en gran parte de la población acerca de supuestos riesgos para la salud humana que puedan generar las antenas de las estaciones base de las redes de telefonía móvil. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte de su mandato de proteger la salud pública, y en respuesta a las inquietudes, indica que en los últimos 30 años se han publicado aproximadamente 25.000 artículos sobre los efectos biológicos y aplicaciones médicas de las radiaciones no ionizantes. Sostiene que teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de radiofrecuencia procedentes de las estaciones base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud.

Por otra parte, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), en su más reciente informe publicado en 2020, ha indicado que no se espera que la exposición a Campos Electromagnéticos por debajo de los límites recomendados en las directrices internacionales de la Comisión Internacional de Protección de Radiación No Ionizante (ICNIRP) incremente el riesgo de cáncer. Así mismo, indica que los teléfonos móviles contribuyen con el 85 % de las emisiones a las que están expuestas las personas, mientras que la contribución de todas las fuentes de campo lejano, dentro de las que se encuentran las estaciones base de telefonía móvil celular, fue del 6 % incluido el 3 % proveniente de estaciones base y 2 % de teléfonos móviles de otras personas, por tanto, no se presenta un aporte significativo de las estaciones base a los campos electromagnéticos.

-Los teléfonos móviles contribuyen con el 85 % de las emisiones a las que están expuestas las personas-

En el caso de Colombia, es variada la normatividad que rige el tema. Bajo el principio de precaución, el Gobierno nacional adoptó a través del Decreto 195 del 31 de enero de 2005, compilado en el Decreto 1078 de 2015, los límites de exposición de las personas a campos electromagnéticos y los procedimientos para la instalación de estaciones radioeléctricas, teniendo en cuenta lo señalado por ICNIRP y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

Posteriormente, la Ley 1753 de 2015, en su artículo 43, le dio competencias a la Agencia Nacional del Espectro (ANE) para expedir las normas relacionadas con el despliegue de antenas, las cuales contemplan, entre otras, la potencia máxima de las antenas o límites de exposición de las personas a campos electromagnéticos y las condiciones técnicas para cumplir dichos límites.

Asimismo, en 2018 el Gobierno nacional expidió el Decreto 1370 de 2018 que subroga el capítulo 5 del título 2 de la parte 2 del libro 2 del Decreto 1078 de 2015 y faculta a la ANE para adoptar los límites máximos de exposición a campos electromagnéticos, con fundamento en las recomendaciones que sobre la materia establezcan los organismos internacionales.

De acuerdo con lo anterior, es necesario garantizar que las estaciones radioeléctricas sean seguras para la salud de las personas. Para el efecto, la ANE publicó la Resolución 774 del 27 de diciembre de 2018, la cual establece la necesidad de que los Prestadores de Redes y Servicios de Telecomunicaciones realicen estudios denominados Cálculos Simplificados de las estaciones radioeléctricas utilizadas para prestar servicios de telecomunicaciones, incluidos los de telecomunicaciones móviles, para comprobar que cumplen con los límites de campos electromagnéticos establecidos por la actual normativa. Dichos estudios son evaluados por la ANE y, de ser necesario, en los escenarios críticos de telecomunicaciones, los propietarios de la infraestructura deben realizar la medición de los niveles de exposición a campos electromagnéticos.

Adicionalmente, desde la ANE hemos realizado hasta el momento más de 28 millones de mediciones y los resultados muestran que los niveles recibidos, emitidos por las antenas de radiocomunicaciones instaladas en la actualidad en las diferentes zonas geográficas en el país, están por debajo de los límites máximos establecidos, lo cual demuestra la efectividad de la aplicación de la norma. Estas mediciones han sido efectuadas mediante el Sistema de Monitoreo Continuo (SMC) de la ANE, el cual ha sido reconocido como el más completo de Latinoamérica. El sistema cuenta con 66 dispositivos de medición distribuidos en 24 ciudades y municipios del país.

La preocupación de las personas por su salud es legítima y razonable, pero debe fundamentarse en pruebas científicas. El reto es no ir en contra de la evolución de la tecnología, sino lograr su apropiación para el bienestar de todos, algo que no se conseguirá si no se instalan antenas en las ciudades. Para ello es necesario garantizar que la instalación y funcionamiento de estas se realice de forma segura para la salud de las personas. Por lo tanto, evitar la instalación de antenas impide que se mejore la calidad y eficiencia del servicio de comunicaciones móviles que tanto se necesita en Colombia.