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¿Hubo atraco con machete?

La historia de Transmilenio aumenta las diferencias entre Gustavo Petro y los medios de comunicación.

Armando Neira, Armando Neira
29 de abril de 2015

Otro capítulo más del pulso entre Petro y la prensa. Es una de las noticias de este miércoles aunque parece un hecho que hemos repetido una y otra vez en los últimos tres años. El asunto, en este caso, es de una enorme gravedad: se informa que un grupo de diez hombres armados con machetes y cuchillos –como en los tiempos de la Violencia de los años 50– emboscó a indefensos ciudadanos que no tuvieron más remedio que entregar sus pertenencias para salvar sus vidas. El caso adquiere dimensiones más inquietantes si se piensa que habría ocurrido en un bus del sistema de Transmilenio. Sin embargo, en las redes ya se hacen chistes sobre el episodio: “Petro dice que el tal robo a punta de cuchillo no existió”, en referencia a la inolvidable frase del presidente Santos de “el tal paro campesino no existe”.

¿Cómo un caso tan dramático ha alcanzado un nivel tan delirante? La respuesta pasa por las enormes dificultades que tiene Petro con los medios de comunicación, varias veces analizadas, nunca solucionadas. El alcalde habría podido salir con una frase sencilla y decir que se estaba investigando para establecer qué ocurrió y qué pasó con las víctimas.

Sin embargo, él lo tomó como una ofensiva en su contra –impulsada por algunos periodistas– para aumentar las percepciones de inseguridad y decidió aferrarse a una declaración que hacía dudar de la existencia de la noticia. Si bien tiene razón, muchos interpretaron que Petro buscó negar el asalto. “Hasta el momento no existe una sola denuncia ni una queja en la bitácora, que es otro procedimiento de queja ciudadana, ni una sola llamada al 123 que ratifique la versión dada sobre un asalto masivo en la estación de Alcalá”, afirmó el mandatario capitalino.

Petro, además, precisó que existían dos versiones de lo sucedido: una en la estación y otra que en realidad había ocurrido en otro lado: “En la estación hay funcionarios permanentes, ninguno reporta señal que indique que hubieran sucedido los hechos y los conductores de buses tampoco reportan ninguna queja de un solo usuario”.

Ante las críticas de quienes empezaban a alimentar la tesis de que Petro estaba negando el ataque, él aclaró: “No somos nosotros los que decimos que no hay denuncia, es la directora de Fiscalías, que ha puesto un fiscal listo para atender e iniciar la investigación judicial, pero hasta esta hora, no existe una sola denuncia y cuando vamos al 123 cotejando las horas, tampoco existe ninguna llamada”.

Entonces varios medios la enfilaron contra el alcalde: “Petro dice que la inseguridad en Bogotá no existe”. El titular fue usado en una clara tergiversación de lo dicho por Petro, hecho que él salió a denunciar en su cuenta de Twitter. El alcalde insistía en su argumento real, pero también provocador, de que no había denuncias. La Policía, por su parte, ponía a rodar las imágenes con los retratos hablados de los posibles criminales. De esta manera quedaba en evidencia una lamentable desconexión entre la primera autoridad política de la capital y su principal cuerpo encargado de ofrecer seguridad a los ciudadanos.

Al correr este miércoles, las burlas y memes hacia Petro iban en aumento mientras se confirmaba que una mujer acudió a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de La Granja para denunciar que sí hubo un atraco masivo en el sistema Transmilenio el pasado lunes en la noche. De acuerdo con el testimonio de la denunciante, el hecho ocurrió a las 7:40 p. m. Se trata de una hora pico en donde miles de personas regresan a sus hogares. Petro, por su parte, ya estaba en otro cuento: en la defensa ante los medios de su gestión.

Medios que, a propósito, sin mostrar videos del asalto porque en las cámaras de seguridad aún no hallan los registros, realizaban dramatizaciones con la presencia de una joven que dijo haber sido víctima del hecho mientras se publicaban informes de que la inseguridad se desbocó. Para entonces todos habían perdido: Petro, por sus problemas de comunicación; algunos periodistas, por su evidente sesgo, y los ciudadanos, porque habían perdido aún más su confianza en todos los poderes.

*Director de Semana.com
Twitter: @armandoneira

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