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Uber confunde

La plataforma para el servicio de transporte enfrenta hasta a los ministros del gabinete.

Armando Neira, Armando Neira
12 de marzo de 2015

La polémica del día es qué hacer con Uber, la empresa que conecta a los pasajeros con los conductores para movilizarse en carros confortables, limpios y seguros. El caso tiene múltiples aristas. Se trata de una alternativa para transportarse entre nuestras caóticas ciudades, especialmente Bogotá. Pero el servicio tiene confundido hasta al Gobierno Nacional. Por la misma calle, pero uno en contravía, van los ministerios Transporte y de las Tecnologías.

En efecto, la ministra de Transporte Natalia Abello es categórica en las imágenes del video revelado en las últimas horas por Dinero.com, al señalar que “Uber no va a ser legalizado” en Colombia. Y va más allá al anunciar que se impulsará la reposición de carros nuevos en la flota de los ‘amarillos’ porque son quienes cumplen las normas vigentes. Los de Uber no.

La funcionaria tiene razones de peso. Desde su posición, debe enfrentar lo que ella llama la “informalidad”.

Normas en la mano, Abello está cumpliendo la Ley 105 de 1993, la herramienta legal para regular el transporte en el país y en la que escasean los cambios tecnológicos. Se trata de una ley escrita antes de la irrupción de internet o la creación de Google, Twitter, Netflix y Whatsapp por citar varios vocablos que hoy forman parte esencial de la vida cotidiana.

La velocidad de los desarrollos tecnológicos es tan apabullante, que se informa que existen más de 1.000.000 de apps en el mercado. En este contexto surgió en Estados Unidos, en 2009, Uber con la idea de tender un lazo, a través de los móviles, entre usuarios del transporte y conductores. Un pasajero llama, van por él hasta la puerta de su casa, lo llevan a la oficina y puede, si quiere, pagar con dinero plástico. Por su éxito, pronto se extendió por el planeta.

Por eso, el debate está abierto en otras partes del mundo. “La aplicación Uber cierra su servicio en España después de que un juez de lo mercantil ordenó el pasado 9 de diciembre el cese de actividades. Carlos Lloret, responsable en España, ha sido el encargado de comunicar la decisión de la empresa: ‘Queremos respetar la ley y hemos decidido parar el servicio’”, informó el diario El País de España, el pasado 31 de diciembre. “La Audiencia provincial de Fráncfort anuló la resolución provisional de finales de agosto que prohibía en toda Alemania el servicio de Uber. El tribunal celebró una vista oral para estudiar el recurso presentado por Uber y esta vez le dio la razón a la empresa frente a la federación de taxistas que la demandó”, aseguró también a finales del mismo año el diario alemán Bild. “Los taxistas apelarán”, informó el rotativo.

Uber llegó a Colombia y, como ocurre con muchas cosas, alguien un día cree haberla descubierto cuando ya formaba parte del paisaje. La ministra Abello se había comprometido a sacar un decreto para regular los servicios especiales de lujo, lo que le permitiría a Uber entrar a la legalidad. En esas estábamos cuando circuló el video con sus afirmaciones ante los taxistas. Como se sabe, el gremio amarillo pide a gritos que Uber deje de existir en Colombia.

El video –en el que aparecen la ministra y su colega de Trabajo, Lucho Garzón– es sensación en las redes y algunos creen que ha sido la herramienta más eficaz de los taxistas para oponerse a Uber. Como lúcidamente anota el exalto consejero presidencial en Comunicaciones de la Presidencia Juan Felipe Muñoz, “los mismos que prohíben el uso de una tecnología (Uber) usan otra para diseminar su mensaje vía video (YouTube y Smartphone)”.

Sea como sea, los taxistas dieron un efectista golpe cibernético. Ellos insisten en que están formalizados y que la irrupción de Uber es una competencia ilegítima. En este escenario, la posición del ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic), Diego Molano Vega, es compleja. No puede hablar del tema por una directiva de la Casa de Nariño. Por eso, pareciera que él asunto no es con él.

¿Puede el funcionario que jalona el desarrollo de las plataformas tecnológicas oponerse a una que, según muchos ciudadanos, les ha mejorado la vida diaria?

Por eso hasta ahora, él personalmente no se ha pronunciado. El ministro está entre la espada y la pared porque es como si hoy se uniera a un coro de indignados que exige la prohibición, por ejemplo, de despegar.com, que en esencia cumple la misma función de Uber: facilitar la vida moderna.

En medio de este toma y dame, Abello, al menos en Twitter, parece haberse quedado sin respaldo político.

A la pregunta de Francisco Miranda, periodista de SEMANA, sobre qué piensa el senador Carlos Fernando Galán, jefe de Cambio Radical, de la postura de la ministra, de esta colectividad, sobre las plataformas tecnológicas como Uber, la respuesta fue contundente: “@pachomiranda no estoy de acuerdo con la posición de @MinTransporteCo, uso de esas plataformas se debe reglamentar y permitir, en mi opinión”.

En este cruce de opiniones, de rapidísimos avances tecnológicos, lo urgente es desempolvar los códigos y actualizarlos. Y la empresa, por ahora, cumplir la ley. Porque si bien la legislación vigente puede ser vetusta, es la que hay y no se pude pasar por encima de ella.

Uber no sólo confunde al Ejecutivo colombiano, la disyuntiva entre las regulaciones vigentes y los avances meteóricos de la tecnología para solucionar problemas cotidianos de movilidad es una tendencia mundial.

*Director de Semana.com
Twitter: @armandoneira

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