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AUNQUE USTED NO LO CREA

Semana
24 de febrero de 1997

Escarbando en publicaciones poco conocidas, encontré esta joya: una catarata de elogios a Ernesto Samper, de la pluma del conocido periodista Juan Lozano. Sin lugar a dudas el Juan Lozano de hoy no se atrevería a hablar en semejantes términos del Ernesto Samper de hoy. Estos son algunos apartes:"Ernesto Samper: un ánimo fogoso, para el cual la vida vano, grotesco y acongojado peregrinaje_ no tiene sentido sino por el ideal que pueda guiarla y por la emoción que la alimente. Soñó desde la infancia con inmensas empresas, que al ímpetu romántico de su cometido añadieran la alegría de la creación, la apoteosis del esfuerzo y la entrañable presencia del peligro. Se preparó para ellas en la adolescencia fervorosa, manteniendo en salud y en vigor el organismo, nutriendo la inteligencia con las más recientes conquistas de la sabiduría en el campo de la actividad que había elegido, fortaleciendo con continuos ejercicios de dominio sobre sí mismo, la voluntad creadora. Llegado el momento de la acción, a la acción se dio con el total y magnánimo desinteresamiento de un apóstol. (...)"Pero, entre los colombianos, algunos quizás tan hábiles como Samper y todos tan patriotas y fervorosos, este caballero tenía ciertas condiciones de iniciativa, de lucha, de constructividad, que lo hacían un espléndido arquetipo de su pueblo y de su raza. El gesto heroico, el instante dionisíaco del sacrificio, tan caro a la belleza, es en Samper apenas la culminación de un proceso de ignorados heroísmos, la flor y el fruto de una savia heroica. (...)"Lo que hay de apasionante y magnífico en el héroe es la concepción de la vida como misión y como empresa; es la airosa continuidad de la acción sobre un prefijado trazo esquemático; es la resistencia a toda fuerza interna o externa que tienda a desviar o a mellar la fe en el resultado final del propio esfuerzo. Los hombres ordinarios nos proponemos objetivos fáciles, cercanos y egoístas; y si algo noble acometemos bien pronto lo dejamos mustiar en el camino, por pereza mental, por laxitud del entusiasmo, por ignorancia de que, como el amor de que nos hablaba el poeta, el esfuerzo lleva en sí su propia plenitud. Ernesto Samper se propuso hacer algo especial en la vida, algo bello y difícil; y nada lo distrajo de su empeño. (...)"Y es en ese medio donde Ernesto Samper logró crear y consolidar en poco tiempo una de las más bellas, florecientes y civilizadoras empresas de que pueda ufanarse la República. Resolvió embarcarse en la más tremenda y conturbadora aventura que hay en el país, que es el trabajo. Fue un triunfador, y ello nos prueba que, después de todo, el trabajo asegura a algunos un pan para su mesa. Se necesita, desde luego, tener las condiciones de Samper; y acaso, también, como Samper lo hizo, haber comprometido hasta el borde de la ruina el vasto capital de su familia."Pero lo particularmente amable y admirable de Ernesto Samper es la ingenuidad, la curiosidad, la alegría con que soportó las adversidades y contrariedades de su empresa en los comienzos. Alguien le prometía un apoyo y después no lo otorgaba cuando ya el empresario había girado contra ese apoyo; y Samper se divertía con la mezquindad y la deslealtad y la cobardía de los hombres, y buscaba sin desanimarse otro respaldo."En medio de una juventud amorfa, cuyo mejor horizonte lo constituyen los empleos públicos; juventud sin energía, que no reacciona ante las perspectivas de la ambición ni ante los dolores del ultraje; juventud sin ideales, sin fe, sin ilusiones, Samper es una selección de los mejores atributos que en otros tiempos tuvo nuestra gente".¡Ah!: se me olvidaba aclarar que este perfil hace parte de una antología periodística publicada en 1936, entre cuyos artículos está este homenaje que le rindió Juan Lozano y Lozano al héroe de la aviación de entonces, Ernesto Samper, a raíz de su muerte. n