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Austeridad inteligente

No hay que ser genio de la física para concluir que lo que nos dice el Gobierno siempre es relativo. Y cuando los descubren in flagrante delicto, entonces responden: “Me acabo de enterar”.

Alberto Donadío
29 de enero de 2022

Al final del primer consejo de ministros de 2016, el presidente Santos anunció que dentro del programa de “austeridad inteligente” le había pedido al gabinete que los viajes aéreos dentro del país se hicieran en clase económica. “Les dije a los ministros que den ejemplo de austeridad y que los viajes que hagan los hagan en clase económica”, indicó. En SEMANA el titular fue: “Ministros, de clase ejecutiva a económica”. En El Tiempo: “Presidente Santos pide a sus ministros viajar en clase económica”. El anuncio de Santos no fue veraz.

Ningún ministro viajaba en clase ejecutiva en vuelos nacionales, salvo dos. La tal austeridad era imposible de alcanzar. En su momento pedí la relación de los viajes nacionales de los ministros en 2015. Lo hice por intuición. Detrás de los anuncios oficiales siempre hay algo más que no se divulga. En este caso las mentiras son de tamaño menor. Aunque todo el gabinete viaje en ejecutiva, el mayor gasto no es significativo. Pasarlos a clase económica no significa una verdadera austeridad. Fue simplemente otro de los engaños diarios de las autoridades. El caso no lo publiqué en su momento porque siempre se atravesó otro tema. Lo cuento ahora, tardíamente. Volvamos a 2015. Todos los ministros realizaron numerosos viajes en avión, pero siempre en clase económica. Los únicos que sí viajaron en clase ejecutiva fueron el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el de Minas, Tomás González Estrada. En viajes al exterior, algunos ministros sí viajaron en clase ejecutiva. Juan Fernando Cristo realizó 74 viajes en 2015, es decir, seis al mes. Lo acompañaron dos personas, cuyos tiquetes costaron 37,7 millones de pesos. Cristo viajó a la entrega de la estación de policía de Bucarasica, Norte de Santander; a inaugurar 43 cámaras de seguridad en el Urabá antioqueño; a la entrega de 115 cámaras en Manizales; al centenario de San Antonio, Tolima; a la inauguración de un parque infantil en Convención, Norte de Santander; a instalar la conferencia nacional de gobernadores en Riohacha; a Arauca “haciendo agenda de presencia regional”; a la entrega de la estación de policía en Casabianca, Tolima, entre otros destinos. El ministro también estuvo en Cartagena en el Foro SEMANA sobre equilibrio de poderes; en Toribío, Cauca, en el evento Pedalea por la Paz; en el congreso de Camacol en Cartagena; en reuniones del Consejo de Ministros en distintas ciudades y en San Juan de Rioseco, Cundinamarca, visitando la planta de tratamiento de agua potable. Juan Fernando Cristo, nacido en Cúcuta, hizo 16 viajes a esa ciudad en 2015 para reunirse con el secretario de la OEA y con la canciller, “atendiendo a los deportados que llegan a la frontera”, “atendiendo la emergencia humanitaria de la frontera”, en reunión con alcaldes de Norte de Santander y en el acto ‘Todo bien por la convivencia, la seguridad y la paz’. Por esos viajes, Cristo recibió viáticos por 59,6 millones de pesos ese año. María Jimena Acosta Illera, subdirectora de gestión humana del Ministerio del Interior, indicó que Cristo viajó en clase ejecutiva porque según el Decreto 1083 de 2015 los viajes del ministro “se adelantan en ejecutiva”. No es cierto. La disposición se refiere únicamente a comisiones al exterior para los ministros, los cuales “podrán viajar en primera clase”, pero no se aplica a desplazamientos internos. El otro ministro que viajó en clase ejecutiva antes de la austeridad fue Tomás González Estrada, titular de Minas. Realizó 35 viajes nacionales y seis internacionales, todos en ejecutiva. Los vuelos a Cartagena, a inaugurar el Congreso Nacional de Minería, y a Barranquilla y Santa Marta, costaron casi 2 millones de pesos por viaje. En total, los vuelos nacionales de González Estrada sumaron 52 millones de pesos. En los internacionales se gastaron 68 millones de pesos. Un viaje de dos días a Houston costó 17 millones de pesos. El pasaje en económica de Laura Victoria Villa Escobar, secretaria privada del Ministerio de Minas, que acompañó al ministro en casi todos los viajes nacionales e internacionales, costó 6,8 millones de pesos. También viajaron en clase económica en vuelos nacionales los escoltas del ministro, entre ellos Albert Einstein Padilla Coneo. No hay que ser genio de la física para concluir que lo que nos dice el Gobierno siempre es relativo. Y cuando los descubren in flagrante delicto, entonces responden: “Me acabo de enterar”.

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